La crisis global sorprendió a Sonora sin margen de maniobra: Gabriela Grijalva
Por Imanol Caneyada/
La gobernadora Claudia Pavlovich es una excelente gestora, pero con la caída en picada de los precios del petróleo y la desaceleración de la economía china, la Federación ni siquiera puede asegurar la transferencia de recursos a la entidad, advierte la rectora del Colson
El panorama del país y de Sonora para el 2016 no es nada alentador; en este momento hay en la economía global una serie de circunstancias muy importantes que no señalan nada bueno para el crecimiento económico. Mucho menos para el desarrollo humano.
La doctora en ciencias económicas y rectora del Colegio de Sonora, Gabriela Grijalva Monteverde, no titubea al afirmar lo anterior, y para ahondar en ello, nos ofrece un análisis de los eventos económicos mundiales y nacionales de los últimos años que explican la crisis en la que está sumido el país, la devaluación del peso y el desolador panorama para Sonora, al que todo esto sorprendió con las arcas vacías.
La última década, nos dice la también investigadora en temas de crecimiento y desarrollo regional, el crecimiento de la economía mundial se ha dado en torno a China; este país ha sido el motor de la economía global, en términos de una incorporación masiva en lo que se refiere a la sociedad de consumo y a la sociedad de la producción.

A decir de Gabriela Grijalva, los chinos entraron al mercado internacional hace quince años con una estrategia muy clara: aprender a fabricar. “Al principio, la manufactura china comenzó a inundar el planeta pero, si recordamos, con una factura muy rudimentaria, mercadería de baja calidad; conforme pasaron los años, fueron mejorando sus maneras de fabricar y organizar el trabajo y fueron incrementando la calidad en su producción, y luego migraron a nichos como el de la tecnología”.
El resultado de ello, inundaron el mercado global con productos de calidad y siempre con precios muy competitivos, “porque la economía china opera con una combinación de socialismo y capitalismo; tienen salarios muy bajos, pero las necesidades básicas de la población están cubiertas por el Estado, por lo que el trabajador chino no gasta en vivienda, transporte, salud, educación, lo que permite que las trasnacionales operen en China con salarios muy bajos”.
Esto, agrega la rectora, ha generado el surgimiento de millones de chinos ricos, aunque en proporción a su población, el porcentaje es mínimo y la brecha de desigualdad muy grande. Pero el crecimiento de la economía siempre tiene un límite, y este límite, en China, llegó hace dos años aproximadamente, una desaceleración de la economía; de un crecimiento del diez, once por ciento sostenido, pasó a un siete por ciento. Para el tamaño de una economía como la de China, ese tres por ciento menos representa mucho.
“En México, por ejemplo, hemos tenido crecimiento sostenido solamente en la época del milagro mexicano, que llegó a ser de un siete por ciento, hace mucho tiempo, no nos tocó a nosotros, llegamos tarde, desde entonces no hemos vuelto a ver la nuestra; ya es más de una generación que ha vivido en el estancamiento”.
Esos tres puntos del PIB que ha perdido la economía china en su crecimiento —retoma Grijalva Monteverde— “nos tiene a todo el mundo en la lona y particularmente a los países que dependemos del petróleo. El tipo de producción tan grandiosa que tenía china durante los años pasados demandó mucho petróleo, por lo que se movió mucho el mundo del petróleo y el precio del barril llegó a estar en cien dólares”.
En la actualidad el precio del barril está apenas por encima de los veinte dólares, la caída ha sido estrepitosa. A la par de esto, Estados Unidos buscó otras formas de extracción petrolera con el “fracking” (fractura hidráulica, una forma de extracción del crudo devastadora para el medio ambiente), para poder responder a la demanda china, lo que hizo que se inundara el mercado de petróleo.
“La realidad es que no se ve que esto vaya a terminar pronto; hay que agregarle que a Irán le acaban de levantar la sanción económica que tenía, por lo que va a ofertar mucho petróleo y muy barato… si algo tienen es petróleo”.
Según el pronóstico de la investigadora, el petróleo podría bajar todavía más de precio, por lo que es previsible y deseable que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) ponga un alto.
La doctora Grijalva continúa con el análisis: a la par de esto, en México nos hemos especializado en manufactura de productos de baja calidad, que no son fuertes en el mercado; pero en todo el mundo, incluido México, está dándose un fenómeno de desindustrialización, una migración de la economía al sector de servicios y la tecnología informática, es decir, hay una progresiva desaparición de la industria tradicional, que es en la que México estaba especializado.

