Urge acabar con la impunidad

El abogado Héctor Contreras sostiene que el 95% de los secuestros, levantones o desapariciones no se investigan en México
Por Gerardo Moreno Valenzuela y Gabriel Rigo Gutiérrez.
Como para que la autoridad considere una privación ilegal de la libertad, levantón o desaparición, como secuestro, tiene que haber una solicitud de una acción a los familiares de las víctimas, como dinero, pues muchos de los casos que se presentan en Sonora y en el país, ni siquiera entran en las estadísticas oficiales y mucho menos se investigan o castigan, generando un alto grado de impunidad.
En entrevista para Primera Plana, el abogado Héctor Contreras aseguró que lamentablemente en el 95% de los casos de privaciones ilegales de la libertad, en todas sus modalidades, no pasa absolutamente nada, muchas veces ni siquiera se registran por parte de la autoridad, aunque haya denuncias o reportes, porque nunca se pidió rescate.
“Si es cierto que hay una carpeta por ahí, pero lo cierto es que no se realizan actos por parte de la autoridad encaminados a investigar realmente qué fue lo que aconteció, al margen de que posteriormente se pudiera localizar el cuerpo o el cadáver de esa persona, es decir, son asuntos donde se recibe la denuncia por desaparición y de ordinario, en el 95%, no pasa nada”.
La semana pasada Primera Plana presentó una edición especial sobre el tema del secuestro y levantones en Sonora, un delito que, a pesar de la falta de claridad en las estadísticas, hay una clara tendencia al alza en este delito. Incluso pasando de un promedio de entre 8 a 12 víctimas de secuestro durante los últimos tres años, a contar con 33 víctimas este 2023, alrededor del 200% más.
Incluso del registro de marzo a junio, desaparecieron más de 160 víctimas de secuestro de la estadística oficial. Además, hay un registró total de 308 víctimas de otros delitos que atentan contra la libertad personal este 2023 en Sonora y se mantiene un registro de cuatro mil 312 personas desaparecidas y no localizadas en Sonora.
“De tal manera, que, si las madres buscadoras no realizarán esos trabajos, esas tareas que le son propias al Estado, todos esos cuerpos, todos esos cadáveres, lo más seguro es que no serían localizados, no sería encontrados y curiosamente, una vez que son localizados y que se hacen las pruebas de ADN, que identifican la identidad de esas personas, es cuando el Estado reconoce la desaparición de esa persona o el evento que fue denunciado en su momento”.
Diferencia legales
El Licenciado Contreras explicó que el delito de secuestro en principio es una desaparición ilegal de una persona, pero para tipificar como secuestro, tal cual, y se registre en las estadísticas delictivas, tiene que haber la solicitud de algún rescate o una acción específica para liberar a la víctima.
“Hablándose de secuestro es que la finalidad o el objetivo que se persigue por parte de los secuestradores, es que la víctima o lo familiares de la víctima realicen o lleguen a cabo un acto, normalmente se habla del secuestro típico de un pago de una cantidad por la liberación de la persona, o también hacer algo o no hacer algo, entregar una cosa, etcétera. Es decir, la privación de la libertad de la persona tiene como objetivo que los familiares de las víctimas realicen un acto”.
Por otro lado, explicó que, en la privación ilegal de la libertad, así lisa y llanamente, esta comunicación con los familiares de la víctima no existe, no se pide nada a cambio, no hay rescate, ni realizar una acción. Y si pasa eso, no se registra el delito de secuestro.
“Todo secuestro implica una privación de libertad, pero no toda privación de libertad no es un secuestro. Ese es el punto”.
Otro fenómeno que ahora se está dando son los famosos “levantones”, que son desapariciones de personas de manera forzada e ilegal, pero tampoco piden nada a cambio, solo se llevan a la víctima de su casa, la calle, o el lugar donde estén, y en la mayoría de estos casos, simplemente ya no aparecen, o aparecen muertos.
