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Vicente Leñero recibe homenaje luctuoso en el Palacio de Bellas Artes

El escritor Vicente Leñero recibió hoy un homenaje luctuoso en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, en el que familiares, amigos y compañeros de profesión recordaron al periodista que «elevó el oficio a un arte».

Ante la urna en la que reposaban los restos mortales de Leñero llegaron, para mostrar sus respetos, las personas más allegadas al dramaturgo mexicano, fallecido ayer a los 81 años en la capital.

Sus hijas, periodistas y compañeros de la Academia Mexicana de la Lengua -institución a la que pertenecía desde 2011- fueron pasando por el vestíbulo del Palacio, presidido por un retrato fotográfico del periodista.

El silencio, amortiguado por la música de un cuarteto de cuerda, solo se rompió cuando, en un par de ocasiones, se hizo oír el grito de «¡Vicente vive, Proceso sigue!», en referencia al semanario que fundó en la década de los 70 y del cual fue subdirector.

El director teatral Luis de Tavira dedicó un poético texto a Leñero, en el que se refirió a él como «el periodista que siempre fue, quien elevó el oficio a la altura del arte».

«Del teatro aprendimos que el gesto más poderoso es el ‘mutis’, porque cuando el personaje se ha ido venimos a descubrir, cabalmente, que ha estado entre nosotros; y hoy el dramaturgo es quien se ausenta de esta escena, de este sueño, de esta ficción», expresó De Tavira.

El director resaltó que «no hay fe más radical que la fe en la palabra», y que las de Leñero, que fueron esbozando la realidad mexicana, eran «tan hondas e inevitables» que desvelaban la verdad oculta del país.

Si el teatro es un espejo, «con el de Leñero nos descubrimos habitantes de un México en el que nadie sabe nada», sostuvo.

Aun así, al escritor le movía la pasión por «descubrir la verdad y exponerla», y con ello llegó a forjar una obra cuyo legado y vigencia persiguen la que es la misión original del teatro, «construir nuestra conciencia».

Al tomar la palabra, el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, destacó que, a través de «la constancia de su escritura y el calado de sus ideas», Leñero nos dejó «una lección de disciplina».

Sus décadas en el ejercicio periodístico fueron las que, según Tovar y de Teresa, le proporcionaron los elementos con los que construyó sus obras, en las que mantuvo su «gran compromiso con el país».

Las diez novelas que escribió a lo largo de su vida, las cuatro colecciones de cuentos, sus guiones, sus piezas dramáticas y sus reportajes, enumeró, constituyen un motivo para «agradecer» la decisión que Leñero tomó a finales de los 50 y que cambió el rumbo de su trayectoria: abandonar la ingeniería y dedicarse a las letras.

EFE