Sabiduría de las Abuelas: Remedios de ayer que aún funcionan hoy: Medicina natural para resfriados y alergias

Por Ileana Bernal de la R.
Antes de que fuéramos corriendo a la farmacia por cualquier cosa, las abuelas ya sabían cómo curarnos con lo que había en casa.
¿Te suena la miel con limón? ¿El té de eucalipto para la tos?
Esa medicina natural que pasa de generación en generación… y esas recetas que hasta el día de hoy funcionan.
En muchas culturas, la medicina tradicional nace de la observación directa de la naturaleza, mezclada con creencias locales, conocimiento ancestral y recetas pasadas de boca en boca.
Las abuelas eran las curanderas del hogar, conocían qué planta, raíz o té usar para qué malestar…. Y aún para el dolor del corazón (el mal de amores pues).
Hoy, mucho de ese conocimiento está volviendo gracias al interés en la salud holística y la fitoterapia (uso de plantas medicinales).
Su botiquín no estaba lleno de pastillas, sino de plantas, especias, frutas, cantos y mucho cariño. Hoy, en medio del regreso a lo natural, muchas de esas recetas vuelven a cobrar vida.
La medicina natural que usaban nuestras abuelas no solo era práctica, también era cultural. Cada región del mundo tiene sus propias versiones de estos remedios, pero todos comparten algo en común: nacen de la observación de la naturaleza y de la reacción del cuerpo humano.
Y aunque la ciencia ha avanzado mucho, muchos de estos remedios caseros siguen teniendo un valor terapéutico real.
La medicina natural no busca reemplazar la medicina moderna, pero sí puede ser un complemento útil, sobre todo para los malestares comunes como resfriados y alergias leves. Al final, lo que nuestras abuelas sabían era más que intuición: era experiencia, observación y cuidado.
Volver a estos remedios es también volver a nuestras raíces.
Remedios caseros que aún funcionan
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Miel con limón: el clásico para la garganta
Este remedio es uno de los más conocidos y fáciles de preparar.
Ingredientes:
1 taza de agua caliente
Jugo de medio limón
1 cucharada de miel de abeja
¿Cómo funciona?:
La miel alivia la irritación de la garganta gracias a sus propiedades antimicrobianas, mientras que el limón aporta vitamina C y ayuda a fortalecer el sistema inmune. Ideal para tomar en las noches.
Nota: No se debe dar miel a bebés menores de un año
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Té de jengibre, canela y clavo: para la congestión
Esta infusión es perfecta para los días fríos y los síntomas respiratorios.
Ingredientes:
3 rodajas finas de jengibre fresco
1 ramita de canela
2 clavos de olor
1 taza de agua
Cómo funciona:
El jengibre es un antiinflamatorio natural, la canela tiene propiedades antivirales y el clavo de olor ayuda a despejar las vías respiratorias. Además, tiene un aroma reconfortante.
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Vapores de eucalipto o manzanilla: para nariz tapada
Un remedio tradicional que nuestras abuelas usaban para aliviar congestión y sinusitis.
Instrucciones:
Hervir 1 litro de agua con hojas de eucalipto o flores de manzanilla.
Colocar el rostro sobre el recipiente, taparse la cabeza con una toalla e inhalar el vapor por unos 10 minutos.
Efecto:
Descongestiona la nariz, alivia la presión en los senos paranasales y relaja el cuerpo.
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Cebolla en la habitación: remedio nocturno para la tos
Aunque suene extraño, muchas abuelas utilizaban este truco.
Cómo se hace:
Corta una cebolla por la mitad y colócala en un plato cerca de la cama.
¿Funciona?
El fuerte aroma puede ayudar a abrir las vías respiratorias. No tiene base científica sólida, pero muchos afirman que ayuda a dormir mejor durante un resfriado.
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Infusión de tomillo: el antibiótico de la cocina
El tomillo, además de ser una hierba culinaria, tiene poderosas propiedades medicinales.
Receta:
1 cucharadita de tomillo seco
1 taza de agua caliente
Endulza con miel si lo deseas
Beneficios:
Ayuda a combatir infecciones respiratorias leves, tiene efecto expectorante y calma la tos.
Remedios de la abuela para el mal de amores
(No necesitas WhatsApp, necesitas té, amigas y amor propio)
Cuando te rompen el corazón, ni el paracetamol ayuda. Pero si preguntas a una abuela, ella te dará remedios que no están en ninguna farmacia… pero sí en la cocina, en la mente y en el alma.
Aquí van algunos «remedios caseros» para curar el mal de amores, estilo abuelita:
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Té de tila con consejo incluido
“Pa’ calmar los nervios, mija. Y que no lo vayas a llamar.”
Receta:
1 taza de agua caliente
1 bolsita de tila o flores secas
1 cucharada de miel
Una charla honesta con una amiga
Beneficios:
Relaja, tranquiliza y evita que tomes decisiones tontas con el celular en la mano.
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Baño de sal y hierbas
“Pa’ que se te vaya la tristeza y la mala vibra.”
¿Cómo hacerlo?:
Llena la bañera o una tina con agua caliente
Agrega sal de mar, flores secas (lavanda, manzanilla, romero)
Métete 20 minutos y deja que se lleve lo que ya no te sirve
Funciona:
No mágicamente, pero es un ritual simbólico que ayuda a soltar y renovarte.
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Receta de superación: tiempo + amor propio
“Ese no era para ti, mija. Dios quita, pero da mejor.”
Fórmula infalible:
1 dosis de llorar a gusto
2 cucharadas de tiempo
3 abrazos sinceros
1 lista de cosas que te hacen sentir viva
Repetir hasta volver a sonreír
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Un cambio de look (remedio universal)
“Cuando una mujer cambia el pelo… es porque está sanando.”
Corte, tinte, uñas, o simplemente una caminata larga escuchando música poderosa.
La transformación externa a veces desbloquea la interna.
Consejo final de abuela
“Llora hoy, pero mañana te me levantas. Porque el amor duele, pero no mata. Y lo que no sirve… se bota.”
No hay té que cure el desamor, pero sí hay rituales, palabras y personas que ayudan a sanar. Las abuelas sabían que el mejor remedio para el corazón era el tiempo, la dignidad… y un buen plato caliente de comida casera.