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Israel masacra a los palestinos por el gas de la franja de Gaza

El mayor artífice y necesitado de la tregua entre el grupo Hamas de la franja de Gaza e Israel, son los Estados Unidos y Europa
El mayor artífice y necesitado de la tregua entre el grupo Hamas de la franja de Gaza e Israel, son los Estados Unidos y Europa

El mayor artífice y necesitado de la tregua entre el grupo Hamas de la franja de Gaza e Israel, son los Estados Unidos y Europa también porque no se aguantan la presión de sus propias opiniones públicas

 

Por Dr. Jorge Ballesteros

¿Una guerra por recursos energéticos? La cruel y desastrosa guerra entre Israel y Hamas en la franja de Gaza podría tener en el gas natural a una de las causas del conflicto. Históricamente el petróleo ha sido el origen de la mayoría de las guerras de la era moderna.

Desde la Primera Guerra Mundial, la lucha por hacerse con el control del crudo ha ido in crescendo hasta nuestros días. La Segunda guerra Mundial, la Guerra Fría entre EE.UU. y la URSS, el conflicto de Irán, la guerra de Irak en varios capítulos por no hablar de otros conflictos menores en países productores.

La guerra entre Israel y Palestina viene de lejos, pero desde principios de este siglo el gas natural ha formado parte importante de esta lucha bélica. ¿Por qué?

La petrolera British Gas Group (BG) ganó una licencia de exploración en 1999, que cubría toda la zona marina en alta mar de la Franja de Gaza. BG Group perforó dos pozos exitosos en el 2000 (el Marina Gaza-1 y el Marina Gaza-2) y los recursos estimados se sitúan alrededor de 1 billón de pies cúbicos. Traducido al castellano, suponen 4,000 millones de dólares en gas natural.

Tel Aviv, sin embargo, no tenía intención de compartir los ingresos con Palestina. Un equipo de negociadores fue creado por el Gabinete israelí para discutir a fondo un acuerdo con el Grupo BG, evitando tanto al gobierno de Hamas y la Autoridad Palestina. “Las autoridades de defensa israelíes quieren pagar a los palestinos con bienes y servicios, y no desean que el dinero vaya al Gobierno controlado por Hamas”, dijo el Gobierno. Entonces llegó el desacuerdo.

Aunque la operación contra Gaza estaba decidida, el Ejecutivo israelí contactó con British Gas, con miras a reanudar las negociaciones relativas a la compra de gas natural de Gaza. Era junio de 2008 y todo indicaba que se podía llegar a un acuerdo antes de iniciar la guerra. Incluso el acuerdo podría poner la paz. Pero todo se truncó. La Operación Plomo Fundido inició una nueva guerra entre Israel y Palestina en diciembre.

Los pozos cayeron a manos de Israel. Los campos de gas palestinos fueron confiscados de facto por Israel en derogación del derecho internacional. Un año después de la operación, Tel Aviv anunció el descubrimiento del campo de gas natural Leviatán en la costa de Israel. Se trata del mayor hallazgo de toda la zona este del Mediterráneo.  87.000 kilómetros cuadrados de campo exploratorio, el más grande de la zona.

Según cuenta Global Research, los pozos de BG, que siguen siendo suyos casi en su totalidad, están en fase de pasar a pertenecer del todo a Israel. “Lo que ahora se está desarrollando es la integración de estos yacimientos de gas adyacentes, incluyendo los pertenecientes a Palestina en la órbita de Israel”, explica este medio.

El mayor artífice y necesitado de la tregua entre el grupo Hamas de la franja de Gaza e Israel, son los Estados Unidos y Europa también porque no se aguantan la presión de sus propias opiniones públicas, en Estados Unidos ya no se soporta ver en la TV un genocidio como el que se está cometiendo en la franja de Gaza contra civiles inocentes, principalmente niños por parte de Israel.

El sector progresista o izquierdista del partido Demócrata le está diciendo a Joe Biden, que ya entró en un año electoral, le está diciendo que lo que está haciendo Israel es inaceptable, es inhumano, y es una pésima propaganda para su gobierno que está apoyando totalmente a Israel.

La opinión pública de Israel en un 82% le está pidiendo a su propio gobierno que barra con Gaza, está de acuerdo con estos bombardeos, con esta masacre, el pueblo de Israel, los ciudadanos unánimemente. En gobierno de Israel los partidos Likud y el otro opositor también quieren barrer con Gaza

El pequeño problema es que no saben qué hacer con esos 2 millones de palestinos, la opinión pública y el gobierno israelí discuten si matamos a todos los palestinos o los expulsamos al desierto del Sinaí en Egipto, donde vivirían en condiciones precarias, un millón en carpas y el otro millón distribuirlo en Europa como inmigrantes. La intención es que los israelíes se apoderen de la franja de Gaza, expulsando a todos los palestinos.

Los dirigentes europeos están de acuerdo con los planes judíos de repatriar a los palestinos, pero no se lo están diciendo a sus ciudadanos europeos de que van a llegar un millón de palestinos a sus ciudades y barrios. Los judíos ya destruyeron a toda la ciudad de Gaza, está en ruinas y ya avanzaron hacia el sur, y ahora quieren borrar del planeta a los palestinos.

