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Transforman malos recuerdos en buenos

¿Te gustaría dejar en el olvido aquel asalto o el coraje que hiciste en el trabajo? Hoy se está más cerca de ello, luego de que científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) lograron transformar recuerdos negativos en positivos mediante el uso de haces de luz.

Susumo Tonegawa, titular del trabajo, explicó en conferencia de prensa que las primeras pruebas, realizadas en roedores, han resultado exitosas, pero aclaró que aún será necesario esperar para ver cómo funciona en otros modelos animales.

El trabajo se basa en la optogenética, una rama de la ciencia que busca manipular la actividad neuronal mediante el uso de estímulos de luz.

«La memoria es maleable debido a que cada recuerdo está relacionado con asociaciones emocionales positivas o negativas que pueden cambiar a lo largo del tiempo», explicó Tonegawa vía telefónica.

El proceso permite que la emoción sea asociada con un switch que, se cree, activa o desactiva distintas regiones del cerebro, ocultando diferentes aspectos de la memoria.

Junto con Roger Redondo, también investigador del MIT, Tonegawa revisó cómo las células en la amígdala (que se piensa codifican los sentimientos positivos o negativos) y el giro dentado del hipocampo (que se cree codifica la información contextual) de ratones se activan durante la formación de la memoria.

Anteriormente, los especialistas han logrado implantar falsos recuerdos en personas, mediante esta misma técnica, pero ahora fueron más allá al tratar de cambiar la ansiedad de un mal recuerdo por algo más placentero.

Redondo explicó que para el trabajo, presentado hoy en la revista Nature, utilizaron una serie de ratones machos en quienes se infundió miedo al estar frente a una pantalla por recibir pequeños electrochoques, y a otro grupo al que se le llevó a tener recuerdos placenteros de interacciones con hembras.

Para cambiar un recuerdo, ya sea positivo o negativo, los especialistas se enfocaron en activar el recuerdo mediante estímulos de luz, pero los expusieron a la experiencia opuesta, es decir, a los que primero infundieron miedo, los llevaron a interactuar con las hembras, mientras que los que interactuaron con ellas recibieron pequeños electrochoques.

El resultado fue que lograron revertir la memoria, generando cambios en las conexiones neurales.

A decir de Federico Bermúdez Ratoni, especialista del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, y quien no participó en el estudio, esto demuestra una vez más que las memorias no son tan estables como se creía.

«Luego de este trabajo, es factible que en el futuro sí podamos modificar los recuerdos, como el estrés postraumático», enfatizó el mexicano.

REFORMA