Entrevista con Margarita Ibarra de Torres, presidenta del DIF Sonora

Por Feliciano J. Espriella
En nuestra edición anterior publicamos cómo fue que Margarita Ibarra de Torres, quien inició su vida de apoyo al prójimo por medio de talleres de oración a barrios humildes y zonas marginadas, fue encontrando además de muchas carencias, patéticas historias de adicciones en mujeres para las cuales no había lugares específicos en que se les intentara rehabilitar. Fue el origen de su interés por ayudar a mujeres.
Platícanos de San Bernardo, dónde diste los primeros pasos de apoyo directo al prójimo ¿Cómo lo construiste?
Empezamos dando catecismo y desayuno a los niños, en una invasión, abajo de un árbol. Compré una carpa en el Costco y ahí abajo montamos el comedorcito. Me empecé a llevar láminas de los corrales de engordan de mi marido, el Peque, de las que cambiaban yo me traía algunas y comencé a levantar un cuarto con mis quincenas. Alejandro mi hermano consiguió un albañil que él pagaba. Lo fuimos levantando poco a poco. Allí empezamos hace 23 años.

Empezamos dando albergue a los que perdían sus casas y ya después que se llenó de niños por el catecismo; empecé a formar Talleres de Oración y Vida, Cursos de Biblia y Teología Espiritual, cuando yo les estaba dando a estas señoras teología espiritual sufren la misma catarsis o conversión. Muy curioso, yo nunca hablé de que se cuidaran para no tener hijos, sino que hablaba de que con el sexo con protección hacíamos objeto a la persona, o sea, nada más para el placer, no quedaba abierto a la vida. Mis alumnas se embarazaron… tengo cuatro niñas de esa edad. Dejaron de ser objetos sexuales.
Ellas se enamoraron del programan y luego quisieron hacer algo por su comunidad. Les dije: «Yo no puedo atenderlos, ya tengo otros quehaceres, pero ustedes se encargan» y ellas empezaron como voluntarias a hacerse cargo. En el 2005 les hice crecer las áreas con proyectos de coinversión de Sedesol, hicimos crecer aquello que era sólo un cuarto.
En San Bernardo me sucedió también algo muy curios, hoy es un centro de prevención en la Colonia Solidaridad pero inició como un albergue para hospedar a gente que a consecuencia de un siniestro perdían sus hogares.
En un shower, coincidí con Lily Tirado, esposa del Guaty Iberry, en aquel entonces presidente municipal. A manera de critica le dije a la primera dama: “Lily, Deberían hacer algo con aquellas gentes de la periferia. Pierden sus hogares y mientras el municipio les lleva el apoyo de las láminas de cartón y madera se quedan a la intemperie, no?»
Al día siguiente me llamó el Guaty y me dijo: «Oye, comentaste tú esto con Lily, pues constitúyete y te doy un terreno para que tú lo hagas». Así fue. Desde ahí que empiezo ya con esta labor de las adicciones y todo lo demás. O sea, no han sido mías, como se puede ver, salen por otro lado.
De ahí ya pues adelante. Cinco parejas constituimos lo que es la Posada del Buen Samaritano, es el nombre que nos dieron, ni siquiera lo escogimos. Total que si vemos la parábola, está muy decidora: «lo tomé en mis brazos, todo mundo lo rechazaba». ¿Qué gente más rechazada hay que los adictos? La parábola presente… haz de cuenta que otra vez yo sentí ese llamado
Hablemos ahora de la Posada ¿Cómo fue que te decidiste por la construcción de un albergue para mujeres?
Sucedió también algo muy curioso. Me invitaron a hacer un diplomado de gerenciamiento de líderes en el Tec de Monterrey. Tenía ya seis meses cuando me dije, «bueno, yo qué puedo hacer» En la Providencia ya estaba Marcela Fernández y ya tenía su grupo, era de 5 personas.
