DARDOS | Registro Civil: el “elefante” burocrático

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.
En la semana acudí a la histórica oficina del Registro Civil en Villa de Seris, ahí atrás de la Plaza de los Tres Pueblos. De entrada no hay lugar para estacionar el automóvil, y si encuentra, se queda con el pendiente por lo inseguro del área. Una vez que entra a las instalaciones lo recibe un improvisado letrero con un rosario de indicaciones que por el Covid debe seguir. Ya sabe: todos hacen fila por fuera, con sana distancia, cubreboca y demás. Así que las personas a ras del sol se quedan esperando a que se asome alguien de la oficina o si tiene turno, esperar a ser llamado.
Ahí nos tocó observar a una pareja que ya tenían más de 20 minutos esperando en la puerta (ni si quiera para hacer un trámite, sólo preguntar). Pretendían sacar un certificado de defunción de su mamá porque exhumarían el cuerpo. La señora había muerto hace años, pero el documento era importante para hacer todo el trámite por Ley.
Un funcionario del Registro Civil salió y ante la duda de esta familia les dijo que no les podía ayudar, que ese era un trámite muy tardado y por el Covid, de momento no contaban con personal para poner a buscar en los libros. Tratando un poco de ser “empático” con la situación, el solicitante se propuso como voluntario para indagar en los mentados “libros”, él tenía la fecha. El funcionario le regresó un tajante “no”, era imposible, mejor se fuera al Centro de Gobierno a ver si allá le podían ayudar. Los familiares decepcionados y asoleados se fueron sin resolver nada… “¿Quién sigue?”, dijo.
Otra persona de la fila expuso que traía a su bebé recién nacida a registrar. El funcionario le aclaró que era por “citas”, que debía entrar a la página de internet del Registro, “bajar” la solicitud y regresar con el “formato” lleno; una vez con los datos, él le pondría una cita. “Entre más pronto sea, es más rápido”.
Al joven se le pintó un signo de interrogación en la cabeza con las indicaciones, pero al final preguntó: “¿y para cuando están las citas?”… El hombre tomó la agenda, buscó y le respondió: “Ahorita están para mediados de diciembre”. Justificó que casi no hay personal y que como hay nuevo director de la Oficina están cambiando los formatos de registro. El joven buscó las llaves del carro en la bolsa, dio la media vuelta y se fue.
En la Sala de espera adentro de la oficina las sillas estaban vacías. Se observaban dos secretarias detrás de los escritorios.
Afuera una mujer se atrevió a decirle al tipo de la entrada: “Oiga, puede pasar mi mamá a sentarse un ratito en las sillas esas, es que ya tiene rato esperando…”.
DARDO FINAL: Desconozco quién sea titular del área, pero sería interesante que el Secretario de Gobierno, Álvaro Bracamonte, revise las prácticas en esas oficinas.