Y tú… ¿te sientes capaz de tomar buenas decisiones?
Las decisiones inevitablemente son el pan de cada día; siempre estamos tomándolas, desde las pequeñas e intrascendentes hasta las que nos cambian la vida. Sin embargo, a veces optamos por el camino menos acertado y quedamos disconformes o arrepentidos.
Casi todos desconocemos los procesos mentales que nos llevan a tomar una decisión, pero existen modelos realizados por los clásicos que de seguro podrán ayudarnos a tener mejores resultados. Existen enemigos de la toma de buenas decisiones como por ejemplo la soberbia la cual no nos deja ver la realidad tal como es y nos hace pensar que nuestras opiniones y acciones son siempre las correctas y acertadas, aparte que la soberbia lastima la objetividad y torna todo subjetivo, pero para esto, existe la virtud de la humildad la cual viene a ser de los primeros remedios.
El filósofo y eclesiástico Santo Tomas de Aquino resolvió esta ceguera de la soberbia con un modelo de 7 niveles para saber que tan soberbio eres y que ha estado vigente por siglos resultando muy eficaz, estos niveles son: Jactancia, Hipocresía, Desobediencia, Infidelidad, Desesperanza, Presunción y por ultimo y el nivel más grave es la Envidia.
Hay otras virtudes como la prudencia que dan la calma necesaria para enfrentar los problemas de la vida y tener la certeza necesaria de optar por una buena decisión, pero en este asunto también hay un factor primordial que es el carácter, porque hoy en día es muy común que la gente sin carácter fuerte y estable, se incline mas no por lo mejor ni optimo, sino por lo más fácil y bello. La gente hoy en día se siente abrumada por falta de ejercicio en la ética y en la moral, la gente abrumada y desesperada pierde la calma, y al caer en esta situación, se debilita su carácter y fortaleza y duda sobre si y los demás y por consiguiente siente en la necesidad de acaparar mucho trabajo y deja de delegar responsabilidades afectando así su liderazgo.
Hay que recordar que al existir esfuerzos mal encaminados, no hay logros, y al no existir logros no hay felicidad, llegando la frustración y abandono de proyectos.
Otro paso a tomar en cuenta en la toma de buenas decisiones es podar o reducir la gama de opciones, porque cuanto más opciones hay, mas exigen a nuestra capacidad para procesar información ,lo que puede confundirnos, hacernos perder tiempo, aumentar el riesgo de error y dejarnos insatisfechos con nuestra decisión.
Para la toma de decisiones trascendentales hay que apoyarnos en herramientas que nos dejen buen margen de certidumbre, como ya lo mencionamos antes, las virtudes son este apoyo que nos otorgan calidad a la decisión y nos ayudan a reflexionar y hacer un buen diagnostico a fondo de nosotros mismos para saber quiénes somos y en donde estamos para de ahí partir hacia el logro anhelado.
Hay virtudes muy importantes que debemos practicar para tomar buenas decisiones como son la magnanimidad la cual significa no dejarte vencer tan fácilmente y enfocarte a lo que debes lograr; por otro lado existe también la audacia, que alude al que se atreve y a los recursos que has de conseguir para lograr los objetivos.
Debemos tener en cuenta que es difícil prever realmente cual será el desenlace de una decisión (una decisión que al principio pareciera haber sido mal tomada a la larga pudiera conducirnos a una gran oportunidad), y que no podemos estar perdiendo el tiempo en rehacer decisiones.
Sin embargo, si el camino presenta demasiadas dificultades, debemos ser lo suficientemente responsables como para aceptar que tomamos la decisión equivocada, y lo suficientemente flexibles como para cambiar nuestra decisión.