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SOS para México desde fuera  

Por David Figueroa/

La corrupción no es privativa de México, existe en todo el mundo; el problema es que aquí no hay consecuencias

Las reacciones tras la detención en España del ex dirigente nacional del PRI y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, es el mensaje que pone en evidencia a nivel internacional el grado de impunidad y la red de protección en nuestro sistema político mexicano ante actos de corrupción.

Pocos, muy pocos son quienes enfrentan la justicia por actos indebidos al frente de una responsabilidad como representantes ciudadanos o funcionarios públicos en nuestro país.

La primera pregunta que salta de manera natural es ¿Por qué en España? ¿Por qué son otros países como Estados Unidos o España quienes nos enteran de investigaciones en contra de nuestros gobernantes o ex funcionarios?

Recordemos que igual que en el caso de Sonora, ha sido en medios de otros países donde se han dado a conocer las investigaciones que se siguen en contra de ex funcionarios.

Y si por la víspera se saca el día, buena parte de la respuesta podría asomarse en las reacciones ante la detención de Humberto Moreira:

El presidente Enrique Peña Nieto pide cautela y no adelantar juicios sobre quien, siendo dirigente nacional de su partido lo llevó al triunfo el 2012; el actual dirigente del tricolor, Manlio Fabio Beltrones llamó a los mexicanos a tener ‘serenidad’ para no lastimar a personas con prejuicios y adelantó que dará respaldo jurídico al detenido si así lo solicita.

La Secretaria General del Comité Nacional del PRI, Carolina Monroy, aseguró que su partido “estará respaldando a su ex dirigente con toda energía en tanto no exista una prueba plena de la comisión de ilícitos”.

Recordando que el caso de las acusaciones contra Moreira no es el único conocido en nuestro país: la justicia, la persecución y la acción legal en México es a partir de la conveniencia política.

La presunción de inocencia depende de quién es juzgado y quién ostenta el poder para juzgar. No todos son medidos con la misma vara. Y vaya que si eso lo sabemos ahora los sonorenses.

Para muestra basta un botón, la acusación del gobierno español no encaja con nuestra realidad; Humberto Moreira gozaba aquí de total libertad, honorabilidad ante la justicia, reconocimiento y hasta cargos públicos a nivel nacional en premio a su buena conducta partidista. El líder nacional del PRI.

Aquí nada empañaba su carrera política, todo fue sólo chismes y especulaciones.

Por eso su caso inevitablemente nos recuerda que siguen prófugos ya procesados dos ex gobernadores más: Tomás Yarrrington de Tamaulipas y Jorge Torres López, de Coahuila; además de la investigación en contra del ex subsecretario de Gobernación en la actual administración del presidente Peña Nieto, Arturo Escobar.

El caso de Sonora es otro que no ha pasado de acusaciones y denuncias mediáticas luego de tres años o más en los que se asegura hay pruebas y situaciones para enfrentar la justicia.

La buena noticia es que con estas investigaciones y procesos “pareciera” que hay una lucha frontal contra la corrupción y la impunidad en México; la mala, que las cifras nos dicen que no es así, pues la mayoría de las acusaciones son usadas sólo con fines políticos electorales, no de justicia.

Por ejemplo, sólo siete de 150 ex gobernadores han llegado a pisar la cárcel en México en los últimos 25 años, con independencia del resultado al final del proceso: Óscar Espinosa del DF; Narciso Agúndez, Mario Villanueva, Jesús Reyna, Andrés Granier, Armando Reynoso, Pablo Salazar. Y ahora Moreira gracias al gobierno de España.

Conclusión: la corrupción no es privativa de México, existe en todo el mundo; en Estados Unidos han sido procesados en los últimos años 13 gobernadores, 3 vicegobernadores, 5 alcaldes, secretarios de gabinete, legisladores y líderes asambleístas. Actualmente es investigado el Gobernador de Oregon, Jhon Kitzhaber.

El problema es que aquí no hay consecuencias. Dicen analistas políticos que a los ladrones mayores la justicia mexicana no los persigue, los protege.

Por eso hay la percepción de que el sistema partidista más que representar a los ciudadanos, su finalidad es protegerse entre ellos y resolver su vida económica sin importar el nivel de endeudamiento al que lleven al país y con mucha razón.

Mientras los políticos en México sigan convencidos de que sus acciones no tienen consecuencias, tendremos que esperar a que otros países nos hagan la tarea.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico [email protected]; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.