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‘Si ya saben cómo somos…’ Axiología del mexicano

Por Juan Arturo Flores/

La manera de ser del mexicano desde la época de la conquista siempre ha sido muy trabajador para tratar de salir adelante por sus propios medios, a pesar de vivir siempre bajo regímenes rigurosos que lo han hecho sentirse menos y muy desconfiado de las autoridades, esto ha traído como consecuencia no tomar verdadera conciencia de su valor como mestizo, cortés y creativo, que siempre saca lo positivo de sus propias tragedias; el mexicano ama a su familia y daría la vida por ellos, así como su religión católica, la cual la profesan el 90% de la población.

Las costumbres del mexicano son muy arraigadas como sus fiestas tradicionales religiosas, como el día de muertos, día de las madres y los reyes magos; acompañados por música folclórica como el mariachi, esto los hace ser únicos porque festejan cada cosa como en ninguna parte del mundo.

El mexicano refrena mucho sus sentimientos por ser machista de nacimiento al decir “los hombres no lloran” y delegan a la mujer las tareas típicas del hogar y limitarse a esos quehaceres para convertirse en abnegada y fingir no darse cuenta de infidelidades al ser el mexicano mujeriego, lo cual lo hace sentir más macho.

El mexicano es razonable en el trato amistoso, pero antisocial y apático en la medida en que no cuenta con los demás. La injusticia y el abuso en nuestra vida socio-política han engendrado la incomprensión y la insolidaridad.

Las interminables crisis del pueblo mexicano han creado recelo y desconfianza y los ha impedido integrarse.

El mexicano puede doblarse, agacharse, humillarse pero no rajarse. El rajado es de poco fiar, vive siempre bajo máscaras para no mostrar sus miedos, ya que esto es signo de debilidad. Vive contemplando los problemas pero no actúa; a pesar de ello no pierde su alegría y sus ganas de salir adelante y en el fondo nunca deja de ser una persona con sentimientos nobles y generoso, consciente de que esta vida es pasajera y que lo mejor está por venir.

En resumen, los mexicanos estamos llenos de esperanza en que todo va a mejorar a pesar de vivir siempre en crisis y aún así somos felices en comparación con otros países que cuentan con muchas más riquezas naturales y tecnología de punta. Lo único que nos hace falta, es crear más conciencia de que vivimos en un país único, con una infinidad de riquezas como las culturales —muchas veces más valoradas por los extranjeros que nosotros mismos—, si cambiáramos un poco esa actitud de indiferencia del camino que estamos tomando encerrándonos en nuestros problemas diarios, mejoraríamos nuestra perspectiva y futuro de todo nuestro país.