¿Tiene remedio el Isssteson? (II)
En el Isssteson hay Actualmente 1,500 pensionados con sumas superiores a los 60 mil pesos y 500 arriba de los 100 mil mensuales. ¿Sabrá este grupo de privilegiados que sus ganancias desmedidas han sido a costa de la quiebra técnica de la institución?
Por Bulmaro Pacheco
La crisis de los sistemas de pensiones agobia a una gran mayoría de naciones en el mundo y no parece que existan soluciones rápidas y fáciles en el mediano plazo. De hecho no las hay.
Lo que abunda son conflictos, tensiones y crisis fiscales por la carencia de herramientas políticas y financieras para enfrentar el problema.
La transición en los niveles de vida y el incremento en la expectativa de vida al nacer de las personas (78 años promedio) ha provocado que ahora la gente viva más años y que los gobiernos —principalmente— enfrenten el dilema de cómo financiar los últimos años de vida de quienes aportaron para disfrutar de pensiones decorosas y sobre todo, que alcancen, para sobrellevar la vejez y así evitar que las personas sean rehenes de las enfermedades crónicas y la pobreza.
Muy recientemente, en Nicaragua el proyecto gubernamental de incrementar del 6.25 al 7% la deducción en los salarios de los trabajadores, de incrementar del 19 al 22.5% las aportaciones empresariales y quitarle un 5% a los jubilados para “garantizar la sustentabilidad financiera del instituto Nicaragüense de Seguridad Social” ha creado movilizaciones que amenazan seriamente la permanencia de Daniel Ortega en el poder.
En México el problema de las pensiones hizo crisis en el IMSS a mediados de los noventa y provocó una de las últimas reformas a la ley del seguro social que dio pie a la creación de las Afores y al sistema de ahorro para el retiro. En el ISSSTE hizo crisis el crecimiento de la partida presupuestal correspondiente a las pensiones, y la ley se reformó en 2007 para crear el pensionissste y generar dos alternativas para la jubilación de los trabajadores al servicio del Estado: Conservar el tradicional sistema de reparto, u optar por una Afore propia manejada por el ISSSTE (pensionissste).
Soluciones coyunturales tanto en el IMSS como en el ISSSTE, detuvieron por un tiempo las crisis pero los problemas siguen: Muchos Jubilados, pocos aportantes y muchos años de vida, han provocado que se incrementen los déficits en los sistemas de pensiones y sean éstos cubiertos por subsidios o aportaciones provenientes del presupuesto anual de los gobiernos destinados al rubro de la seguridad social.
La crisis ya le llegó a varios sistemas estatales de pensiones manejados por los gobiernos locales y algunas universidades. Una auténtica bomba de tiempo que en su momento va a tronar.
En Sonora el caso del Isssteson ha sido una mala noticia desde que en el sexenio pasado quedara al descubierto que el gobierno de Guillermo Padrés no cumplió con la obligación de transferir la mayoría de los recursos provenientes de los descuentos realizados a los trabajadores en activo y que deberían ser destinados al fondo de pensiones del Isssteson que en ese sexenio—a pesar de la reforma del 2005— llegó a tocar fondo.
Al final trataron de disminuir la crisis a través de la asignación de bienes propiedad del Estado para la institución como una forma de tratar de abonar a la cuenta y reparar la omisión. No cumplieron.
Mientras hacían eso, un conjunto importante de instituciones fueron castigadas a través del descuento de la cuota de seguridad social a sus trabajadores, pero el dinero descontado ¡nunca le llegaría a la institución! creando con eso un doble problema; para el Isssteson porque no incrementó su fondo de pensiones (o reserva técnica) en la medida de sus necesidades y para las instituciones a las que les hicieron los descuentos (itesca, ayuntamiento de nogales, Utss, ITC entre otras) porque les arrojó una deuda detectada por la mayoría de las auditorías que todavía a estas alturas están abonando. ¿Dónde quedó ese dinero? Las autoridades de control lo saben, o cuando menos ya lo han investigado.
Pero en los últimos años, la crisis del Isssteson se ha agravado y superarla requiere de cirugía mayor. Por ejemplo, al cierre del 2017 el déficit en el pago de las pensiones llegó a los 530 millones de pesos.
Para finales del 2018 será de 650. ¿De dónde sacar los recursos para completar el pago? Por eso la sequía financiera en algunas instancias de gobierno, porque mientras no exista en el presupuesto de egresos estatal una partida para el subsidio, esa cantidad se le tendrá que restar a otros capítulos del presupuesto normal autorizado, mermando sensiblemente el margen de acción del gobierno para cumplir satisfactoriamente con otras necesidades en rubros importantes del gobierno.
