Jóvenes hermosillenses al filo de la “Ley del machete”
La problemática de delincuencia juvenil en la ciudad es resultado de una peligrosa combinación de factores sociales que terminaron por estallar, donde tanto sociedad como gobierno, son corresponsables
Por Gerardo Moreno
“Yo la verdad no creía lo que decían en las noticias y las redes sociales sobre los asaltantes con machetes en Hermosillo, hasta que levanté la cabeza esa noche y lo vi con mis propios ojos como ese joven con la cara tapada nos amenazaba con uno”, fue la primera reacción del joven Fernando cuando comenzó a platicar cómo en pleno centro de la ciudad, en una plaza donde había mucha gente e incluso con una patrulla estacionada a escasos metros, un joven de los llamados macheteros les arrebató sus pertenencias sin el menor temor ni remordimiento.
Fue el sábado luego de juntarse con un grupo de amigos en un tradicional bar de Hermosillo ubicado en el pleno centro de la ciudad, en la esquina de Álvaro Obregón y Garmendia. Cuando el reloj dio la una de la mañana decidieron que ya era tiempo de retirarse. Dos se quedaron para pagar la cuenta. Omar y una amiga salieron para ir pidiendo el servicio de Uber.
Narra que para no esperar de pie en plena calle, decidieron sentarse a una banquita de la plaza Hidalgo. “Mientras estábamos sentados mi amiga estaba poniendo la dirección en la aplicación; no sé cómo ni cuándo, pero a un lado de nosotros se paró un joven que traía una camiseta gris, pantalón de mezclilla, la cara tapada con un pañuelo y una gorra. Apenas mi amiga y yo levantamos la mirada y lo primero que vimos fue el machete que nos lo puso en frente y dijo: denme todo lo que traigan”.
Asustados y sin poder reaccionar ni siquiera, el ratero le arrebató el celular a la muchacha y luego se movió con Fernando, quien tuvo que sacar de la bolsa de su pantalón su teléfono y cartera.
En ese instante el asaltante se guardó rápido el machete y salió corriendo hacia el sur para perderse por las calles que van al cerro de la campana. En ese momento salieron sus otros dos amigos, le platicaron lo sucedido. Uno salió corriendo a ver si veía al asaltante, pero ya era tarde. Marcaron al 911 para poner el reporte.
Más de 10 minutos y no llegaba ninguna patrulla. Ahí se dieron cuenta que al otro lado de la Plaza había una unidad de la Policía Municipal estacionada con las torretas prendidas. Fueron y le platicaron lo que acababa de suceder y pidieron ayuda, pero la respuesta de los dos oficiales fue que la orden que tenían era no moverse de ese lugar porque “ahí los habían asignado y no tenían autorización para perseguir ladrones”.
Varios minutos después llegó la unidad que mandaron del C4. Primero los oficiales tomaron toda la declaración y pidieron características del delincuente. Después, por fin les pidieron que abordarán la patrulla para buscar, pero solo tomaron la calle No Reelección. Sobre el Mercado Municipal vieron un indigente tendido en la banqueta.
—Es ese de ahí —preguntaron los oficiales.
—No.
En ese momento dijeron a los denunciantes que no encontrarían nada. Los bajaron de la unidad en una gasolinera a un costado del Jardín Juárez y el policía al volante los despidió con un: “si ya saben cómo está la cosa, para qué salen”.
Fernando comentó que eso generó más coraje, rabia e impotencia. Pero ya resignados tuvieron que irse a sus casas sin teléfonos ni dinero.
A punta de armas blancas

Según el último reporte realizado por el jefe de la Policía Preventiva de la Policía Municipal de Hermosillo, Julio César Rivera Moreno, del primero de enero al 15 de mayo se habían detenido a un total de 507 personas que portaban un arma blanca en la vía pública (machetes o instrumentos punzocortantes “hechizos”).
La Ley local establece que el portar un arma blanca no es delito grave, por lo cual el detenido puede salir luego de cumplir un arresto de 36 horas o bien pagando una multa que va de los 400 a los tres mil pesos, dependiendo del Juez Calificador.