Dicen los sionistas ¿O matamos a todos los palestinos o los expulsamos? Incluso la inteligencia Israelita ha calculado cuando le costaría instalar a un millón de palestinos en el desierto del Sinaí de Egipto, más o menos dicen unos 8 mil millones de dólares que obviamente no los va a poner Israel, se los va a poner Estados Unidos o la Unión Europea. Este debate tiene que aclararse en un Israel en que es ilegal todo lo que está sucediendo desde hace 75 años.

Y lo anterior nos lleva al origen del problema en que hace 75 años un grupo de judíos, venidos de Europa, sin una gota de sangre semita, ya que eran judíos Askenazis descendientes de las tribus Jazaras de origen turco que en el año 740 se convirtieron al judaísmo, dicen que la tierra de los palestinos es de ellos porque supuestamente Dios se las dio como está escrito en la Biblia y que les dijo además de que son el pueblo elegido.

Son los 2 únicos argumentos que tienen los judíos sionistas que están instalados allí y que han llegado a partir de estas últimas décadas y esos dos argumentos de que las tierras se las dio Dios y que son el pueblo elegido, son los están utilizando  para robarles sus tierras y casas a los palestinos, matarlos, secuestrarlos, encarcelarlos, expulsarlos al desierto.

Sin embargo, este argumento teológico esgrimido por el sionismo para justificar el pretendido derecho histórico de los judíos sobre Palestina no tiene ninguna validez, ya que la alianza de Abraham con Jehová “Te daré a ti y a tu descendencia después de ti todas las tierras de Canaán como reino eterno” fue condicionada a que Israel fuera fiel y cumpliera la ley de Dios.

Dios escogió pues, a Abraham para investirlo del mando porque él era fiel y porque había cumplido sus órdenes. Por otra parte, los judíos descienden de Abraham a través de Isaac y los palestinos descienden igualmente de Abraham a través de Ismael, antepasado de los árabes.

¿Pero esta grandeza de Israel estriba puramente en su descendencia carnal de Abraham, en que este pueblo está formado en los lomos del patriarca, o en cambio estriba en la fe que tiene Abraham en la promesa de Dios?

Esto es sumamente importante; porque si las bendiciones de Dios son para la descendencia carnal de Abraham, para la pura descendencia carnal, entonces por el hecho de ser hijo de Abraham, el pueblo judío será elegido y bendito entre todos los linajes de la tierra.

Si en cambio las bendiciones están reservadas a la fe en la divina promesa, la pura descendencia carnal no vale; es necesaria la descendencia de Abraham por la fe en la promesa, o sea una descendencia espiritual fundada en la fe.

No es por tanto la descendencia carnal de Abraham lo que salva, sino su unión espiritual por la fe en Cristo. Todos los que se unen con Cristo forman la descendencia bienaventurada de Abraham y de los patriarcas y son el objeto de las divinas promesas.

  1. Las promesas hechas al antiguo Israel eran condicionales. Dios dijo: «Si diereis oído a mi voz. . vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos» (Exo. 19: 5; cf. Deut. 7: 8; 27-30; Jer. 18: 6-10; ver t. IV, p. 36).
  2. Israel como nación no cumplió las condiciones; por lo tanto, perdió el reino y las promesas. Cuando Cristo, el hijo de David, vino y la nación judía rechazó a su Rey, ella perdió el reino (ver com. Mat. 21: 43; cf. com. Apoc. 20: 1).

En el Medio Oriente, la Unión Europea respalda la guerra que Israel ha desatado, con apoyo de Estados Unidos y de la OTAN, contra el pueblo palestino y exacerba el estallido de un nuevo conflicto regional apuntando principalmente contra Irán.

Por otra parte, el primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, ha prometido a la primer ministro italiana, Giorgia Meloni, que Italia se convertirá en un centro de distribución energética de primer nivel al que llegará el gas natural que Israel venderá a Europa a través del gasoducto EastMed.

La porción del yacimiento submarino de gas natural cuya propiedad exclusiva reclama Israel se sitúa principalmente en las aguas territoriales palestinas de la franja de Gaza. O sea, a través del gasoducto EastMed, Israel exportará, a Italia y hacia el resto de la Unión Europea, el gas natural arrebatado a los palestinos mediante el uso de la fuerza militar.

En el caso del gas en la costa de Gaza, es altamente improbable que se materialice su explotación en el corto plazo, retrasando de forma indefinida su puesta marcha y su impacto positivo sobre la población palestina.

Oficialmente, Estados Unidos espera evitar un genocidio, llamando Israel a la moderación. En realidad, Washington sabe que la operación israelí no está dirigida contra el Hamas, sino que tiene como verdadero objetivo “resolver” la cuestión palestina expulsando a toda la población. Por eso el Departamento de Estado ya propuso al gobierno de Egipto anular la deuda externa de ese país (135 000 millones de dólares) a cambio de que acepte recibir a los 2,2 millones de gazauitas y otorgarles la ciudadanía egipcia.

Por ahora, el presidente egipcio, Abdelfatah Al-Sissi ha rechazado la propuesta. El gobierno egipcio sigue aplicando la resolución de la Liga Árabe, adoptada después de la Guerra de los Seis Días, según la cual desplazar a los palestinos y darles otra nacionalidad no es otra cosa que una maniobra falsamente compasiva tendiente a liquidar la causa palestina.