Actitud mental, agua y respiración, la mejor medicina

Un sofisticado sistema de manejo del agua mantiene los niveles equilibrados y nos indica cuando tenemos que aumentar la ingesta de líquidos, no de refrescos que es la costumbre
Por Rosa Chávez
La ciencia y la tecnología han alargado la vida de las personas, pero no siempre de manera saludable. Estamos inmersos en la cultura de la inmediatez, el fármaco, el cambio sin esfuerzo y de la falsa felicidad que puede dar por unos momentos el consumismo.
En estos tiempos de tecnología, competencia, exceso de estrés, los cerebros están acelerados y estamos siempre en alerta, la alarma, el estímulo de protección y respuesta que tenemos los seres humanos está todo el tiempo en lista para correr o defendernos.
La pandemia vino a agravar los estados mentales de la mayoría. Es un hecho que la industria farmacéutica se ha encargado de dirigir y apoderarse de la salud, por ser su competencia han menospreciado la medicina tradicional y las alternativas como la acupuntura, el masaje, la Homeopatía y la Herbolaria.
Los médicos con tanta tecnología han perdido el ojo clínico el diagnóstico se lo dejan a los estudios de laboratorio, no averiguan las causas emocionales, cuánta agua bebe, como es su respiración, si se dedica unos minutos a encontrarse a sí mismo, si vive una buena relación con su pareja, su familia y en su trabajo.
Lo primero es pensar en enfermedades graves, para eso están los estudios sofisticados de la tecnología: la resonancia magnética, tomografía y otros, además, una cantidad de pruebas de laboratorio. Pero, los que no cuentan con servicios médicos la suma es considerable. Es un alivio escuchar que no encontraron nada grave. Pero, es un hecho que son muy pocos los que les aconsejan que acudan a terapia.
Por la vida de incertidumbre y problemas económicos derivados de la pandemia muchos padecen trastornos de ansiedad, depresión y ataques de pánico. En muchos casos pueden mejorar bebiendo dos litros de agua, con ejercicios de respiración, caminando, practicando ejercicio y meditación.
El cuerpo humano está compuesto por un 75% de agua, el agua se encuentra dentro de las células, en los vasos sanguíneos, el cerebro necesita agua para llevar a cabo sus funciones.
Un sofisticado sistema de manejo del agua mantiene los niveles equilibrados y nos indica cuando tenemos que aumentar la ingesta de líquidos, no de refrescos que es la costumbre. Los síntomas de una persona con deshidratación por no beber agua son múltiples: fatiga, debilidad, irritabilidad, mareos, náuseas y hasta vómitos, dolor de cabeza, muscular, en la nuca, los hombros, baja presión arterial, pulso débil, estreñimiento, sequedad en la piel, pérdida de memoria, falta de concentración, taquicardia, frío, menor producción de orina y poco apetito.
Pero cuando alguien muestra signos de deshidratación deben beber agua con moderación sino corren el riesgo de vomitar. Revisemos la respiración, las 24 horas del día estamos respirando de manera que no ponemos atención y no le damos importancia.
Los adictos a inhalantes destruyen sus fosas nasales, otros por accidente pueden necesitar cirugía. Ahora los invito a fijar la atención en su respiración, agradecer a su aparato respiratorio: pulmones, bronquios, nariz. La atención se concentra sobre la sensación del paso del aire a través de la nariz tanto al entrar como al salir, la práctica se acompaña de una sensación interna y algo embriagadora de los pulmones que se hinchan y se contraen.
Inspirar, contar del uno al diez, expirar al mismo ritmo, sentirán un estado de calma y serenidad sobre todo si escuchan música relajante. Poco a poco se va desarrollando para controlar los pensamientos. La boca representa un lugar de intensa actividad y transformación, está ligada al corazón y al elemento fuego. La cavidad bucal, el paladar y los labios ligados al bazo, los dientes a los riñones. Llevar la punta de la lengua al paladar en el maxilar superior, esta posición energética favorece el funcionamiento de los riñones, la atención y el placer.
Al lograr por unos minutos la atención y la imaginación, nos hacemos conscientes de los fenómenos que están fuera de nuestro alcance perceptivo lo que se llama visualización, esto se ha perdido con el uso y abuso de los dispositivos electrónicos.
La práctica de la respiración consciente es recomendable en las enfermedades graves como el cáncer y las crónicas como la diabetes y la diálisis. Es muy recomendable que las maestras sobre todo al regreso del recreo practiquen ejercicios de respiración y visualización con los niños y les pidan que beban agua, es un problema actual el déficit de atención.
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