Quedábamos tres personas libres, el contador del Club Rotario, Alma Gurrola que era de Amsif y yo, que no tenía ninguna institución. Mi idea fue hacer algo por la mujer pues ya había vivido la experiencia en Amar Sonora de que había que separar a las mujeres de los varones.
Empecé a desarrollar el proyecto. A los seis meses en el diplomado tenía muy avanzado el proyecto de un albergue para mujeres, un proyecto de rehabilitación; todo inventado, el costo, ni siquiera consultado o averiguado. Fue cuando me habló Robles Linares para ofrecerme apoyo para este centro.
Terminé el proyecto este y empecé a tocar puertas. En aquel tiempo estaba en la Cecop Arnoldo Soto Soto. Él fue mi guía en cuestión de recaudación de dinero. Él me hacía citas, vete por acá, vete por allá. Ellos nos bardearon, Cecop nos bordeó y me dice ve con fulano. Y ahí yo llevaba con un cuaderno, un proyecto elaborado al 100 por ciento a todas las dependencias de gobierno.
¿Y luego? ¿Cómo sostuviste la operación? Debe ser costosa.
En aquel tiempo estaba aquí en el DIF Raúl González y me empezó a apoyar con 70 mil pesos mensuales para realizar el proyecto. En Hacienda me apoyaron con 30 mil pesos y luego me apoyan con otros 30 mil. Inicié con estos apoyos anuales. Con Eduardo Bours me tumbaron todo.
Él mismo, al siguiente año me lo volvió a aumentar a lo que recibíamos antes y cada año nos fueron aumentando de acuerdo la inflación. Cuando viene Padrés ya íbamos casi en millón y medio al año, nos los tumban y nos dieron 200 mil pesos al año nada más. Entramos a una crisis bastante fuerte porque no tenía preparada a la institución.
¿Cómo te preparaste para apoyar a todas esas mujeres que si bien requerían urgentemente de ayuda, hacerlo requiere de algunas habilidades especiales?
El Dr. Robles Linares me llevó a un evento binacional sobre el tema de adicciones. Allí conocí varios programas y escogí el de Oceánica para usarlo como modelo.
Fui a Oceánica y me ofrecieron capacitarme al personal, a tres terapeutas y a cinco personas como profesionales en residencia. Yo fui como profesional en residencia y me interné una semana allí para conocer el programa de Oceánica. Ese fue el modelo es que repliqué aquí en la Posada. Iniciamos en el 2001 acabamos de cumplir 16 años.
Margarita Ibarra de Torres, presidenta del DIF Estatal
Al iniciar la presente administración estatal encabezada por la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, Margarita Ibarra de Torres fue designada presidenta del DIF Estatal. No lleva ni la tercera parte del ejercicio de su responsabilidad pero ya se nota su presencia.
Aunque son menos de dos años al frente del DIF, platícanos un poco de tus experiencias como presidenta.

Entré, estudié y terminé como ludoterapeuta, no me titulé porque me dije «para qué me presiono si no voy a trabajar en eso», pero en mis prácticas logro unos cambios de personas, o sea que vi que también era buenona para en eso. Tengo trabajando en esto a personas que estaban totalmente derrotadas, destruidas y ahorita son de mis manos derechas y más activas trabajando.
Me pregunté yo mucho para qué me habían dado la oportunidad de estar aquí. Para qué Claudia me había pedido presidir el DIF. Vino a ser un choque muy fuerte para mí y para las demás gente. Primera vez que es una suegra presidenta del DIF. Me veía como una empleada más, no como lo que era, la presidenta y me preguntaba mucho para qué me habían dado la oportunidad.
Vuelve otra vez Dios a marcarme el paso, que la atienda. Me pide esta misión, de estar aquí, que está en función de humanizar a la persona desde la solidaridad y la ética. Es la misión de Dios. Me la aceptaron y en base a esa misión es lo que yo trabajo, tanto con el personal… está como muy materializado los tratos, no se ve a la persona más que como el empleado que tiene que cumplir, no desde la perspectiva de persona, sus necesidades que tienen también de reconocimientos, de apoyarlos para que puedan hacer bien sus trabajos, darles las oportunidades, y luego me voy a la gente más vulnerable del estado, a la que yo sé que nadie va a ir a atenderlos, pero que no dejan de ser sonorenses. Y de ahí es donde se vienen los programas que venimos desarrollando.
