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Sergio Galindo y la obsesión por la riqueza del habla de la sierra

Por Imanol Caneyada/

Con el reciente estreno de “No ser sino parecer”, el dramaturgo equipara el lenguaje sonorense al del romance y a golpe de octosílabos incursiona en la sátira política; la dirección de Paulo Galindo anuncia un relevo generacional en la Compañía Teatral del Norte

La sátira política, cuyo origen y tradición en México se remonta al teatro de carpa, está de plácemes en Hermosillo con el reciente estreno de “No ser sino parecer”, de Sergio Galindo, primer texto dramático de una trilogía que el autor sonorense escribió bajo el auspicio del Sistema Nacional de Creadores.

El pasado viernes 12 de agosto se estrenó la obra en el Teatro de la Ciudad de la Casa de la Cultura de Sonora con lleno total. La puesta permanecerá en cartelera hasta el domingo 4 de septiembre, los días viernes y sábado a las ocho de la noche y los domingos a la seis.

Después del primer fin de semana, en el que el balance de asistencia de público es muy positivo; y ya más relajado una vez cumplido con el primer objetivo de toda puesta teatral: el estreno, conversamos con Sergio Galindo en el café Taza Madero.

Al dramaturgo sonorense le brillan los ojos cuando habla de teatro, la fatiga de las tres funciones al hilo que acaba de ofrecer desaparece, y busca con las manos las palabras para, de entrada, negar que con “No ser sino parecer” ha regresado a la sátira política.

“Si te refieres a ‘Huevos rancheros’, con esa obra no buscaba hacer sátira política”, aclara el director de la Compañía Teatral del Norte. Y cuenta que el fallecido dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, una vez que vio la puesta en escena de la probablemente obra más conocida de Galindo, escribió una reseña en la que la catalogaba como una obra de tinte político.

“Pero mi exploración en aquel momento iba por otro rumbo, no pretendía hacer una sátira política, lo que pasa es que con cualquier rumbo que emprendas terminas por tropezarte con la política”.

“No ser sino parecer”, forma parte de una trilogía politicómica y estará en cartelera viernes, sábado y domingo, hasta el domingo 4 de septiembre.
“No ser sino parecer”, forma parte de una trilogía politicómica y estará en cartelera viernes, sábado y domingo, hasta el domingo 4 de septiembre.

En el caso de “No ser sino parecer”, la puesta forma parte de una trilogía politicómica, narcocómica y catolicómica, comenta el escritor; la obra que se estrenó el pasado viernes responde a la primera clasificación. Es la historia de un actor y su ayudante en busca de trabajo durante un recorrido por la Sierra de Sonora; al llegar a Pueblo Siguiente, se encuentran con Pancho Peña, candidato a la Presidencia Municipal. La similitud entre ambos provoca una serie de situaciones que hacen de esta historia una cómica aventura.

El propio Galindo comparte escenario con Francisco Verú, Dettmar Yáñez y Saúl Barrios, con música original en vivo de José Javier Durazo Martínez. La escenografía corre a cargo del reconocido escenógrafo Emilio Martínez Zurita.

Pero más allá de la sátira política que subyace en la puesta, a Galindo, según confiesa, le obsesiona la experiencia con el lenguaje que define la estética de su teatro. De niño, durante los viajes que realizaba con la familia por Sonora, descubrió el ritmo y la sonoridad del habla de los habitantes de los pueblos de la sierra.

“Es un lenguaje que goza de excelente salud y mejor humor, con una conexión muy especial con el romance, con la métrica octosílaba que lo caracteriza, que resiste sin problemas la osificación de la palabra escrita”.

Es por ello que Galindo decidió escribir esta trilogía en octosílabos, un verdadero reto teniendo en cuenta que el verso fue expulsado del teatro hace ya mucho tiempo.

“Cuando envié el proyecto al Sistema Nacional de Creadores jamás pensé que lo aprobarían. ¿Qué hace este viejito escribiendo en verso en plena era de la narraturgia y el posdrama? Fue una grata sorpresa que me lo aceptaran”.

Sergio Galindo es uno de los dramaturgos, directores y actores sonorenses que mejor conecta con el público en una entidad donde escasean los espectadores. Hay quienes le achacan que ha encontrado una fórmula que complace a un público poco crítico y exigente.

Al respecto, el  dramaturgo, quien hace más de un cuarto de siglo anda en estas difíciles batallas y que le ha apostado a Sonora como lugar de creación, aun cuando cuenta con un reconocimiento nacional que le permitiría instalarse en cualquier otra parte, reflexiona sobre la imprescindible parte que hace posible el hecho teatral: la conexión con el público.

Los actores Francisco Verú y Sergio Galindo durante el desarrollo de esta cómica aventura.
Los actores Francisco Verú y Sergio Galindo durante el desarrollo de esta cómica aventura.

Define al espectador promedio sonorense como un público sin prejuicios, abierto y generoso. “Conectar con este público siempre ha sido una preocupación para mí, un público al que envidio porque va al teatro sin las telarañas mentales con que uno se sienta en la sala y que disfruta de la función abiertamente”.

En los años 70, recuerda el director de la Compañía Teatral del Norte, él y sus compañeros de aventuras proclamaban que no había que darle al público lo que quería, sino que había que educarlo para elevar su nivel. “Pero quién soy yo para decir cuál es el nivel del público; en Sonora hay de todo, lo que sí es una característica es que es muy participativo, muy rico, variado y transparente, a diferencia de los públicos de otras partes del país”.

Cuenta que en la época en que la gente no iba al teatro decidieron llevar el teatro a la gente y surgió la fórmula del teatro bar, la cual aún perdura en nuestros días y funciona.

Aún sigue siendo escasa la asistencia a las pocas salas existentes en Hermosillo, por ello, Sergio Galindo insiste en la importancia de crear esta conexión con el público a través de los temas y un lenguaje que le signifiquen algo al sonorense, con los que se identifique.

La respuesta de público al estreno de “No ser sino parecer” y la apuesta a una minitemporada demuestran que después de tantos años, la conexión del teatro de Galindo con el público permanece intacta.

Relevo generacional

¿Orgullo o envidia? Orgullo, responde de inmediato Galindo, un inmenso orgullo. Es su hijo Paulo Galindo quien dirige la puesta en escena de “No ser sino parecer”, con la cual la Compañía Teatral del Norte celebra 21 años.

Esto suena a relevo generacional, le comento.

“Esta vez tuve que desentenderme de la producción, de la dirección, de todo, para poder concentrarme en mi trabajo como actor; le cedí casi toda la responsabilidad a Paulo y respondió de maravilla”, explica, en efecto, con orgullo Sergio Galindo.

Pondera la visión fresca y nueva que Paulo ha traído a sus obras, el talento y la capacidad de liderazgo para llevar a buen puerto este proyecto.

Ya lo hizo con “El mentidero de Chico Talegas”, una obra de Sergio en la que su hijo Paulo, en tanto director,  le dio una lectura e interpretación que lograron sorprenderlo; aprovecho para decirle que es una de las puestas en escena que más me han gustado en los últimos años.

Sergio sonríe satisfecho, consciente de que el alumno está superando al maestro, orgulloso de que su hijo elija sus obras para dirigirlas y les imprima una visión renovadora, llena de talento y profesionalismo.

Con “No ser sino parecer”, nos confiesa, lo volvió a hacer.