“Entonces, realmente se está privando de la libertad a esas personas, sí, pero la verdadera razón que subyace a esas conductas, es que esas personas posteriormente se les priva de la vida, se les sepulta, se les entierra de manera clandestina, de tal manera que la autoridad no pueda dar con ella”.
Por eso, esos levantones y esas desapariciones llevan implícito la comisión de otros delitos, que pueden ser desde lesiones, privación de la vida, enterrar cuerpos de manera clandestina, y no se vuelve a saber de ellos, y en esos casos la autoridad no investiga.
“Eso es a lo que se refieren las madres buscadoras, donde dicen no coinciden los números y sí, no coinciden los números porque muchas de esas desapariciones no están registradas, no están bajo un control riguroso por parte de la Fiscalía o de la Secretaría de Seguridad Pública, en una carpeta de investigación que se haya iniciado con motivo de esa denuncia por la no localización de esa persona”.
El problema es la impunidad
Héctor Contreras explicó que este problema de inseguridad que vive el país, y Sonora, con fenómenos de secuestros, privaciones ilegales de la libertad, desapariciones y levantones, son consecuencia de la permisibilidad de la autoridad competente, donde ante el grado de impunidad que existe, siguen ocurriendo los casos.
“Son la consecuencia de la permisibilidad de la autoridad competente, llámese policías preventivas, llámese policías investigadoras, llámese agentes de ministerio público, llámese Fiscalías, llámese Guardia Nacional, llámese Marina, llámese Ejército. En el país se vive una situación de una violencia exacerbada que vienes arrastrando, de cuando menos de los últimos tres sexenios, incluyendo el que transita”.
Lo lamentable, explicó, es que el número de delitos de alto impacto no solo no se ha controlado ni disminuido, sino que siguen incrementándose, al grado que durante la actual administración federal ya hay más de 160 mil asesinatos registrados y más de 44 mil desapariciones, que dijo son número que reflejan el grado de violencia que vivimos y el de impunidad que hay en el país.
“Nuestro país, lamentablemente, no cuenta con un programa nacional de seguridad pública, no hay políticas públicas de prevención, mucho menos hay programas, estrategias, políticas de sanción e investigación para evitar la impunidad, manejamos números de impunidad de un 98%, lo que quiere decir que de cada 100 delitos que se consumen que se comenten, solo dos son investigados”.
En estos momentos tenemos fiscalías, en el Estado y Federal, que trabajan de milagro; porque tienen sobrecarga de expedientes, cuentan con personal ineficaz e ineficiente, sin capacitación, ni salarios apropiados; no tienen equipos técnicos ni tecnología, que permita investigar los delitos y dar con los culpables: “Seguimos teniendo los famosos policías de corazonadas”.
Además, existe otro grave problema y es la penetración marcada de los integrantes e intereses de las bandas del crimen organizado en las propias corporaciones de seguridad y cuerpos policiacos.
“Se conjuntan todos estos factores y tenemos un resultado fatal que se traduce en que nuestro país la desaparición de una persona, el homicidio de una persona, la extorsión de una persona, y cualquier hecho delictivo del que pueda ser víctima, quedará en la impunidad. Y eso va a generar que ese acto impune se repita, se repita y se repita. Entonces ese es el gran problema”.
Aquí, también resaltó que la Guardia Nacional con todo y sus 115 mil elementos no son una corporación capacitada para investigar y detener la delincuencia, pues el 90% de ellos son egresados del Ejército y no saben dedicarse a labores de seguridad pública.
Puede, dijo, ser una corporación de apoyo, de coadyuvancia, cuando sea necesario contener la violencia o la delincuencia de una zona, pero sin corporaciones policiales civiles fuertes, no se tendrá seguridad en un estado.
“Las corporaciones tienen policías preventivos, policías de seguridad pública, policías investigadoras, entonces, tienen que reforzarse, capacitarse, tener adiestramiento, tecnología, herramientas de investigación, para que, desde una entidad, como Sonora, la seguridad se genere al interior”.