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Arabia Saudita, dictadura genocida y criminal

Niños, mujeres, jóvenes y ancianos mueren cada día o por bombardeos o por hambruna, mientras Arabia Saudita calla la boca a occidente con la compra millonaria de armamentos

Por Dr. Jorge Ballesteros

Arabia Saudí, con el aval de Estados Unidos, invadió Yemen el 26 de marzo de 2015 para restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi —fiel aliado de Riad— y que ha causado la muerte de más de 19,000 civiles, según cifras proporcionadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A esto hay que agregarle las muertes por cólera.

La guerra yemení se convirtió en una de desgaste cuyo resultado ha sido la destrucción casi total de la infraestructura e instalaciones vitales yemeníes. Durante dos años de bombardeos aéreos constantes, los aeropuertos, centros de salud, escuelas, edificios públicos, carreteras, puentes, sistemas de abastecimiento de agua y electricidad han quedado destruidos, especialmente en aquellas zonas donde se encuentran los combatientes de la resistencia de Ansarolá.

Yemen, uno de los países más pobres del mundo, está experimentando una crisis humanitaria sin precedente. Aunque, Arabia Saudí y sus aliados en un inicio anunciaron que su objetivo es luchar contra Ansarolá, en realidad, en el terreno pasó otra cosa, es decir, son los civiles quienes están pagando con su vida esta campaña bélica. Niños, mujeres, jóvenes y ancianos mueren cada día debido a los bombardeos saudíes o de la hambruna. De hecho, el régimen de Riad ha bloqueado Yemen por aire, mar y tierra, y no permite la llegada de ayuda a los afectados por la guerra.

Durante más de 28 meses de invasión, unas 19 mil personas han perdido la vida y decenas de miles han resultado heridas. En este mismo contexto, el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Stephen O’Brien, destacó que actualmente, el país es escenario de la «peor crisis humanitaria en el mundo», donde dos tercios de sus 18.8 millones de habitantes necesitan asistencia y más de 7 millones «ignoran de dónde provendrá su próximo alimento”, recordando los desplazamientos masivos de la población debido al conflicto que experimenta el país.

La lucha diaria de la población yemení consiste en encontrar suficiente comida, agua y gas para cocinar. El hambre es una de las grandes consecuencias del conflicto en un país ya maltratado durante años por la pobreza. Las cifras convierten a Yemen en la mayor emergencia alimentaria del mundo y lo dejan al borde de la hambruna, según Naciones Unidas. Más de 17 millones de personas tienen dificultades para alimentarse, de los cuales unos 3,3 millones de niños y mujeres embarazadas o lactantes sufren desnutrición severa.

Más de tres millones de yemenís han huido de sus hogares en busca de seguridad, según Naciones Unidas. Dos millones permanecen como desplazados internos y un millón ha retornado a sus hogares «bajo condiciones precarias».

Los ataques aéreos ilegítimos (cada diez minutos una bomba cae en Saná -capital de Yemen-, durante días y días) y el uso reiterado de municiones de racimo prohibidas internacionalmente, por parte de la coalición liderada por Arabia Saudí, así como  los combates, fruto de la escalada de las operaciones militares, han desplazado a decenas de miles de personas en las últimas semanas.

La población de Yemen vive aterrada por los constantes bombardeos, que da impresión que la guerra es en contra de los civiles, ya que son los más afectados de forma constante por el impacto generado por la metralla, según la Organización de Médicos sin Fronteras.

Otro daño ocasionado por la guerra y el bloqueo, ha sido la peor epidemia de cólera de este siglo, que como una sombra de muerte está cobrando la vida de los yemeníes. Según, la Organización Mundial de la Salud cada hora un yemení pierde la vida por esta enfermedad.

El diario estadounidense The Washington Post censura en un artículo publicado la semana pasada, el sorprendente silencio de los países occidentales sobre las agresiones del régimen saudí en Yemen, que han causado una catástrofe humanitaria en el país más pobre del mundo árabe.

El periódico indica que mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como las agencias internacionales de asistencia humanitaria, han elevado la voz de alarma por los destrozos del régimen saudí en Yemen, los responsables políticos estadounidenses y europeos han permanecido mudos en su mayoría.

¡Así están las cosas! Arabia Saudita calla la boca a occidente con la compra millonaria de armamentos. En los últimos años, tanto el Reino Unido y Alemania como los EE.UU. han ganado más dinero que nunca con ventas de armas a Arabia Saudí.

Los activistas humanitarios denuncian que tales acuerdos millonarios no sólo corresponden a equipos militares, sino que suponen la aceptación de la política de Riad, y al genocidio del pueblo yemení que esta perpetrando la monarquía Saudí.