Según datos de la misma jefatura de policía en el 2014 se detuvieron a 261 personas portando arma blanca, en el 2015 fueron 226 y en 2016 también fueron más de 200. Sin embargo, casi cinco meses del 2017 ya van más del doble que los años anteriores, los delincuentes usan estas armas indiscriminadamente para cometer todo tipo de daños.
El Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, reporta que en Hermosillo se concentran el 56% de la incidencia delictiva de todo Sonora. Con cierre al 30 de abril, se denunciaron ante el Ministerio Público un total de 164 robos a casa habitación, 878 robos de vehículos y 112 robos a negocio, sin embargo, en la estadística nacional siguen sin contabilizarse el robo a transeúnte.
También se han presentado un total de 51 homicidios dolosos en Hermosillo, de los cuales 12 fueron cometidos con arma blanca.
Por otro lado, según los datos presentados por la Secretaría de Seguridad Pública (como parte de la estrategia coordinada del programa “Escudo Ciudadano” y “Hermosillo Seguro” basada en las llamadas realizadas al 911) del primero de marzo al 19 de mayo la capital del estado es el primer lugar de Sonora en robó a vehículo, donde se tiene una tasa de incidencia delictiva de 9.81 casos casos por cada 10 mil habitantes.
En cuanto a robo a casa habitación, Hermosillo se ubica en segundo lugar estatal con una tasa del 1.83 por cada 10 mil habitantes, una reducción de alrededor del 77% en comparación al mismo periodo del año pasado. Y también es segundo lugar estatal en robo a comercio con una incidencia del 1.75, pero con un incremento del 47% en comparación al 2016.
Al filo del riesgo: desempleo, deserción escolar, pobreza
En Hermosillo, actualmente están viviendo más de 687 mil 600 jóvenes de entre 15 y 29 años (datos del INEGI), quienes tienen que enfrentarse a múltiples problemáticas sociales donde constantemente se les está orillando a dedicarse a la delincuencia o bien caer en las drogas.
Por ejemplo, según las cifras de ocupación laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social al cierre del primer trimestre del año, el 22% de los jóvenes de Hermosillo (de los 20 a los 29 años de edad) están desocupados, es decir que no tienen un empleo, y de entre los adolescentes de 15 a 20 años el porcentaje es del 7%. En decir que en estos momentos hay más de 189 mil jóvenes sin oficio.
A esto le agregamos que según los datos de la Secretaría de Educación y Cultura, el 32% de los jóvenes de 15 a 19 años no asisten a la escuela, y del rango de los 20 a los 24 el porcentaje aumenta al 72%. Es decir que más de 245 mil hermosillenses no están estudiando ni la preparatoria ni la universidad, a pesar de estar en edad para estarlo haciendo.
Hay que agregarle que la misma SEC reconoce que la mitad de los adolescentes que ingresan a estudiar el bachillerato terminan abandonando sus estudios. Es decir que de los más de 41 mil alumnos que el miércoles presentaron el examen Ceneval de ingreso al nivel medio superior, alrededor de 20 mil 500 estarán sin estudiar en el transcurso de tres años.
También están las familias que viven en condiciones de pobreza. Según los últimos datos disponibles del Coneval, el 25.4% de los hermosillenses viven en condiciones de pobreza, es decir que tienen al menos una o dos carencias (vivienda, alimentación, salud, seguridad social, educación y bienestar social), y hay un 5.6% de la población que está en condiciones de pobreza extrema, es decir que no tienen los ingresos mínimos para que su familia pueda subsistir.
Según la Encuesta de Cohesión Social de la Violencia y la Delincuencia 2015, en Hermosillo el 13% de los jóvenes consumen algún tipo de droga de manera habitual, es decir más de 19 mil hermosillenses de entre los 15 y 29 años ya son drogadictos. Además que más del 39% ya consume alcohol o tabaco y están a un paso de consumir otras drogas para luego buscar la forma de seguirlas comprando, a cualquier costo, como terminar delinquiendo.
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