Áreas Naturales Protegidas Hundidas en el abandono

Por Gerardo Moreno Valenzuela
Las Áreas naturales protegidas marinas y litorales de Sonora se encuentran reprobadas y además están entre las peores calificaciones en manejo y efectividad para proteger las especies, en especial en manglares y arrecifes, según un estudio realizado por la Organización Oceana México.
Sonora se cuenta con tres Áreas naturales protegidas marinas y de litorales: “El Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado”, compartida con Baja California; “Las Islas del Golfo de California”, que se comparten con Baja California, Baja California Sur y Sinaloa, y la Zona de la isla de “San Pedro Mártir” que sólo le corresponde a Sonora.
Según el estudio de Oceana las áreas naturales protegidas que abarcan a Sonora solo obtuvieron una calificación de va de 1.83 a dos, estando más que reprobados en evaluaciones que tienen que ver con desempeño jurídico y programa de manejo de especies naturales.
Miguel Rivas Soto, Director de Hábitats de Ocena, explicó que analizaron un total de 39 áreas naturales protegidas del país, que abarcan desde Baja California hasta Yucatán, para esto realizaron más de 200 solicitudes de transparencia encontrando que lamentablemente este programa no está siendo efectivo en el país, ya que la información es escasa y de muy mala calidad.
Aclaró que todas las Áreas naturales protegidas marinas y litorales están reprobadas y ni siquiera las que tuvieron mejores resultados superaron los valores críticos en indicadores de desempeño, mejora pesquera, suficiencia presupuestal o gobernanza.
“Lamentablemente no tenemos buenas noticias, nuestro sistema de ANP no está a la altura de a la conservación que se necesita para proteger ecosistemas vitales para la biodiversidad como lo son manglares y arrecifes. La mayoría de las ANP reprueba en la evaluación que hemos presentado este 30 de noviembre, con esto perdemos los beneficios ambientales que nos dan estas áreas, así como los recursos de los que dependen miles de familias en México”.
Las Áreas de Sonora
Las Islas del Golfo de California es un complejo de más de 900 islas ubicadas frente a los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa; donde tan solo un tercio de ellas tiene un nombre asignado. Fue declarada ANP el dos de agosto de 1978 y en ellas hay una gran variedad de plantas, aves y peces.
La reserva de Biosfera El Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, tiene una superficie de más de 934 hectáreas, fue declarada ANP en 1993, y en ella se alberga una gran cantidad de ecosistema marino y hábitat de especies silvestres terrestres y marinas, incluidas 50 que están en peligro de extinción o bajo protección especial como la vaquita marina y la totoaba.
La Isla de San Pedro Mártir se ubica frente al municipio de Hermosillo, fue decretada ANP el 13 de junio del 2002, y es uno de los santuarios de aves del país, está dentro de la lista de humedales de importancia internacional y en él hay 36 especies de invertebrados marinos, nueve de tiburones, y 75 especies de peces, además de lobos marinos, ballenas, delfines, tortuga prieta, carey y golfina.
Recomendaciones
El informe de Ocena marca que además del descuido de las autoridades, las áreas naturales marinas y litorales se están viendo afectadas por el cambio climático, la acidificación de océanos, contaminación de plásticos, declive de las pesquerías, blanqueamiento de corales y aumento de zonas costeras muertas por contaminación de agroquímicos.
Y el problema es que las leyes actuales no son suficientes para garantizar la protección de los hábitats, recuperar la abundancia de los océanos y proteger la riqueza natural de México.
Renata Terrazas, directora de Oceana México, destacó que es necesario crear un marco legal claro para que la Comisión Nacional de Áreas Protegidas tenga más autoridad, atribuciones y dientes para poder regular todas las actividades que se realicen alrededor de las ANP, incluida la pesca y explotación de recursos.
Las recomendaciones de Oceana son: aumentar el número de Áreas Naturales Protegidas a más territorios, que estas tengan objetivos claros y medibles, regular y transparentar la pesca en estas áreas, que cuenten con un presupuesto estable, y que las comunidades puedan decidir qué proyectos y recursos se invierten alrededor de las áreas para verse beneficiadas.
