La puerta de la Catedral sale sobrando; ¿Qué hay detrás del incendio?
Por Imanol Caneyada/
La crisis de seguridad en Hermosillo se hace patente en la Catedral Metropolitana; tres días después de ser quemada la puerta principal, rompieron a pedradas las lámparas de la fachada y la autoridad aún no comisiona vigilancia permanente
La agente Raquel de la Policía Municipal de Hermosillo contempla cómo unos trabajadores instalan una lona gigante con la imagen de un príncipe de la Iglesia de espaldas entrando a un templo; esto con el objeto de cubrir los tablones que sustituyen la puerta siniestrada.
Ni ella ni nadie de los trabajadores saben quién es la figura y si la puerta en la imagen corresponde a la de la Catedral o a otro recinto religioso.
La enviaron para que no se viera feo, explican.
Adentro del templo aún no termina la misa en honor al difunto Arzobispo Emérito Carlos Quintero Arce.
Afuera, la lona se extiende en el suelo a los pies del triplay que cubren la entrada principal del principal templo de los católicos en Hermosillo.
La agente Raquel, desde de diciembre, por iniciativa propia, vigila la Catedral; lo hace por las mañanas. Nos confirma que aún no recibe la comisión del mando policiaco para cumplir su servicio frente al edificio decimonónico, aunque después del siniestro, sus jefes la han enviado a cumplir las tareas de vigilancia si bien, insiste, la comisión no llega.
En la madrugada del 8 de febrero de 2016 los bomberos acudieron para apagar un incendio que dejó inservible la puerta, la cual deberá ser sustituida por una nueva, confirma el delegado del INAH Sonora, el antropólogo José Luis Perea.
En el transcurso del mismo día del incidente, el alcalde Manuel Ignacio Acosta se comprometió ante los medios de comunicación a poner vigilancia especial en la Catedral de la ciudad. Según nos informan empleados de la arquidiócesis, la vigilancia consiste en un policía que cubre el turno de la mañana, en la tarde y en la noche la iglesia permanece sin vigilancia.
Susana Olivas, la mujer que hace la limpieza en el recinto, nos comenta que dos días después del incendio presuntamente provocado, el miércoles 10 de febrero, por la noche, manos anónimas rompieron a pedradas las lámparas que se alinean frente a la fachada del inmueble.
Una semana antes del incendio, nos dice la mujer, amanecieron unos grabados ilegibles en la puerta que posteriormente sería quemada, hechos presumiblemente con un cuchillo o una navaja.
Un mes antes, era sábado de catecismo, un hombre entró en la Catedral y se desnudó. La catequista logró alejar a los niños de la escena y marcó a la policía, acudieron muy tarde, cuando el hombre, que al parecer padecía de sus facultades mentales, había huido gracias a la acción de uno de los empleados.
Ya en diciembre un sujeto se introdujo en el templo y arrancó la imagen de la Virgen de Guadalupe; alegó que había entrado a rezar y que la imagen había comenzado a hablarle.
A mediados de enero de este año, manos anónimas voltearon todas las imágenes de la Catedral y abrieron el sagrario.
Según el testimonio de Susana Olivas, hay una gran cantidad de individuos que bajo los influjos del alcohol y la droga merodean en Catedral y ponen en peligro la integridad de las personas y del edificio mismo, patrimonio cultural de México.
A pesar de ello y del atentado que sufrió la puerta principal, la vigilancia no es permanente.
El alcalde también declaró a los medios una vez sucedido el siniestro, que existía el proyecto de poner cámaras alrededor del recinto en la administración de López Caballero pero que nunca se llevó a cabo.
Ante las constantes agresiones que ha recibido la Iglesia sede de la arquidiócesis de Hermosillo, ha trascendido que en el entorno del patronato de la Catedral cobra fuerza la idea de vallar el edificio; pero hay voces que se oponen a ello porque consideran que es un recinto público cuya entrada debe ser libre y es responsabilidad de las autoridades garantizar su integridad.
De momento se desconoce el resultado del peritaje de la Procuraduría General de Justicia del Estado; sólo se ha dado a conocer (y no oficialmente) el dictamen del Departamento de Bomberos, el cual no tiene carácter judicial, únicamente se limita a describir la circunstancias del incendio y no determina si fue intencional o no.
De manera extraoficial, las autoridades no tienen duda de que intervino la mano del hombre.
Entre la paranoia, la polarización y el humor propio de las redes sociales, comenzó a circular el rumor de que un grupo que se hace llamar Sonora Democrática Revolucionaria había reivindicado el incendio de la puerta de Catedral.
Nada hay oficial al respecto, sólo comentarios en las redes sociales y choferes de taxi.
No habrá restauración, sino sustitución: INAH
El siniestro en la puerta de la Catedral no sólo pone a prueba la seguridad pública en Hermosillo, también la voluntad de autoridades y patronato de cumplir con la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
Según nos confirma el antropólogo José Luis Perea, delegado del INAH Sonora, la puerta fue afectada en al menos un 80%, por lo que se descarta su restauración, habrá que sustituirla por una nueva que cumpla con el diseño, los materiales y las características de la original.
De esa labor se ocupa en estos momentos un experto del propio INAH, Pablo Vidal, quien determinará los materiales, el diseño y la instalación de la nueva puerta.
José Luis Perea aclara que posterior a ello, no le corresponde al INAH realizar estas tareas, sino que el Patronato de la Catedral deberá determinar qué empresa llevará a cabo la construcción e instalación de la pieza histórica.
El INAH supervisará el proceso en cumplimiento de la ley para garantizar que se cumpla con las especificaciones del proyecto, explica su titular en Sonora, y por ningún motivo las autoridades de la Arquidiócesis ni el Patronato podrán mandar construir una nueva puerta que no cumpla con las mismas, pues estarían infringiendo la ley, advierte el delegado.
Aún no se determina el costo de la nueva puerta ni sus características históricas; el antropólogo considera que para mediados de la próxima semana estarán en condiciones de entregar el proyecto final a las autoridades eclesiásticas.
Este siniestro, según José Luis Perea, ilustra la falta de conciencia que existe tanto entre la ciudadanía como en las autoridades para proteger el patrimonio histórico en Sonora.
Las constantes agresiones que ha recibido la Catedral y otros monumentos históricos por parte de vándalos anónimos, la falta de vigilancia en monumentos y zonas arqueológicas y el poco interés de las autoridades por rescatar, restaurar y proteger nuestro patrimonio, son una constante en la entidad.
Y nos recuerda que no sólo es responsabilidad del INAH su protección, la ley establece de forma muy clara que tanto los gobiernos estatales como municipales deben velar por la integridad del patrimonio histórico e impulsar su conservación.
La Catedral de Hermosillo está dedicada a la Virgen de la Asunción y su construcción inició en los años 60 del siglo XIX.