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La participación de la mujer en la empresa

Para vencer el miedo al fracaso, es indispensable que tú mujer te decidas a formar en ti las habilidades que te hacen falta desarrollar, a adquirir la capacitación financiera necesaria y a elaborar tu plan de negocio formal

Por María Antonieta Noriega Uribe

Lejos estamos de la época en que la educación y la participación en la empresa, los negocios y la política era un asunto prohibido para las mujeres.

A nuestra generación “baby boomers”, las nacidas en los años posteriores a la segunda guerra mundial, nos tocó ya acceder a los estudios universitarios y aunque muchos señores todavía opinaban “para qué estudias una carrera si te vas a casar”… hicimos caso omiso de esos comentarios y perseguimos el sueño de tener una preparación superior. Muchas de nosotras trabajamos en ambientes destinados anteriormente solo para los hombres demostrando con nuestra capacidad que sí merecíamos estar en puestos de dirección, en muchas ocasiones con solo hombres bajo nuestra responsabilidad.

Con el tiempo y la experiencia adquirida nuestra visión se amplió y surgió la necesidad, el deseo y la visión de tener nuestra empresa propia, no solo para ganar más dinero, sino para lograr concretar un proyecto que solucionaba algún problema  o satisfacía una necesidad que identificábamos en nuestra comunidad. Es así como  surgieron muchas emprendedoras que hoy son grandes empresarias y como para muestra un botón, podemos mencionar a nivel nacional a María Arámburuzabala  Larregui quien junto a su hermana y su madre fundó la compañía de bienes raíces Tresalia y que es la única latinoamericana que ha ocupado un lugar en la revista Forbes de Estados Unidos como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo. 

En nuestro entorno local también tenemos ejemplos de mujeres muy exitosas que iniciaron como emprendedoras su negocio a nivel familiar y lo han desarrollado hasta llegar a ser grandes empresas con varias sucursales o han creado franquicias y  contribuido así a la generación de más empleos y a la satisfacción de los requerimientos del mercado de manera muy competitiva y han creado riqueza no solo para ellas sino para muchos.

Para las subsecuentes generaciones de mujeres ha sido cada vez más sencillo acceder tanto a la educación como a las oportunidades de emprender sus negocios y para la generación ‘millennial’ será casi imperativo desarrollar negocios nuevos debido a que por la alta automatización que se ha logrado en muchas empresas por el abundante uso de la tecnología, han desaparecido y seguirán desapareciendo muchos empleos tradicionales.

Afortunadamente las políticas públicas en México y en Sonora han propiciado el emprendimiento femenino. Ahí están los programas en la Secretaría de Economía a nivel estatal y federal y también en el ámbito municipal. Sin embargo no es suficiente, falta más difusión de la diversidad de opciones de apoyo que tienen las emprendedoras para iniciar o para hacer crecer sus negocios y sobre todo dar más capacitación a las mujeres jefas de hogar que todavía viven en situación de pobreza para que puedan salir adelante con sus familias.

Según el Atlas de Género editado por Inegi en 2013-2014, la propiedad de las unidades económicas con menos de 100 empleados en 2013 en el estado de Sonora era del 27% Mujeres y 45% hombres en el sector manufactura y del 40.38% para mujeres y el 27.24% para hombres en el sector comercio. Es decir que las mujeres propietarias de negocios son un 32.38% del total de la economía del estado contra un 37.69% de propietarios hombres.

Algunos obstáculos que todavía enfrentamos las mujeres para poder desarrollar nuestro negocio son:

1) La cultura machista que aún se presenta en muchas familias, 2) La falta de tiempo por ser la mujer la que ocupa 58.17 Hrs a la semana al trabajo no remunerado de la casa, el cuidado de los hijos, enfermos y ancianos contra un 22.95% que ocupan los hombres en las mismas tareas, 3) La carencia de financiamientos accesibles y 4) El miedo al fracaso.

Para vencer estas dificultades sería muy recomendable que las mujeres que tengan vocación de empresarias conozcan las historias de éxito de algunas mujeres para que  sean sus referentes.

Encontrar alternativas de lograr el equilibrio en la distribución de las tareas del hogar y del cuidado de los niños, los enfermos y los ancianos, para que las mujeres que tienen el deseo de emprender un negocio, lo puedan hacer. 

Sería también muy deseable que las instituciones financieras sean más flexibles para el otorgamiento de los créditos y que no abusen con los intereses. Normalmente las tasas de interés para la microempresa son más altas que para las pequeñas y grandes empresas cuando debería ser al contrario para propiciar el desarrollo de nuevas empresas que son las que en un 97.6% mantienen la economía del país según la  Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE) 2015.

Para vencer el miedo al fracaso, es indispensable que tú mujer te decidas a formar en ti las habilidades que te hacen falta desarrollar, a adquirir la capacitación financiera necesaria y a elaborar tu plan de negocio formal. Esto te dará en gran medida la seguridad de que estás haciendo lo correcto y no solo dejándote llevar por la intuición. Para ello están INADEM, INMUJERES, MICROMENTOR, las universidades y también algunas cámaras empresariales y asociaciones civiles que ofrecen servicios de capacitación tanto a través de sus plataformas virtuales como de manera presencial. Te invito a aprovecharlas.

 

*María Antonieta Noriega, presidenta y fundadora de Mujeres Productivas de Sonora, AC