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4-T: Su “conveniencia” de las imposiciones por decreto

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

ES PROBABLE que la “cuarta transformación” en Sonora considere una pérdida de tiempo el “socializar” una reforma legal o bien, los reconocimientos perennes a ilustres sonorenses impuestos a inmuebles, calles o instituciones.

Y en el caso más reciente, no es de ninguna manera restarle mérito al mejor pitcher mexicano de todos los tiempos, Fernando Valenzuela Anguamea, cuando trascendió que por decreto del gobernador Alfonso Durazo, se impuso su nombre al estadio “Sonora”, construido por el gobernador Guillermo Padrés.

Más bien, es dejar establecida la espléndida oportunidad que el Gobierno del Estado dejó ir, al eliminar toda “socialización” de esa propuesta, en la que seguramente miles de sonorenses aplauden, pero hay otros que no estaban de acuerdo.

Como sea, era una idea que permearía en Juan Pueblo y del cual resultaría ganancioso el gobierno.

Pero lo del momento, es la posible imposición de la reforma a la Ley que rige a la máxima casa de estudios, la Universidad de Sonora.

En el transcurso de la semana anterior, quedó de manifiesto que no existe el debido consenso entre la comunidad universitaria para darle luz verde a una iniciativa elaborada por palacio de gobierno, a pesar de que se ha asegurado que fueron incorporadas ideas tomadas de la participación de maestros, estudiantes y autoridades de la Alma Mater.

La presencia de la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Académicos de la UniSon (STAUS), manifestándose en las afueras del Congreso del Estado, fue una clara evidencia del rechazo existente a tal iniciativa oficial.

No sólo eso. Existe un verdadero consenso entre las dirigencias de los organismos que representan a la iniciativa privada, que no ocultan no desacuerdo con alguna imposición de gobierno.

Y más allá, “Primera Plana”, dio a conocer una carta redactada y firmada por los integrantes de la actual Junta Universitaria, la máxima autoridad en estos momentos de la Universidad, en la que señalan su desacuerdo en que el Congreso del Estado designe a los integrantes del novedoso “Consejo de Gobierno”, que sustituiría a esta Junta Universitaria.

Entre los aspectos más sensibles y en pleno rechazo de las y los sonorenses de dentro y fuera de la UniSon, está precisamente este último: Que el gobierno, a través de la mayoría aplastante de MORENA, meta las manos y violente la autonomía de una institución que ha sostenido un avance importante en los años recientes.

Resulta lógico pensar, que una vez que “MORENA” designe a los suyos en este triste Consejo, la propuesta para nuevo Rector se dé entre estos cuatro nombres: Álvaro Bracamonte, Aarón Grageda, Jorge Taddei o Rodolfo Basurto.

Exacto. La “cuatroté” ha marcado como objetivo prioritario, entregar la Universidad de Sonora en manos del grupo afín a esta “transformación”. En otras palabras, se está impulsando una reforma desde el gobierno para poner en práctica el “Quítate tú, para ponerme yo”.

Exrectores y maestros eméritos, reconocidos por su amplia trayectoria en el campus universitario, lamentan que el tema prioritario en esta iniciativa de reforma oficial, sea la forma de elección de rector y no el tema esencial de hacer de la Universidad una institución que forme a las mujeres y los hombres que aprendan a tomar decisiones en favor de su Estado, es decir, la academia está reducida en su índice de prioridad.

Lo que ha trascendido también en los días recientes, (además de una oposición a esta imposición), es que desde palacio de gobierno existe el deseo de “votarla” en el Congreso lo más rápido posible.

Se habla de aprobarla en comisiones este día 21 de febrero y quizá ese mismo día, o dos días después, subirla al pleno.

MORENA tiene la aplanadora de votos para hacerlo.

La pregunta sobre la mesa es si desde palacio de gobierno se impulsará este imposición para colocar a la institución más trascendente que se ha creado en Sonora, en una etapa regresiva, cuando menos, de cuarenta años atrás, cuando el gobierno metía las manos en las decisiones internas de la Alma Mater.

Por lo pronto, el total rechazo a esta imposición está a la vista de propios y extraños.

Ya veremos.