
No fue nada fácil el cumplir un sueño, que se convirtió en reto y al final mi meta: ser mujer bombero voluntaria; me llena de orgullo tener la oportunidad de servir y apoyar
Por Niria Patricia García Muñoz
¿Cómo explicar que el dato «Sexo Femenino», no determina para uno las limitantes como mujer? Las limitantes son las que uno mismo se pone, o bien, las que nos quieran imponer y lo permitimos.
El sexo femenino que por muchos años fue catalogado como “sexo débil”, a estas alturas de la vida, existen seres humanos que NO aceptan que igual que ellos, hay mujeres competitivas y que también pueden hacer ene número de cosas que al hacerlas, no hay una voz que dice: ¿perdón eres mujer?
Como cuando vamos a un servicio de bomberos, nadie se da cuenta de que adentro de ese equipo es una MUJER quien está atendiendo el incidente junto con su grupo de compañeros Hombres.
Les contaré un poco de la historia de cumplir un sueño de mi niñez: ser “Mujer Bombero”. En aquellos tiempos jugaba con mi hermana mayor y una prima, nos subimos al camión repartidor del agua y me sentía que era una bombero (como ser la mujer maravilla), ello en mi tierra natal de Guadalajara, Jalisco.
Por azares del destino vine a vivir con mi abuela a Hermosillo, estudié en el Cobach Villa de Seris, luego ingresé a la Unison y tuve mi primer hijo; posteriormente terminé la licenciatura en Derecho y los caminos de la vida me llevaron a caminar sola con mi hijo, por lo que cuando él estaba con su papá, yo tenía tiempos libres, que necesita aprovecharlos por lo que:
Un día llegue a la estación 2 (Norte) de Bomberos para preguntar qué se necesitaba para ser Bombero Voluntaria, me atendió el Oficial Aguilar y me dijo llegas en el momento justo, iniciará una academia para Voluntarios. Yo estaba como niña con juguete nuevo, recabe toda la información y la presente al Of. Dávila, dando inicio la Academia el 4 de Junio de 2005.
En mi segundo día de Academia, nos informaron que haríamos una “prueba de resistencia”. Yo muy bella me dije adelante si es correr, brincar, saltar, pero no; era hacer un circuito.
Era colocarse el equipo de bombero completo, con tanque de aire y mascarilla. Debía cargar en el hombro una manguera de 2 1/2 en estilo California (doblada) y subir al segundo piso; caminar todo el pasillo de la estación, subir una escalera de caracol que da al techo, bajar la manguera y subir con una soga una manguera en dona (enrollada). Después tomar la manguera de 2 1/2 en California y regresar a donde empecé… fiusss… se dice fácil, pero cuando nunca lo has hecho ¡Wow! Como su nombre lo dice “Prueba de resistencia”.
Tuve mi primera mala experiencia ese día. En la escalera de caracol me detuve a quitarme la mascarilla de aire y sólo escuchaba una voz con grito (un oficial X voluntario, ya no está) “Sé te está muriendo, apúrate ¿o ya no quieres seguir?”.
Mis ojos estaban a punto de brotar lágrimas de tristeza, cuando en eso dice el Of. Grijalva: “tranquila toma un respiro y termina” (palabras mágicas) ¡Gracias! Y terminé el circuito. Seguía otra práctica y cuando me dirigí para incorporarme al grupo, escuché al oficial X decirle al oficial Grijalva que no tenía madera, que no servía, al escuchar eso de lejos me sentí muy mal, quería soltar el llanto. Pero esas palabras me llenaron de orgullo y dije: si hay alguien que me pone trabas, el orgullo me lo da para avanzar. No quedó satisfecho dicho oficial voluntario, me marcó a los días a la oficina donde yo trabajaba y le dejó recado a la secretaria, regrese la llamada al oficial X, y palabras textuales: “por qué no te vas a Cruz Roja, me jacto de ser un buen bombero y no tenemos tiempo de enseñar” (la gran mayoría de los que hicieron la Academia ya tenían varios años de experiencia, más no tenían el Certificado de Bomberos de Línea, es decir, yo estaba en ceros).
En ese momento mi sueño se convirtió en reto a mí misma, me presenté en la estación y pedí hablar con el Cmte. Lugo, a quién expuse la situación, haciéndole hincapié que yo no venía a jugar. Le pedí de favor me dejara terminar mi Academia y en caso de no cumplir con los requerimientos le daba las gracias y me retiraba.
Me topé con poca gente que no quería que ingresara al departamento de Bomberos, por ser mujer y de pilón ser Talla Petite. Pero lo grandioso es que tuve un gran apoyo de muchos compañeros. Pasé mis exámenes satisfactoriamente y recibí mi Certificado de Bombero de Línea el día del Bombero. ¡Misión Cumplida!
No fue nada fácil el cumplir un sueño que se convirtió en reto y que al final mi meta era ser MUJER BOMBERO VOLUNTARIA, me llenaba de orgullo el sólo hecho de pensar que iba a tener la oportunidad de ayudar, servir, apoyar, de poner un granito de mi a mi entorno, a la ciudadanía.
Hoy en día sigo haciendo lo que me gusta, ser Bombero Voluntaria, muy satisfactorio serlo y hacer el bien sin saber a quién. ¡Ayudar por el gusto de hacerlo! Me es más satisfactorio DAR que RECIBIR.
Combino mi vida diaria, mi profesión de Abogada en un banco, mi labor de Bombero Voluntaria y apoyo en el grupo UPIH; pongo un granito de ayuda en otro voluntariado “Unidos en un Solo Corazón”, y la profesión primordial es ser Madre de mis tres hijos (Eduardo, Andrea, Esteban) por quienes todos los días doy lo mejor para ellos. Quisiera me sobrara tiempo y hacer más, pero el maratón diario, en ocasiones no permite más (parezco pulpo). Todo lo que soy se lo agradezco a mi madre quien construyó los cimientos de quien ahora soy, así como agradezco a mi familia, amig@s, compañer@s, por formar parte de mi tren de vida, siempre apoyándome en todo momento.
Toda mujer es capaz de sobresalir en todos los rubros… los limites lo ponemos nosotras mismas.
En este mundo Triunfa, Vence y Gana. Quien piensa, se esfuerza y quiere.
*Niria Patricia García, abogada, bombero voluntaria, integrante del voluntariado “Unidos en un Solo Corazón”, y madre de tres hijos.