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Envuelve al Medio Oriente un recurrente contexto de choque violento de culturas: Académico de Unison

La principal característica del Medio Oriente es que en tan conflictiva región del llamado viejo continente existen países cuyo común denominador es la religión islámica, afirmó Leopoldo García Ortega, profesor investigador del Departamento de Historia y Antropología de la Universidad de Sonora.

Naciones como Iraq, Irán, Siria, Libia y Egipto, dijo, conforman el mundo musulmán, integrados a un poderoso bloque cimentado en la unidad religiosa y cultural y que son escenario de permanentes conflictos acentuados a partir del desarrollo del fundamentalismo.

El doctor en Historia expresó que “su visión cerrada en su perspectiva religiosa, les obliga a que sigan los fundamentos del Islam en todos los momentos de su vida, envueltos en un recurrente contexto y choque de cultura muy violento”.

García Ortega citó que esos países vivieron muchos años bajo sus formas islámicas –el califato (sistema político único de la ideología del Islam); el rey y dinastías–, sin enfrentar problemas entre ellos, pero que el conflicto surgió en el siglo XX, cuando se les ocurrió a las potencias dividir a Persia en varios estados y quedarse con parte de lo que era el imperio otomano. “Aun así, los musulmanes se reorganizaron”.

Hizo referencia a que durante el pasado siglo esas naciones estuvieron dominadas por dictadores o elementos militares –generales–, y de ninguna manera eran ni son estados democráticos.

“Y no lo son porque el Islam no lo permite, ya que ahí se implantan sus leyes de oración, ir a La Meca, orar a determinada hora, andar en la mezquita, cantar loas a Mahoma, etcétera”, expresó el académico.

Hoy, añadió, el Estado hegemónico representado por Estados Unidos busca tener control sobre los países árabes e islámicos en función de los intereses de Occidente en esa región, como vastos recursos petroleros y gas natural, y por su envidiable posición geográfica.

Leopoldo García señaló que los musulmanes se radicalizan fácilmente, convirtiéndose en personas preparadas por el Islam –“para que vean la muerte de frente”–, por lo que es común se conviertan en mártires o asesinos suicidas, con

bombas, coches-bomba y ataques terroristas, sin importarles cuánta gente pueda morir, con la creencia que se van ir directo con Alá.