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Atropellos que quebranta la paz Yaqui   

Desde antes de la época de la colonia, con la evangelización de los misioneros jesuitas y la independencia de México, la tribu Yaqui ha venido enfrentado una lucha constante y genuina por la autonomía de su tribu

Por David Figueroa Ortega

Los lamentables hechos violentos sucedidos en Loma de Bácum que cobraran la vida de una persona y dejaran a otras más heridas y una docena de vehículos incendiados nos debe hacer reflexión en qué hemos fallado ante nuestros hermanos Yaquis. Confucio sostenía que debemos “Estudiar el pasado si queremos pronosticar el futuro” y para ello bien vale la pena conocer mejor la larga historia de lucha y resistencia Yaqui por su dignidad y persistencia cultural ante una sociedad cegada y encarecida de valores.

Desde antes de la época de la colonia, con la evangelización de los misioneros jesuitas y la independencia de México, la tribu Yaqui ha venido enfrentado una lucha constante y genuina por la autonomía de su tribu.

Los Yaquis, fueron protagonistas de un sinfín de revueltas, luchas, levantamientos y rebeliones; un ejemplo muy marcado en la historia del noroeste fue la Guerra Yaqui a principios del Siglo XIX ante el Gobierno de México; fue una lucha por conquistarles sus tierras en las cuales trabajaban y de ahí procedía el sustento económico que la tribu requería.

En ese tiempo ocurrieron deportaciones masivas hacia Yucatán y al Valle Nacional en Oaxaca, fueron alrededor de 6,000 miembros de la tribu; unos hombres vendidos como esclavos, y otros que trabajaron arduamente en las haciendas henequeneras; y sus mujeres y niños fueron prisioneros de esta lucha constante por acabar con ellos, alrededor de solo 3,000 Yaquis pudieron regresar al Estado de Sonora.

La finalidad de aplacar y disolver esta etnia Yaqui en esa época fue en vano, ya que después de tantas guerras y conflictos la Etnia Yaqui se afianzo más como pueblo y con cultura propia, conformando así su propio gobierno con: Autoridad civil y judicial; Autoridad militar; y Autoridad religiosa.

En nuestros días los Yaquis son considerados como guerreros implacables por su cultura y territorio, por el cual se han derivado estas luchas constantes por el dominio de sus tierras, y que no han dejado de ser una conflagración interminable ante una historia de despojo y exterminio.

Los eventos más sobresalientes y perjudiciales ante la Tribu Yaqui recientemente son la construcción del Acueducto Independencia y el Gasoducto Sonora, este último proyecto se realizó por licitación pública internacional en donde Gasoducto de Agua Prieta fue la empresa adjudicada, es de inversión privada de Infraestructura Energética Nova, S.A.B. de C.V. dirigida por Carlos Ruiz Sacristán, Presidente del Consejo y Director General.

Es innegable el beneficio económico y el desarrollo que significara el gasoducto para Sonora, pero no por ello se debe violentar la armonía de los pueblos indígenas y mucho menos quebrantar el estado de derecho.

Si existe una suspensión mediante un amparo para que se detenga la obra se debe acatar. Una de las quejas constantes que me ha tocado escuchar de la comunidad Yaqui es la intromisión de gente externa que poco comprende su forma de convivencia y terminan por dividirlos y enfrentarlos.

El allanar de esta manera la zona que abastece una economía familiar debería ser foco de atención para toda nuestra sociedad, y darle más importancia y valor a nuestras raíces patrimoniales.

Ante la agraviante territorial a la Tribu Yaqui considerada la Etnia más guerrera del Noroeste del país, debemos de empezar a respetarla mayormente por su valentía ante una sociedad desvalorizada y técnicamente manejada por gobiernos que atropellan y quebrantan la paz de una nación.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico [email protected]; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

*David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.