Como sociedad no podemos ser indolentes y resignarnos a aceptar la normalización de la violencia, no debemos dejar de sorprendernos ante estos hechos que nos lastima a todos por igual
Por David Figueroa Ortega
La terrible tragedia sucedida en días pasados en un colegio de Monterrey nos obliga a reflexionar como padres de familia y sociedad en general.
La pregunta obligada es ¿qué estamos haciendo con nuestros jóvenes?
Podríamos hacernos un sin fin de preguntas sin respuestas, lo cierto es que el caso de “Fede” estudiante de tan solo 15 años, quien disparara y dañara la vida de tres compañeros y su maestra, es el síntoma de un sistema enfermo.
La depresión, bullying y acoso escolar influyen de manera directa en la realización de este tipo de actos pero también encontramos ahora una nueva modalidad de protestas y violencia dentro de las redes sociales en las cuales estamos inmersos y que no nos damos cuenta qué tan dañinas pueden ser, desde Facebook, Twitter, Whatsapp, Snapchat por ejemplo; que con el siglo han venido a revolucionar nuestras vidas pero también a llegar a este grado de violencia social.
Los humanos aprendemos por imitación; es decir hay comportamientos que se cultivan y que son los patrones a seguir.
La exposición a los altos niveles de violencia que viven a diario nuestros jóvenes con noticias destructivas, así como algunas letras de canciones, los interminables videojuegos y la difusión sin límites de actos de violencia en las redes sociales terminan por producir conductas agresivas especialmente en la adolescencia donde los jóvenes aún no han terminado de madurar.
Según las investigaciones hasta el día de hoy “Fede” sí estaba pasando por un proceso depresivo que no llamaba la atención porque era aceptado en varios grupos de redes sociales, los cuales omitiré para no generar morbo entre los jóvenes; y que también en esas mismos grupos sociales menciono lo que sucedería al día siguiente en el colegio. Y después de los hechos su perfil seguía teniendo actividad y un sinfín de comentarios diciéndole que lo había logrado o le dedican la canción Raise Your Weapon que dice: Levanta tu arma, Levanta tu arma, Y Este es el fin, Preservaste tu ego, Tu no sentías nada, Siempre el número uno…
Como sociedad no podemos ser indolentes y resignarnos a aceptar la normalización de la violencia, no debemos dejar de sorprendernos ante estos hechos que nos lastima a todos por igual.
Lo sucedido en el Colegio Americano del Noreste destapó un tipo de violencia que se creía que aún estaba lejos de México.
Hubo un grupo de jóvenes de secundaria que se les preguntó ¿por qué creían ellos que pasó la tragedia? y comentaron que fue porque nadie le puso atención, por problemas en su casa, por la influencia de los videos juegos y por el internet; y al parecer ellos tienen la razón.
Este caso nos debe llamar la atención a todos aquellos padres que tenemos hijos adolescentes, porque no sabemos, ni nos damos cuenta de cómo los jóvenes tienen esa sumersión en las redes sociales y de la cual ya ni nos deja disfrutar la comida o una buena charla en familia.
Es la hora de escuchar a nuestros jóvenes; puesto que no hay nadie que los escuche, padres trabajando, maestros ocupados y un gobierno desinteresado por eso es de gran importancia empezar a instruir más a los adolescentes y jóvenes en la comprensión de las tecnologías digitales porque nos pueden llevar a mas tragedias igual o peor que la de “Fede”.
Para sanar el sistema enfermo, debemos tomar necesarias acciones conjuntas entre gobierno y sociedad en general; no basta solo revisar mochilas, es necesario ir más allá y fomentar desde el seno familiar los valores fundamentales del ser humano.
Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico [email protected]; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.
*David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.