“Es decir, nuestra economía tiene una fuerte dependencia petrolera, y la despetrolización de la misma se quiso lograr a través de la industria maquiladora y el TLC, el diseño económico de Salinas que sigue vigente porque no ha habido otro modelo. El problema es que ese modelo se ha vuelto obsoleto, ya no da más. Sonora, por ejemplo, está expulsando trabajadores de la maquiladora”.
En todo este tiempo, advierte la investigadora, no supimos vincular ni capitalizar la inversión extranjera con la nacional ni en México ni en Sonora; el modelo de exportación que adoptó México no le ha dejado nada al país, a diferencia de los asiáticos, incluido China.
“Los chinos dijeron: venga inversión extranjera, aprendemos y luego producimos nosotros, en México nunca dimos ese paso, seguimos proveyendo únicamente mano de obra barata. Es importante entender que la inversión extranjera es eso, extranjera, de tal manera que su reinversión no se queda aquí, sino en su país de origen”.
Para Gabriela Grijalva, ahora estamos viviendo las consecuencias de la incapacidad de generar una clase empresarial que se vinculara con la inversión extranjera: “Tenemos una clase empresarial dependiente de la misma. Uno de los efectos de esto es que casi no tenemos empresas propias que inviertan en el país y que provoquen un crecimiento; primero fue una clase empresarial dependiente del gobierno y posteriormente, con la apertura del TLC, quedó una clase empresarial oportunista, sujeta a la economía global y a la idea de que el capital no tiene nacionalidad; pero los estadounidenses, por ejemplo, tienen una serie de mecanismos y regulaciones en el mercado que protegen la industria local, una especie de patriotismo empresarial que en México no tenemos”.
Ni en Europa ni en China ni Estados Unidos, subraya en su exposición la rectora, existe tanta desregulación en el mercado como aquí.
Y pone un ejemplo que ilustra esta incapacidad de haber aprovechado la inversión extranjera para crear una industria propia: “Tenemos cien años armando carros extranjeros con muy buena calidad en la mano de obra, pero somos de los pocos países que no tienen una marca propia. Lo que genera verdadero valor es la etapa previa, el diseño, y la etapa posterior, la comercialización; México se ha especializado en la cadena de valor más pobre, el de la manufactura; tenemos 40 años así y no hemos podido salir de esto, lo que nos vuelve muy vulnerables a cualquier desajuste en la economía global”.
La entrevistada ahonda en la utilización política de la atracción de capital extranjero: “Si tú eres un gobernador, un alcalde, etcétera, la forma más rápida y fácil de generar empleo es ésa, traer empresas extranjeras y ponerles un paraíso de exenciones y mano de obra barata; pero a mediano y largo plazo México sigue sin crecer, seguimos en la mediocridad del crecimiento económico; seguimos teniendo una muy fuerte dependencia del petróleo”.
Si el panorama es poco alentador por todo lo que argumenta la rectora del Colson, en nada le ayuda el hecho de que la reforma energética se haya hecho en el peor momento; “en la actualidad, en el concierto internacional, no hay interés por el petróleo porque es un producto en crisis, prácticamente México está subastando su petróleo; en la primera ronda de licitación que se hizo, los candidatos despreciaron las condiciones, bájale más, exigieron, por lo que en la segunda ronda tuvieron que hacerlo, el país está regalando su petróleo”.
Con todo ello, la previsión no es nada buena para el futuro, insiste Grijalva Monteverde, “pero como hemos estado muy entretenidos con otras noticias muy folclóricas, una telenovela en la que cada día te filtran un detalle más, todos andamos muy distraídos y no vemos la economía que, previsiblemente, va a estar muy complicada; la federación se está quedando sin recursos”, advierte.
Y en el caso de Sonora, el panorama es desolador, “nuestro estado llegó a este punto de crisis global muy endeudado y sin margen de maniobra, creo que la Gobernadora es una excelente gestora, pero el problema es que esos recursos ni siquiera están garantizados, la federación puede tener problemas para hacer llegar esos recursos, no sólo a Sonora, a todos los estados; pero aquí se complica más, nos agarra con las arcas vacías”.
Estamos viviendo al día, concluye: “todavía no solucionamos lo que pasó ayer, ¿cómo vamos a prevenir lo que viene?, esa es una parte central de nuestra problemática, la incapacidad para planear y diseñar a mediano y largo plazo; en México, los empresarios y los políticos, en el fondo, tienen mentalidad de pobres, piensan y viven al día”.