Alarmante en Sonora la crueldad contra los animales

Activistas y rescatistas coinciden en señalar la delgada línea que separa la violencia ejercida contra los animales y las personas; casos como el de Valle de Arandas nos retratan como sociedad
Por Imanol Caneyada
La distancia entre envenenar a un perro en situación de calle porque representa una molestia y eliminar a una persona por lo mismo es mucho más corta de lo que la mayoría de la gente cree, la línea moral y ética que separa ambos actos es muy delgada.
Activistas en pro de los derechos de los animales y rescatistas coinciden en esta inquietante idea, basada en estudios que han realizado en países como Estados Unidos, los cuales han concluido que la crueldad contra los animales, entre otras cosas, representa una especie de ensayo para futuros crímenes contra individuos.
En el caso de Sonora, la creciente crueldad contra los animales, especialmente contra los de compañía, ha disparado las alarmas de quienes día a día son testigos de ella en su labor de rescate y protección de estos seres indefensos.
Protección a animales, parte esencial de la moral de un pueblo: Carolina Araiza

La fundadora de la Asociación Civil Pata de Perro, Carolina Araiza, con una larga trayectoria en sus espaldas en el rescate de animales en situación de calle, cita a Benito Juárez para expresar lo que significa que en una sociedad sea intolerante e indiferente en cuanto al maltrato a los animales: La protección a los animales es una parte esencial de la moral de un pueblo, expresó el Benemérito de las Américas.
En Sonora, externa preocupada, no estamos ni en pañales en lo que tiene que ver, por un lado, con la legislación y las instituciones que deben aplicar las leyes, y por el otro, y más importante, con la sensibilización y conciencia de la sociedad en general de un problema, insiste Araiza, del que los únicos responsables son los seres humanos, no los animales.
Desde la agrupación Pata de Perro, de la mano con otras agrupaciones como COAT AC, los activistas en defensa de los derechos de los animales hacen un trabajo constante para impulsar leyes que los protejan y para sensibilizar a la población.
Sin embargo, reconoce Carolina, llegan a un sector muy pequeño de la sociedad que ya está previamente sensibilizado; el grueso de la población ve a los animales de compañía como objetos de usar y tirar, y en cuanto al animal en situación de calle, es totalmente intolerante con ellos.
“En Sonora andamos muy mal —dice apenada—, los casos de crueldad animal no se detienen, y es porque culturalmente no los vemos como seres vivos”; esto genera una intolerancia hacia los animales que resulta, por ejemplo, en el envenenamiento de cuatro perros callejeros en la Cerrada Valle de Arandas, en el poniente de Hermosillo.
Esta cultura tan arraigada en la región tiene consecuencias graves que ahondan en un círculo vicioso; la gente no esteriliza a los animales de compañía, los deja sueltos o los abandona cuando se vuelven una molestia, se reproducen porque esa es su naturaleza y terminan convirtiéndose en un problema social y de salud pública.
No es por falta de información, aclara Carolina Araiza, en la actualidad hay mucha y al alcance de cualquiera; por ello, asociaciones como la que ella encabeza y otras más realizan de manera voluntaria un trabajo constante para sensibilizar a la gente en el respeto, cuidado, adopción y esterilización de los animales de compañía, y organizan campañas de esterilización a muy bajo costo.
La fundadora de Pata de Perro asegura que hay estudios en otros países, como en Estados Unidos, que demuestran que la crueldad contra los animales, entre otras cosas, es un ensayo para posteriores crímenes contra las personas.
No nos extrañe que luego haya sicarios: David Rodríguez

Para David Rodríguez, fundador de la agrupación Ambulancias de Rescate Animal, no debe extrañarnos que haya sicarios y la violencia sea cotidiana en Sonora, luego de los muchos casos de crueldad contra los animales que ha atestiguado en un año de labor.
Porque hace un año, David Rodríguez y un grupo de voluntarios decidieron dejar de gastar dinero en un 24 de cerveza, por ejemplo, y echárselo de gasolina a la ambulancia que les donó Joyería Fina Canina, para dar un servicio inexistente hasta entonces en Hermosillo.
“Es nuestro hobby —asegura—, no lo hacemos con fines de lucro, la cuota que pedimos es de recuperación cuando el animal tiene dueño, si no, nosotros asumimos el gasto, ponemos de nuestro bolsillo”.
Integrantes de Ambulancia de Rescate Animal fueron los primeros en llegar a la cerrada Valle de Arandas y descubrir a los perros envenenados.
Quien lo hizo actuó con saña, asegura Rodríguez, pues además de matarlos con veneno de rata y una sustancia verde y azul muy difícil de conseguir, los acuchilló posmorten según arroja la necropsia.
Durante estos doce meses, David Rodríguez ha sido testigo de actos tan brutales como este en la colonia Altares o en el cerro de la Virgen de Guadalupe, en donde encontraron un perro ahorcado, colgando de una cuerda.
No tiene ninguna duda en calificar de alarmante la insensibilidad respecto de los animales que existe en el estado.
“A la gente se le hace fácil matar a un perro o a un gato, y esto se da en todos los niveles sociales sin distinción”.
Por ello, insiste hasta el cansancio David Rodríguez, la gente debe denunciar, denunciar y denunciar cuando sea testigo de un caso de maltrato animal; no tener miedo, no cerrar los ojos, no dar la espalda, acudir a las autoridades y denunciar, sólo así empezaremos a frenar la brutalidad contra los animales.
La vía legal
De momento, la fiscalía especializada contra el maltrato a los animales sigue siendo una promesa del fiscal general Rodolfo Montes de Oca que no ha prosperado.
El camino para poner una denuncia por maltrato animal es el siguiente, nos explica Carolina Araiza:
El denunciante debe acudir a la Fiscalía General del Estado, al módulo de atención temprana e informar del tipo de denuncia que desea poner.
Ahí lo canalizarán a la agencia del Ministerio Público correspondiente a la zona donde ha sucedido el hecho y la denuncia se hará con base en los artículos 342 y 343 del Código Penal del Estado de Sonora, en los que se estipula lo concerniente a maltrato animal.
Las autoridades están obligadas por ley a abrir un expediente, asignarle un número y actuar dentro del marco legal de referencia para consignar o no el posible delito.
En adopción, perrita sobreviviente al envenenamiento

Lo sucedido en la cerrada Valle de Arandas, al poniente de la ciudad de Hermosillo, el pasado jueves 24 de agosto, en donde cuatro perros en situación de calle murieron envenenados y posteriormente fueron apuñalados, según arroja la necropsia, ha sido la última muestra de barbarie contra animales de la que se tiene conocimiento.
Una vecina de la cerrada ha interpuesto ya una demanda en la agencia del Ministerio Público Investigadora Sector Uno, en la colonia Villa de Seris.
De la manada de perros que había encontrado refugio en dicha cerrada, una hembra sobrevivió al ataque.
Al día de hoy se encuentra resguardada en la veterinaria y estética canina La Casa del Perro y está en espera de que alguien pueda interesarse en adoptarla.
La Casa del Perro se ubica en la calle Palmi Nro. 6, colonia Villa Bonita, y el teléfono es 01 662 328 7688.