Son los rebeldes, no los sumisos, quienes logran cambiar el mundo

En estos tiempos, en los que la población mexicana se encuentra harta de tanta corrupción, impunidad, desigualdad, marginación, inseguridad y falta de oportunidades, nos hacen falta rebeldes
Por Feliciano J. Espriella
La evolución del mundo ha sido posible gracias a que a lo largo de la historia han existido personajes que no se conformaron con el orden de las cosas y buscaron cambiarlas. Se les llamó y se les sigue llamando rebeldes.
Han existido en todas las épocas persona que inconformes con el statu quo, literalmente se rebelaron y actuaron en consecuencia. Muchos de ellos lograron su propósito, otros más fracasaron e incluso algunos perdieron la libertad y hasta la vida en el intento.
Rebeldes ha habido en todas las actividades humanas, pero muy especialmente en la política y la religión.
Ilustres rebeldes
Rebelde fue Martín Lutero quien en 1506 pronunció los votos religiosos y el año siguiente fue ordenado sacerdote. En 1509 se comenzó a interesarse por la reforma monástica. Unos años después luchó en Roma por impedir el proyecto de unificación de los conventos. Su enfrentamiento con la iglesia Romana se hizo patente cuando condenó el pecado de simonía cometido por el Papa, que vendía indulgencias a cambio de limosnas y donaciones para terminar la construcción de la Basílica de San Pedro.
Rebelde fue también Martin Luther King, activista de los derechos civiles en Estados Unidos, quien desde muy joven organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente de color de los Estados Unidos.
Rebeldes fueron en nuestro país los héroes de la independencia que nos dieron patria y una libertad que todavía no acabamos de madurar. Rebeldes fueron así mismo, los caudillos de la Revolución, quienes derrocaron una dictadura, aunque nos metieron en una dictablanda.
Rebelde fue también el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que en 1987 abandonó el PRI tras considerar que el partido se había alejado de los principios que le dieron origen en la Revolución mexicana, y al considerar también que la imposición del Presidente de la República en el nombramiento de quien sería candidato presidencial no debía ser aceptada. Al ingeniero Cárdenas le debemos realmente los inicios de los avances democráticos en nuestro país.
No importa lo estable que parezca un régimen o lo fuerte que sea un reino. Siempre han existidos rebeldes que en la lucha por sus ideales han logrado cimbrar los cimientos del poder.
Me parece que en estos tiempos, en los que la población mexicana se encuentra harta de tanta corrupción, impunidad, desigualdad, marginación, inseguridad y falta de oportunidades, nos hacen falta en México rebeldes. Muchos rebeldes.
Pero también pueden surgir oportunistas disfrazados de rebeldes, que también abundan. Estos suelen ejercer su derecho al pataleo para buscar sólo beneficios personales
Toño Astiazarán ¿Rebelde u oportunista?
El político sonorense Antonio Astiazarán Gutiérrez renunció al Partido Revolucionario Institucional el pasado 27 de enero, después de más 30 años de militancia, por “congruencia” afirma en su carta de renuncia. En el documento también asienta como principal causa, que se le negó “bajo motivos infantiles” su registro para contender en la Asamblea que habría de elegir a los candidatos al Senado de la República.
En su carta renuncia hay dos párrafos que merecen profundizar.
El primero de ellos, lo utilizó el diputado local Luis Serrato Castell para restregárselo en el rostro a Toño Astiazarán vía Twitter cuando se confirmó que el PAN nacional lo postularía como primero en la fórmula al Senado: “Sin el mínimo afán de construir consensos al interior, e imponiendo decisiones cupulares, la dirigencia dejó de ser leal con sus leales”.
Aunque parecería que esa frase es aplicable a lo que les sucedió a ambos, me parece que hay una diferencia muy sutil en el caso de uno u otro. Luis Serrato con mucha razón, evidentemente está dolido por habérsele dado a Astiazarán una posición por la que él lucho e hizo méritos más que suficientes.
Sin embargo, el perdió en un juego que previamente aceptó jugar. El PAN estableció previamente a la designación de candidaturas, que en lo referente a los puestos de elección federal, la designación la haría el CDE Nacional, como lo hizo en este caso.
En el caso de Toño, el juego era el de la competencia interna, en el cual, como fue muy evidente, se le negó la participación.
La otra frase es: “Soy un hombre de causas, no de cuotas”, y creo que en los últimos años Antonio Astiazarán lo ha demostrado hasta la saciedad. Ha recorrido incansablemente nuestra vasta geografía llevando a varios miles de familias, la gran mayoría de condición humilde, herramientas que les permitan reducir el consumo de energía eléctrica en beneficio del ingreso familiar.
Ha viajado para ello también a muy alejados lugares del planeta en busca de la tecnología que lo permita. Y los costos de ello, nunca se ha conocido que provengan de recursos públicos.
Algunos por su renuncia al PRI lo calificaron como oportunista. En lo personal me parece rebelde.
Cuestión de enfoques.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.