¿Qué es lo que más te gusta que haces actualmente?
Pues lo que hice ayer. Ayer estuve en Mesa Colorada que está a dos horas de Álamos, pertenece al municipio de Álamos. La gente de San Bernardo fueron a abrir un campamento con los guarijíos, entonces fue una fiesta.
Estas mujeres que hacen lo que hago yo, quisieron irse a instalar dos semanas. Ayer fue el cierre del campamento y tuve la oportunidad de estar allá. La alegría de aquellos niños que ya no traen piojos, fumigaron sus casas, cepillos de dientes, hermosos sus dientitos, los adultos, los papás de estos niños, no, unas bellezas.
Alegría. Dicen las mujeres, “Nos acabaron; desde las seis de la mañana nos llegaron porque ya querían empezar”. Las manualidades que hicieron. Nunca habían tenido oportunidad. Bailes, cantos, a las 10 de la noche los corrían, porque todas las noches querían bailar los niños. Se apuntaron o sea se capacitaron a 13 personas, madres de familia, que van a ser los que atiendan el centro que se va a abrir ahí próximamente, yo creo que el mes que entra estamos inaugurando. Mucho entusiasmo en los niños, mucha alegría a pesar de que hay muchos niños como introvertidos. De todas las etnias de los guarijíos, este lugar era el más adusto, el más introvertido. No te volteaban a ver la cara, no crees que de ellos puedan tener esa creatividad y aquellas ganas de vivir y todo, como lo acabo de ver ayer.
Impecable el pueblo, impecables todos los patios sin nada fuera de lugar. Impecable todo. Pusieron piedritas, las encalaron, les mandé cal, encalaron algunas casas. Eran felices. Conseguí que me mandaran porque fue Peque, llevé a mi familia para que sepan lo que hago y cómo lo hago.
Como DIF se están implementando centros comunitarios en estos lugares para que los niños gocen de oportunidades.
¿Cuántos centros comunitarios llevan y qué hacen?
Cuatro y tres más que ya están en Obregón, allí ha sido un exitazo el programa Creciendo Sano. La presidenta del DIF de allá quiere replicarlo en otras colonias por el resultado que están teniendo. Considera que es una buena herramienta para prevenir la inseguridad.
Un centro comunitario es un lugar para brindar atención integral mediante seis componentes básicos. Hay una ludoteca, donde empiezan con la estimulación temprana los niños de 4 a 6 años, de ahí de 7 a 9, de 10 a 13, y de 14 a 18 años. Son programas psicoeducativos los que se implementan con los grupos. Tenemos sala de cómputo, nivelación académica, atención sicológica, deporte y arte. Es lo que conlleva un centro de estos.
¿Y cómo consigas gente para que los opere y dirija?
La capacitamos. Acabamos de capacitar voluntarios. El compromiso con el presidente municipal es el mantenimiento y que le pague a lo que va a ser la directora, una profesional en educación, sicóloga o trabajadora social.
Esos tres perfiles pueden ser las directoras de estos centros y el resto se va a trabajar con voluntarias dirigidas por la directora a las que capacitamos. Ahorita llevamos capacitadas 48 personas en los diferentes niveles que van a atender, ellas escogieron con qué niños van a trabajar. Se les dieron manuales, temas y todo.
…Y lo que falta
Lo anterior es sólo una parte de lo que Margarita Ibarra de Torres está realizando al frente del DIF Estatal, aparejado con otros programas, actividades y proyectos, como “Villas del Papa Francisco”, otro ambicioso programa para apoyar a los hijos de los jornaleros; para que ellos puedan poner en práctica sus derechos. Es para la protección de los derechos de los hijos de los jornaleros en el que se incluye una casa hogar. En muy poco tiempo estará en funciones.