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¿Va México hacia la izquierda?

EDITORIAL /PRIMERA PLANA DIGITAL

Hay muchas señales que advierten que el gobierno hegemónico de la 4T pudiera derivar en una dictadura, porque actualmente ha acumulado demasiado poder. Carece de contrapesos políticos internos y solamente se depende de la influencia que pueda ejercer en nuestra política el gobierno del presidente Donald Trump. Y paradójicamente, los contrapesos que tiene son internos. Pero la pregunta es ¿cuál será su tendencia ideológica? Hay voces que consideran que podría derivar hacia la izquierda, pero sin llegar a un comunismo al estilo cubano, que sería un total desastre como pasa con la pobre isla caribeña. Los analistas se inclinan a pensar más que podría parecerse más al modelo chino, donde hay un poder central que controla todo, pero al mismo tiempo una economía liberal que da pauta para que se desarrolle una sociedad con economía libre. Actualmente hay más millonarios en China que en cualquier otro país, pero sigue como país comunista. Esto les ha dado resultado y podría ser imitado por México.

Sin embargo, orientarse hacia la izquierda está dejando de funcionar en Latinoamérica. Las tres dictaduras que se autonombran gobiernos comunistas son un total fracaso. Se mantienen en el poder a base de represiones y violencia. Usan la economía para someter al pueblo a base de empobrecerlo y dominarlo a través de sus necesidades. Venezuela, Nicaragua y Cuba son los países con mayor expulsión de población. Grandes masas se ven en la necesidad de abandonar “esos paraísos”, porque su modelo político y económico son unos rotundos fracasos para beneficiar a la población, pero grandes éxitos para tenerlos bajo esquemas de esclavitud.

Los analistas coinciden en que en Latinoamérica son raros los gobiernos de izquierda que han progresado. Esto hace que países antes con gobiernos socialistas como el caso de Bolivia, hoy le den la espalda a personajes como Evo Morales. Su modelo populista solo convence a sus seguidores que cada vez son menos.  Y esto no solo se ve en nuestro continente, sino también en Europa en donde la derecha ha tomado gobiernos de Italia, Alemania y Polonia. El péndulo político se mueve hacia sectores conservadores, sobre todo ahora con la enorme influencia que está ejerciendo a nivel mundial el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Por el momento la izquierda mexicana no tiene un modelo exitoso a donde aferrarse, porque gobiernos socialistas como Chile, Uruguay y Honduras no han caído en la tentación de usar el populismo para transformarse en dictaduras. Por otro lado el péndulo se ha movido a la derecha en Argentina y Ecuador, los cuales tienen gobiernos que se han definido como conservadores de derecha.

Entre los países de nuestro continente México se mantiene en una encrucijada.  Políticamente impulsa el control de gobierno a través de modelos populistas que todavía pueden dar resultados porque se cuenta con recursos, aunque sea a través de mayor deuda pública.  Por otro lado busca no chocar y cometer a la inversión privada, porque no tienen nada con que sustituirla. Esto pone al sistema 4T en un dilema. Un giro a la izquierda es un fracaso económico anunciado. A la derecha es impensable dada la ideología con que se ostentan nuestros gobernantes. ¿Entonces hacia dónde?

Para definir rumbo primero se obliga a un diagnóstico serio y sincero de lo que pasa en la Cuarta Transformación. En primer lugar el nucleo comunista y socialista es menor. La mayoría de los liderazgos de Morena y de sus partidos aliados no provienen de la izquierda. Según el análisis del padrón de militantes el 80% de los cuadros dirigentes provienen del PRI, PRD y PAN. Muy pocos han surgido desde el seno del partido. Por lo mismo, esas mayorías no piensan como socialistas, sino como exmilitantes de sus partidos originales. Un simple ejercicio muestra que liderazgos de izquierda son pocos. Se tiene a la presidenta Claudia Sheinbaum y su círculo íntimo. Pero luego viene una abrumadora mayoría que piensan, actúan y disfrutan como si fueran de derecha.

Díficil pensar que personajes como Marcelo Ebrard, Omar García Hadrfuch, Ramón de la Fuente, Julio Berdegué, Raquel Buenrostro, Alejandro Herz Manero y muchos más, de izquierda solo tienen ahora el membrete y el discurso.  Otros que pasan ahora como socialista en realidad viven como millonarios, como es el caso de los líderes sindicales Pedro Haces y Napoleón Gómez Urrutia. Ahora volvamos los ojos hacia los gobernadores y no encontrarán uno solo  que presuma que proviene de la izquierda militante. Vienen en su enorme mayoría de otros partidos y actúan de acuerdo a esa formación.

¿Se puede pensar entonces que México va hacia la izquierda? En cuanto a control político sí. Todo tiende a estar centralizado. No hay órganos autónomos que hagan contrapeso. El sistema electoral bajo control. El Poder Judicial ya quedó sujeto.  Aquí no cabe duda que la tendecia es hacia un concepto de dictadura, que no sería de derecha.

En Sonora hay otra muestra, pues la mayoría de los que están en el poder provienen del PRI o del PAN, comenzando por el propio gobernador. Son contados los egresados de la izquierda, pero que hoy gozan de los privilegios del mundo conservador y empresarial. Si se hace un recuento de funcionarios y legisladores se encontrarán que muchos hoy gozan de cabal salud financiera y no van a renunciar a ello por una pobreza republicana.

En síntesis, se puede preveer que viajaremos a la izquierda, pero al estilo de Fernández Noroña, muy comunista en el discurso y un gran burgués en su vida particular. Esperemos que no salga alguien dispuesto a darse un tiro en el pie y caer en la tentación de hacerse adoradores de Fidel Castro o seguir el camino de Nicolás Maduro, que ya mostró el rostro de la verdadera dictadura comunista.