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Las verdades y mitos de tomar café

El café es una infusión que contiene múltiples sustancias, pero una de las más importantes es la cafeína, que con sus propiedades puede contribuir en cantidad y variedad al ingreso de antioxidantes al cuerpo.

La Secretaría de Salud informa que el consumo excesivo de café puede aumentar el riesgo en la tensión arterial, fallos renales y problemas en el desarrollo del feto, en el caso de las mujeres embarazadas.

Asimismo, el café tiene otros perjuicios como causar insomnio en algunas personas, ansiedad, aumentan los síntomas premenstruales y aumenta el riesgo de tener osteoporosis en mujeres postmenopáusicas.

Sin embargo, expertos de la Secretaría de Salud señalaron que los beneficios son mayores, al considerar que ingerir café reduce el riesgo de contraer Alzheimer, Parkinson; puede funcionar como analgésico y es antidiabético.

A largo plazo puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes, algunos tipos de cáncer como el de faringe, esófago, hígado, colon o dolencias hepáticas como la cirrosis hepática.

La añeja controversia por la ingesta del café y su relación con la salud, de que fomenta la incidencia en las enfermedades cardiovasculares, incluso ha llevado a prohibir y/o limitar su consumo para estos pacientes, sin embargo, el consumo moderado no tiene incidencia en la mortalidad cardiovascular, ni en el infarto al miocardio, e incluso puede desempeñar un cierto papel protector.

La ingesta de cafeína podría generar efectos de acuerdo a las características individuales de cada persona, pero se ha determinado que al ingerir una taza de café se estimula el sistema nervioso central, lo que reduce la sensación de cansancio y fatiga, y aumenta el estado de alerta y mejora la concentración.

Una taza de café, además de resultar placentera, favorece la capacidad de concentración y la memoria, y ayuda a alcanzar un mejor rendimiento intelectual, esto sin contar que también nos hace sentir más activos, con una menor sensación de fatiga o una mayor motivación a la hora de realizar un esfuerzo.

Como ya se ha mencionado, el consumo moderado, hasta 3 tazas al día, no hace daño e incluso puede brindar beneficios a la salud, como es el caso de quienes padecen asma y les ayuda a aliviar algunos síntomas, aunque no es sustituto del medicamento.

Por otra parte, cuando una persona es verdaderamente adicta a tomar café y de repente deja de hacerlo, puede padecer el síndrome de abstinencia, cuyos síntomas son:

· Dolor de cabeza de diferentes grados

· Fatiga, adormecimiento

· Dificultad para concentrarse

· Dificultad para trabajar

· Irritabilidad

· Depresión

· Ansiedad