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Un gobernador indeseable tiene como rehén a la 4T

Primero, lo sostuvieron para que Morena triunfara en Sinaloa, ahora necesitan que caiga

Por Manuel Gutiérrez.

Culiacán Sinaloa, fue el testigo de un fracaso máximo de seguridad pública y viabilidad del gobierno morenista de la entidad, pero la presidente Claudia Sheinbaum, dice que el pueblo pone a los gobernadores, no ellos. Serían marcianos los miles de manifestantes apolíticos que exigieron que se vaya el gobernador Rocha Moya, cuya soberbia y aparte pésimas declaraciones de cinismo, suman más fuego a la hoguera.

Sin embargo a 140 días de la guerra de Culiacán, el problema no termina, las balaceras siguen, los cuerpos tirados en bolsas continúan, y la ciudadanía pidió le renuncia inmediata del gobernador morenista Rubén Rocha Moya, sostenido primero en forma sorpresiva por el presidente López Obrador, y continuado el apoyo por Claudia Sheinbaum, que ha buscando retirarse de la proximidad de este gobernador, al que menciona que existe “coordinación” como si no pudiera removerlo del cargo, le deja la tarea al pueblo.

Protagonista de la entrega de Ismael “Mayo” Zambada, que desató la guerra con el cartel de Sinaloa de los Chapos, Rocha Moya se sostiene inexplicablemente pese a desafortunadas declaraciones como que animan a los sinaloenses a acostumbrarse a la normalidad de la violencia, a una indiferencia ante el mayúsculo problema que se padece en esa entidad, que se ha convertido en un ejemplo de ingobernabilidad, caos y destrucción total.

“LA HISTORIA SECRETA. AMLO Y EL CARTEL DE SINALOA”. El presidente anterior mantuvo una sospechosa y afectuosa relación con la familia del Chapo, mereciendo sus consideraciones en sus declaraciones, sus abrazos, no así las víctimas de la violencia, incluso ni las víctimas de los organismos de seguridad militares o policiacos, que perdieron la vida en las confrontaciones relativas al narcotráfico, algo poco usual en el mandatario anterior el haber manifestado tanta simpatía, pero la obra apunta a que el Cartel de Sinaloa fue una de las principales fuentes de financiamiento y apoyo y fortaleza para que Morena ganara Sinaloa y de paso cimentara su triunfo presidencial.

Rubén Rocha Moya, cínicamente sabe que si falta el apoyo federal, puede hablar y causar un severo daño a la reputación de la familia de López Obrador y de Claudia Sheinbaum, de alguna manera participe de la política de tolerancia con el cartel, que llegó al extremo de convertirse en un protagonista de las causas de la guerra en Sinaloa, de alguna manera lo relacionan con ese grupo como lo hace la autora del libro Anabel Hernández.

Con 120 mil desaparecidos y una violencia que no cesa, lo mismo en Guanajuato, Tabasco, Veracruz, Michoacán, Zacatecas, Morelos, Sinaloa se ha convertido en una escenario de guerra privada entre los grupos delictivos. Los esfuerzos de Claudia Sheinbaum al enviar al General Omar García Hartfurch, para apuntalar el rescate de la entidad, no han resultado lo exitoso que se esperaba, pero de alguna forma es un trabajo consistente que deberá dar resultados, a mediano plazo en este mismo año, porque ya no tienen tiempo de reserva ante la magnitud del problema.

Los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad, reflejan esa triste realidad. Culiacán pasó de un 30% de índice delictivo violento, a un 45% y Mazatlán de un 33% a un 68%, toda la población ha resultado afectada en su forma de vida, sucediéndose en crímenes que afectan a personas ajenas a los grupos en pugna y que causan gran indignación, pero nadie frena la violencia.

La situación de entrega del “Mayo” así como el crimen del opositor universitario Héctor Melesio Cuén, quedan pendientes de ser aclarados. Es decir, se encubre al gobernador por sus posibles vínculos con el crimen organizado y sus nexos con una parte del mismo los cuales son sospechas que la 4T debería aclarar y pintar su raya.

En realidad, la FGR debió investigar a fondo el asunto, o las indagaciones y sus resultados fueron evidentemente incómodas para el poder central de Morena en el gobierno. El desgaste y falta de credibilidad de Rocha Moya, rebasa en todo sentido los excesos de gobernadores morenistas señalados como Cuauhtémoc Blanco, o el exgobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, este último reconocido por el partido oficial en el poder.

Ciertamente, Cuauhtémoc Blanco se tambalea, tanto por fallas de seguridad, como corrupción, pero es aún peor el caso de destrucción de la gobernabilidad y del estado de Sinaloa, pero la orden del mandatario anterior, sigue vigente y no dudó en organizarle un acarreo de apoyo popular para mantenerlo en su sitio, uno de los últimos actos del sexenio anterior.

Algo sabe Rocha Moya, que se da ese lujo de no renunciar. La infección es grave y profunda, pero requiere que tenga voluntad política de sacrificar a un gobernador manchado por los oscuros vínculos que se presumen con el crimen organizado. Primero, lo sostuvieron para que Morena triunfara en Sinaloa, ahora necesitan que caiga y que sea sometido a la justicia y afronte sus responsabilidades, para que Morena siga siendo una opción creíble y válida en Sinaloa, y nada mejor sería que el mismo renunciara al cargo, por motivos personales u oficiales.

El problema es que el Mayo está hablando con las autoridades estadounidenses y en el momento político actual, es tan peligroso Rocha Moya, que la opción de sostenerlo contra viento y marea, ya resulta demasiado costosa. No podrán evitar un escándalo próximo que llegara a niveles indeseables, y que es quizá la causa de que siga en su cargo, contra la voluntad popular y hasta el desagrado del segundo piso de la transformación que ha visto cómo sus gobernadores han resultado unas lacras.

 

Mientras los muertos siguen, y Sinaloa dejó de ser una entidad productiva desde hace mucho tiempo, para quedar enmarcada en un desastre de seguridad pública, que no se había visto en México, en esos extremos y que supera en todo lo negativo a las administraciones anteriores del PRI, PAN o PRD, esto es algo que está dañando seriamente a Morena, pese a su monopolio del poder, el fracaso absoluto en seguridad pública y en mantener la viabilidad del Estado.