La mejor apuesta del gobierno: Que el sol evapore el agua

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
CUANDO El Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN) estaba vigente, sin duda era una asidera a la que tenían acceso los gobernantes locales para lograr recursos del gobierno federal y solventar efectos de fenómenos naturales como las inundaciones, las sequías, los terremotos.
No era un procedimiento muy “ejecutivo” que digamos, pero era la única manera en que los gobernadores o presidentes municipales podrían cifrar sus esperanzas para ayudar a las personas afectadas o reparar los daños materiales causados por la naturaleza.
Imperaba el burocratismo. Es cierto. Recordamos una ocasión en que, por enésima ocasión, se dio una terrible inundación en la zona de Guaymas y Empalme. Entonces se destruyeron decenas de casas-habitación. Habría qué ayudar a la gente, reconstruyendo sus viviendas.
Transcurrieron dos años para que comenzaran a llegar los recursos del FONDEN. Pero finalmente llegaron.
Esto es algo similar a lo que ocurrió con el Seguro Popular. Todo aquel mexicano que no contara en pasados sexenios con Seguro Social, ISSSTE, o cualquier otro sistema de beneficios de Salud, tenía la opción de ser atendido a través de este “seguro popular”. Hoy, existe el registro –dado a conocer por el INEGI, hace apenas unos cuantos días- que hay 35 millones de mexicanos sin ninguna seguridad de atención médica.
El INSABI, de la “cuarta transformación”, fue un estrepitoso fracaso.
En Sonora y horas después de las inundaciones por las intensas lluvias del pasado fin de semana, coincidieron con una gira del Presidente de la República.
Como ya ha sido ampliamente difundido, lo único que obtuvimos de López Obrador, ante la presencia de este extraordinario fenómeno meteorológico, fue su frialdad e indiferencia.
Habrá qué reconocer entonces, que el Gobernador Alfonso Durazo está haciendo frente al problema, sin la ayuda del gobierno federal. Hay 6,500 empalmenses inundados y daños cuando menos en 20 municipios del Estado, además de las cuantiosas pérdidas en varios puentes y tramos de las carreteras federales y locales.
Se ha dicho que no se va a escatimar esfuerzo ni recurso alguno para ayudar a los afectados. El propio Presidente declaró en su “mañanera” de este lunes, que se apoyaría con atención y recursos.
¡Qué difícil creerle!
Ante la inocultable realidad de que la bolsa del dinero la maneja discrecionalmente el Presidente y que en vez de ayudar a los estados los está exprimiendo, habría qué apostarle al sol y al tiempo para ver descender las aguas de pueblos y rancherías dañadas.
Cualquier otra opción de ayuda por parte del obligado a ayudar a quien menos tiene, es sólo demagogia si no se manifiesta en pesos y centavos.
TAMBIÉN es cierto que ante las desgracias, la solidaridad social saca su rostro y lo muestra ante la gente, con la esperanza de ayudar a quien ha perdido todo… Un ejemplo lo dio ayer la Unión Ganadera Regional de Sonora, que estableció en sus oficinas un centro de acopio para recibir donaciones, tales como alimentos perecederos, ropa, agua, leche, pañales para niños, biberones… Y seguramente ese ejemplo lo ampliarán otras agrupaciones… Sonora siempre ha mostrado su generosidad con quien menos tiene.
EL NUEVO “presidente interino” del comité directivo estatal del PRI, Ramiro Hernández, acudió al pasado para enviar el mensaje de búsqueda de la unidad ante el conflicto interno por la irregular elección de la nueva dirigencia de ese instituto político en Sonora… Reunió a expresidentes… Asistieron, entre otros, Jesús Enríquez Burgos (con el brazo “caliente” aún, para firmar en una nómina), Miguel Ángel Murillo, Roberto Ruibal, el también exgobernador Armando López Nogales, Víctor Hugo Celaya, Alfonso Molina Ruibal, Roberto Sánchez Cerezo, Manuel Robles Linares, Jesús Rosario Rodríguez Quiñónez y Alfonso Elías Serrano… No dudamos de la buena fe y el amor de todos estos dirigentes a su partido, pero el mensaje a la sociedad es una mirada al pasado, en vez de ver hacia el futuro… En fin… El presidente-delegado Hernández, trae la consigna de Alejandro “Alito” Moreno, máximo jerarca del PRI, de darle “palo” a todo lo que huela a Manlio Fabio Beltrones… Y a retrasar todo lo que pueda el proceso de renovación de la dirigencia priísta.