Agrupaciones de México denuncian agenda de la ONU y OEA contra la familia

Por Redacción /

La Red de Apoyo a la Familia (RAFA), la cual está integrada por diversas asociaciones civiles de México, a través de una carta se solidariza con las víctimas y familiares de quienes fueron atacados en Orlando, Florida, pero a la vez denuncia los ataques de la ONU y la OEA contra la familia tradicional.

A continuación el pronunciamiento íntegro de dicha agrupación que defiende a la familia.

A quien corresponda:

Con motivo del reciente y muy lamentable acontecimiento en Orlando, Florida, las asociaciones que pertenecemos a la Red de Apoyo a la Familia queremos, por este medio expresar: Primero, nuestro total rechazo y reprobación a cualquier tipo de violencia.

Segundo, nos solidarizamos con las víctimas y sus familiares, quienes sufrieron el ataque terrorista del Estado Islámico, como ya quedó determinado por las autoridades.

Tercero, nos pronunciamos a favor de políticas que unan y no que dividan y polaricen a la sociedad mexicana, ya de por sí muy lastimada por innumerables situaciones. Es por ello que nuestra lucha es a favor de la conservación de la familia en la forma que le permite tener un mejor desarrollo, dando por consecuencia una Nación fuerte y consolidada, buscamos que en la familia sea donde los niños reciban una sólida educación sustentada en los valores que llevan al ser humano a su plena realización.

Cuarto, denunciamos los reiterados ataques de la ONU y la OEA, que mediante presión a los diversos países que a dichas organizaciones pertenecen, han pretendido una y otra vez imponer las políticas que dicta el plan internacional para llevar a cabo la agenda del LGTBI y va de la mano con la aprobación del aborto libre, tal como se ha visto en la actual asamblea general de la OEA en República Dominicana, donde en respuesta a las intenciones de esta organización, salieron millares de personas a manifestarse en contra del aborto y de la promoción de la Ideología de Género o Agenda del LGTBI.

Quinto, exigimos a nombre de la libertad de expresión, en su Artículo 7º. y la libertad de cultos, en su Artículo 24º, que consagran la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se respete nuestro derecho de disentir respecto a los llamados grupos minoritarios, ya que si hablamos de igualdad, tanto derecho tienen ellos de expresar sus ideas, como la tenemos nosotros, sin que se juzgue de “Crimen de odio” por el simple hecho de no coincidir con lo que ellos exponen.

Sexto, en un Estado Democrático, como lo es México, las decisiones que tomen los representantes de la ciudadanía, han de estar fundamentadas en lo que las mayorías exijan y no en ideologías particulares o personales de dichos representantes.

Séptimo, si la bandera que toman para presionar a los gobiernos y con ello generar políticas y leyes que les favorezcan de manera especial, denunciamos que por consecuencia habrá discriminación hacia quienes no formamos parte de su grupo y, además, si se hace referencia a que sólo exigen sus derechos humanos, al ser personas de la especie humana, tienen derechos, sin embargo no podemos hablar de un “derecho humano al matrimonio homosexual”, pues en días pasados el Tribunal de Derechos Humanos, el de Estrasburgo, ha dejado muy en claro que el matrimonio sólo se entiende como la unión entre un hombre y una mujer y que no existe tal derecho humano al matrimonio homosexual.

Y dado que esto último, en caso de aprobarse universalmente en nuestro país, llevaría a otros tantos supuestos derechos como el de adopción de menores de edad, se estarían dejando de lado los derechos de los niños, quienes son los más vulnerables y por lo tanto merecen la mayor consideración y protección.

Octavo, que como en cascada se darían una serie de cambios ya anunciados por el Presidente Enrique Peña Nieto, con su pretendida reforma del artículo 4º. Constitucional, y comenzarían a cambiarse los planes y programas de estudio para incluir en ellos el contenido de la Ideología de Género, causando confusión en los niños y adolescentes, además que arrebataría a los padres de familia la Patria Potestad y el derecho principalísimo de educar a sus hijos.