La proyección indica que para el 2019 el déficit llegará a 850 millones y para el 2021 al final de la actual administración estatal andará por los 1235 millones de pesos que—de no realizarse una gran reforma—, de alguna parte se tendrán que seguir sacando, agravando la crisis.
Y tiene fondo: La cobertura actual del Isssteson abarca a 180 mil derechohabientes, cada uno de ellos le cuesta a la institución 24 mil pesos. Tiene afiliados a 57 mil trabajadores de los poderes estatales, organismos públicos y 69 ayuntamientos con 14 mil jubilados y pensionados.
La nómina anual de las pensiones que paga el Isssteson llega a los 3,300 millones incluido el aguinaldo, y la de los trabajadores en activo —incluyendo el aguinaldo también— ronda los 1,860 millones al año. El presupuesto anual de la institución 6,300 millones y sus pasivos de pago inmediato o de corto plazo rondan los 1,500 millones de pesos.
Además la institución tiene que cargar con el pago extra cada tres meses a sus trabajadores de un bono equivalente a una quincena. (Empezó con dos días y llegó hasta 10 hasta que el anterior gobierno lo elevó a 15) estableciendo una diferencia notable en prestaciones con el resto de los trabajadores del sector público estatal.
Lo peor en la crisis de la institución es en lo que ha degenerado su sistema de pensiones, veamos: En el sector público federal nadie —sin excepción alguna— haya sido secretario de Estado o subsecretario Oficial mayor o director general, puede devengar pensiones superiores a los 10 salarios mínimos. Es decir, ningún jubilado puede tener a precios actuales (90x10x30) una pensión superior a los 27 mil pesos mensuales.
En el IMSS el 90% de sus pensionados no llega a los 7 mil pesos mensuales y —haya sido quien haya sido el derechohabiente—, la cifra máxima que se paga anda entre 35 y 45 mil pesos al mes.
Pero en el Isssteson hay Actualmente 1,500 pensionados con sumas superiores a los 60 mil pesos y 500 arriba de los 100 mil mensuales. ¿Sabrá este grupo de privilegiados que sus ganancias desmedidas han sido a costa de la quiebra técnica de la institución?
Además andan activos y en proceso más de 1500 litigios principalmente de ex trabajadores jubilados, inconformes con los montos que se les asignaron, asesorados fundamentalmente por despachos formados en algunos casos —también por ex funcionarios—, que al ver la desproporcionado de las cifras, en los casos de pensiones superiores a los cien mil pesos, también aspiran a superar las sumas de los pensionados más afamados de la institución.
¿Qué está en juego con la actual situación financiera y administrativa del Isssteson? En primer lugar su viabilidad presente y futura amenazada desde 1989, cuando empezó la crisis de su sistema de pensiones, atenuada levemente por la reforma del 2005.
También la calidad de los servicios médicos y el resto de las prestaciones señaladas en la ley ante la insuficiencia crónica de recursos.
¿Qué debe hacer? Enfrentar los costos de su reforma en todos los órdenes. Combatir la corrupción y las deformaciones cíclicas internas. Revisar lo que se ha hecho en otras entidades donde se ha avanzado a fondo en la solución del problema con todo y los costos políticos.
La reforma profunda que requiere la institución implica llegar a acuerdos con la sección 54 del SNTE, el SUTSPES, los sindicatos de los organismos descentralizados y de la universidad de Sonora, así como con los ayuntamientos principalmente.
¿Estarán de acuerdo las dirigencias sindicales en ceder para fortalecer la institución? ¿O por el contrario prolongar los males de una institución que ha tocado fondo y de cuyas irregularidades muchos se benefician pero muchos más se perjudican? ¿Habrá conciencia de los problemas institucionales? Buenas preguntas para el futuro inmediato.
El actual director del Isssteson Pedro Ángel Contreras es un mayo profesional con una sobrada experiencia financiera para enfrentar la crisis. Seguramente contará con los apoyos necesarios para emprender la ruta de una reforma inaplazable para la viabilidad de una institución que a 55 años de su creación enfrenta una grave crisis que de no atenderse oportunamente, nadie ganará y todos perderán, y de prolongarse la caída libre del Isssteson, perderán todos, nadie se salvará. Ese dilema, mas que financiero y administrativo, es un dilema político y moral, y por encima de cualquier consideración…de muy corto plazo.