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Martha Llanes Valenzuela brinda educación inclusiva a niños con discapacidad

Por Rosa Angélica Fimbres/Notimex/

Con 29 años en silla de ruedas y casi 27 años de servicio, la maestra Martha Llanes Valenzuela trabaja en el sector educativo con menores con capacidades diferentes, con quienes siente afinidad por su condición.

Es Licenciada en Educación Preescolar y cada día recorre 144 kilómetros para acudir a su trabajo en el municipio de Carbó, ubicado al norte de Hermosillo, donde se desempeña como directora del Centro de Atención Múltiple Estatal (CAME) número 10.

En ese centro se atiende a un grupo de 12 niñas y niños con diversos tipos de discapacidad como son motora e intelectual, además de autismo y con síndrome de Down.

En entrevista para Notimex, Llanes Valenzuela externó que “siempre voy con esa bandera por la vida de que la actitud es la que te hace salir adelante, si tienes el apostolado, el espíritu de servicio, la actitud de salir adelante y enfrentar los retos, las cosas salen”.

Por su condición de discapacidad, a raíz de un accidente que sufrió a los 21 años, un mes después de concluir sus estudios en la Escuela Normal Superior del Estado, se identifica con las niñas y niños que ha trabajado a lo largo de casi 27 años.

“Una vez que asumí esta nueva condición de una persona con discapacidad, te haces más sensible y la impotencia de saber cuántas cosas hay que hacer por ellos que por ley les corresponde y a veces no luchamos porque se vean los beneficios”, externó.

Refirió que 90 por ciento de las niñas y niños que se atienden en educación especial son de escasos recursos, que a veces no cuentan con los artefactos necesarios para movilizarse, como son sillas de ruedas o muletas, incluso, tampoco tienen el alimento.

Por ello, subrayó, todos los días realiza gestiones ante las autoridades y entre la sociedad, tocando puertas para buscar los apoyos necesarios en beneficio de los menores que van a su escuela.

Su desempeño profesional inició en el Instituto Iris para niños invidentes de Hermosillo, donde su hermana menor ciega estudiaba; ahí empezó como asistente educativa y luego tuvo su plaza como maestra de intervención temprana y preescolar.

En ese instituto desarrolló un plan de integración a la inversa, que consistió en llevar a la escuela para ciegos a menores que sí veían y conformó un grupo mixto de 25 alumnos invidentes, débiles visuales, con problemas de conducta y regulares.

“Tenía que hacer tres planeaciones, tres tipos de evaluaciones, adecuar mi trabajo a las necesidades de cada niño, les di primero, segundo y tercer año”, recordó Llanes Valenzuela, quien también es madre de una joven de 18 años, estudiante de preparatoria.

En su trayectoria laboral, se ha desempeñado como directora en unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Especial (USAER) y también dirigió un Centro de Atención Múltiple Estatal Laboral, en el que se capacita a jóvenes con discapacidad.

Llanes Valenzuela ha desempeñado asimismo tareas sindicales dentro de la sección 54 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como comisionada de asuntos laborales.

Asimismo, fue diputada suplente en la 59 Legislatura del Congreso del Estado por el partido Nueva Alianza, cuando el diputado propietario solicitó licencia, “fue una bonita experiencia que me hizo crecer y aprender mucho de la política”.

A pregunta expresa, externó que los 27 años de servicio han sido su mayor satisfacción, pues todos los días vive historias diferentes y se siente muy contenta al ver que las niñas y niños salir adelante, incluso algunos desempeñándose en alguna ocupación.

La maestra Martha subrayó que una vez que se jubile su plan es estudiar la Licenciatura en Derecho, porque es una profesión que también quiso desempeñar desde pequeña.

Planteó que las nuevas generaciones de maestras y maestros deben “ponerse la camiseta”, porque ha observado que no existe la vocación para desarrollar la profesión y desempeñar su noble tarea de ser agentes del cambio.

“Vemos llegar a las nuevas generaciones y no traen ese espíritu de servicio, algo les falta; decirles a esas nuevas generaciones que se pongan la camiseta con amor, que nuestros niños nos necesitan y debemos propiciarles ambientes agradables en la escuela”, abundó.

En algunos casos, los menores viven situaciones difíciles en sus familias y los maestros son su apoyo, de ahí la necesidad de ayudarles a salir adelante y hacerle frente a la vida, pero tiene que ser a base de amor por la profesión, con espíritu de servicio.