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Diputados federales perfilan paquete económico con tinte electoral

El aumento de 7.3% en el Gasto no Programable respecto de 2017 podría desviarse a las campañas electorales, dicen expertos

Por Imanol Caneyada

Por estos días se discute en la Cámara de Diputados el paquete económico para el 2018, cuyo presupuesto de egresos deberán aprobar los legisladores a más tardar el 15 de noviembre de este año.

Pocas o nulas han sido las voces de la oposición que han cuestionado la propuesta del Ejecutivo para la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos del año entrante.

Todo indica que el presupuesto de egresos será aprobado sin muchos cambios, un presupuesto destinado sobre todo a contentar a las empresas internacionales calificadoras del riesgo, con el objeto de que mantengan la evaluación de la eficiencia fiscal de México en estable.

“Si no cumplen con lo que dijeron que harían, entonces volvería a surgir la probabilidad de una rebaja de calificación”, establece el economista Benito Berber en el análisis que hace del paquete económico, quien advierte que luego de la mejora de las perspectivas crediticias, las autoridades mexicanas se ven presionadas a avanzar en el plano de la consolidación fiscal y a cumplir las promesas que hicieron este año.

Mantener el “estable” de las calificadoras de riesgo implica que México siga siendo un país atractivo para los inversionistas extranjeros, pero también conlleva recortes presupuestales a áreas como cultura, turismo e infraestructura para disminuir la deuda pública y alcanzar la meta del superávit fiscal.

De esta forma, la Secretaría de Cultura recibirá un 5.2% menos, la de Turismo 5.8%, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte 8.7% menos y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología  menos 0.13%, según se desprende del Análisis del Paquete Económico 2018 que realiza el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

Un presupuesto que no tiene empacho en destinar más recursos a los rubros de seguridad pública para continuar con la política de combate al narcotráfico, a pesar de los fracasos que año con año se acumulan.

La Secretaría de la Defensa Nacional aumentará su presupuesto respecto de este año en un 16.7%, la Secretaría de Marina en un 18.8% y la Secretaría de Gobernación en un 8.6%.

Otras secretarías beneficiadas, aunque con aumentos mucho menores, son la de Educación Pública, con 2.9% más, y la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, con 4%.

Un paquete económico inercial, lo han calificado los expertos, con miras a cumplir las metas fiscales impuestas por los organismo rectores de la economía mundial y reforzar la lucha contra el crimen organizado pensando en el año electoral.

En busca del clientelismo

El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF 2018), establece el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, propone un Gasto Presupuestario de similar magnitud, en términos del PIB, a lo aprobado para el ejercicio fiscal actual. Es decir, la propuesta indica el rígido control de la expansión del gasto público. El monto propuesto asciende a 5 billones 236 mil 375.8 mdp, 2.2% real mayor a lo aprobado en 2017, esta proporción equivale a disponer de 347 mil 483.3 mdp adicionales.

A decir del documento, el aumento al Gasto Programable es de apenas un 0.3% real, mientras que el del Gasto no Programable es de 7.3% real, y la diferencia absoluta con el monto aprobado para el año corriente es de 166 mil 182.6 millones de pesos.

El Gasto no Programable es aquel que va dirigido a fines no específicos, como lo son las Participaciones a los estados y municipios, así como el pago a los distintos tipos de deuda, ambos considerados como gastos “ineludibles”.

En el análisis que realiza Valeria Moy, directora de “México ¿Cómo vamos?”, señala que el Presupuesto 2018 debe ser austero y prudente, porque hay un aumento en el gasto de pensiones por la dinámica poblacional, por el costo financiero de la deuda, que se eleva por el pago de intereses y porque es un año electoral, en el que los recursos adicionales pueden tener un mal uso.
Año con año se están subestimando ingresos y cuando se tienen ingresos extras se abre la puerta a mal ejercer esos recursos, porque los puede usar el gobierno de forma discrecional y ahí es donde se debe poner la lupa.

El peligro radica en las participaciones a estados y municipios, las cuales podrían repartirse discrecionalmente a través de programas y proyectos con fines claramente electorales.      

Otro año sin crecimiento económico

Las previsiones de crecimiento que contempla el paquete económico 2018 indican que México seguirá estancado.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto de 2.5%, semejante a los porcentajes que México ha sostenido desde 2013, muy lejos del 7% al que llegó a crecer a finales de la década de los noventa y principios del 2000, y del 4% que registró en 2012.

Desde entonces, el aumento del PIB ha oscilado entre el 2 y el 2.6%, insuficiente para las necesidades del país. 2018 no será diferente.

Sin embargo, los mercados internacionales son mucho menos optimistas y estiman un crecimiento del PIB menor, tan solo 2.24%.

La misma SHCP fija un tipo de cambio para el año que viene de 19.1 pesos por dólar, siendo más optimistas los mercados internacionales, que lo establecen en 18.21 pesos por dólar.

El investigador y académico del CIDE Fausto Hernández hace una reflexión muy interesante sobre el presupuesto de 2018, al cual califica de inercial, un presupuesto que no implicará grandes cambios para el país, que refleja una inercia de al menos 20 años.

Y concluye:

Lo verdaderamente extraordinario sería redefinir el rumbo de la economía. De ser así, primero, se tendría que diseñar un nuevo proyecto de nación y, después, una vez que se tenga consensado, se redactaría un presupuesto de egresos para financiarlo”.