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Aumento a tarifa de agua y retraso en Planta Tratadora: Herencia de Javier Gándara

Por Imanol Caneyada/

Manuel Morales Trejo, presidente Ejecutivo de Construcciones Fypasa y de Operadora de Ecosistemas, responsables de la construcción y operación de la planta en Hermosillo, nos cuenta en exclusiva todos los detalles  

La capital de Sonora era una de las pocas ciudades en México que no contaba con una planta de tratamiento de aguas residuales, contraviniendo con varias normas y leyes federales, por lo que en estos últimos años estuvo expuesta a muchas sanciones y multas.

Por fin, el próximo mes de abril, a más tardar mayo, entrará en funcionamiento con retraso de un año una planta tratadora municipal, la cual tiene un costo de 876’006,893 de pesos.

Según anunciaron las autoridades Aguah, la entrada en funcionamiento de dicha planta hará vigente un aumento de 35% a partir de marzo luego de que según se aprobó en 2009 bajo la administración del alcalde Javier Gándara —y quedó registrado en la Ley de Ingresos de 2010— este aumento se hace válido al momento de que entra en operación la planta.

Sin embargo, el 2010 los recibos registraron un aumento del 35% por concepto de “saneamiento”. Además, tras dos lanzamientos de licitaciones fallidas, finalmente Gándara Magaña asignó directamente la obra a esta empresa.

De esto y muchas otros aspectos relacionados con el financiamiento y operación de la planta nos habla en exclusiva el ingeniero Manuel Morales Trejo, socio y presidente ejecutivo de las empresas Construcciones Fypasa y Operadora de Ecosistemas, responsables de la construcción y operación de la misma.

De entrada, el ingeniero Morales nos explica que la planta se construyó con aportaciones federales (240,090,078 de pesos) y de la iniciativa privada (635,916,815 de pesos).

“Esta planta se construyó con fondos federales a través del Fondo Nacional  de Infraestructura (Fonavin), que es a fondo perdido, y el resto es inversión privada, que la hacemos nosotros, las empresas Construcciones Fypasa y Operadora de Ecosistemas, ambas pertenecen al mismo grupo, una empresa es constructora y la otra operadora; ambas son de capital mexicano. Trabajamos juntos porque este tipo de licitaciones exige que se diseñe, se construya y se opere, de esta forma manejamos todo el paquete sin necesidad de acudir a otras empresas”.

A partir de marzo los recibos de agua registrarán un aumento de 35%, relacionado con la próxima entrada en operaciones de la planta tratadora municipal.
A partir de marzo los recibos de agua registrarán un aumento de 35%, relacionado con la próxima entrada en operaciones de la planta tratadora municipal.

En esta clase de concursos, ilustra el empresario, se establece la obligación de crear una empresa de propósito específico, la cual, en este caso, se llama TIAR de Hermosillo, que es la que aparece y debe aparecer en el contrato de prestaciones de servicios; “esta empresa no puede hacer otro tipo de obras que no esté relacionada con la planta tratadora de aguas residuales de la ciudad de Hermosillo; se trata de una garantía que pide el Fonadin para asegurarse que la empresa no vaya a utilizar el dinero destinado a esta obra en otros proyectos de otras ciudades; es un candado que está en las bases de licitación, es por ello que se llama empresa de propósito específico”.

Otro de los candados que pone Fonavin es que las empresas participantes garanticen, no sólo la construcción de la planta tratadora, sino la operación de la misma; de esta forma se evita que una empresa construya la planta y otra diferente asuma la operación con en el riesgo de que quiera cambiar o modificar la infraestructura original, aclara el ingeniero Morales Trejo.

Una vez que se termina la construcción, empieza la parte de operación. ¿Qué significa esto?: que la planta va a recibir las aguas negras o agua cruda y les va a dar el tratamiento establecido dentro de la licitación, el cual consiste en limpiar esas aguas para llevarlas a una calidad apta para riego agrícola, de parques, de campos de golf y también para uso industrial; todo ello entra en la NOM 03, que es una calidad para contacto humano pero no para consumo directo.

Según el empresario, lo anterior trae un gran beneficio, pues esa agua tratada puede utilizarse con fines industriales, es decir, en lugar de usar agua potable, que la industria no la necesita, podrá consumir agua tratada que, además, es más barata.

“De esta forma, la ciudad se beneficia en que toda el agua potable que utiliza la industria, los parques y la agricultura, a partir de la entrada en funcionamiento de la planta será utilizada para uso humano, es decir, la ciudad de Hermosillo tendrá más capacidad de agua de primer uso”.

El presidente de Fypasa y Operadora de ecosistemas aclara que el contrato los compromete exclusivamente a tratar el agua y a ampliar las líneas de abastecimiento del agua tratada; es tarea del Organismo Operador de Agua de Hermosillo llegar a los acuerdos conducentes y la comercialización con el sector agrícola e industrial para que usen el agua tratada y se libere así el agua potable.

“Esta agua tratada que nosotros le regresamos a Agua de Hermosillo tiene un costo y con ese costo va a pagarse la inversión que hicimos y cubrir el mantenimiento de la planta”. Después de 18 años de operación, la empresa le entregará la planta al organismo operador para que ésta continúe con el funcionamiento con la calidad y la actualización tecnológica necesaria para que funcione eficientemente.

El costo histórico del metro cúbico de agua tratada será para el organismo operador de 1.32 pesos; pero el aumento del 35% en la tarifa de consumo de agua no lo determina la empresa, subraya el entrevistado, sino el organismo operador de la ciudad, a partir de su capacidad y efectividad en la facturación y otros elementos.

“En todas partes se cobra el saneamiento del agua y el procedimiento normal es que vaya incluido en la tarifa, pero el porcentaje de aumento a la misma es en función de las capacidades del organismo operador, el cual determina el porcentaje, la empresa no interviene”.

El presidente de Fypasa aclara que su contrato los compromete exclusivamente a tratar el agua, la parte de comercialización con el sector industrial y agrícola, le corresponde a AguaH.
El presidente de Fypasa aclara que su contrato los compromete exclusivamente a tratar el agua, la parte de comercialización con el sector industrial y agrícola, le corresponde a AguaH.

En cuanto al retraso en la construcción de la planta, el ingeniero Morales Trajo abunda en que no hubo tal; “cuando nosotros íbamos a terminar el proceso, por alguna razón, por falta de presupuesto, no lo sé, faltaban líneas de conducción del agua tratada; esas líneas de conducción para distribuir el agua tratada, al igual que los colectores, eran responsabilidad del Organismo Operador de Agua, pero no estaban listos, por lo que se nos dio una ampliación del contrato, en la que se incluyó la construcción de esta infraestructura que estaba fuera del contrato original pero que era totalmente necesaria para almacenar y distribuir el agua tratada”.

Ello desfasó la entrega e inicio de operación de la planta.

“Creo que la solución que encontraron, si bien era fuera de tiempo, fue buena porque concluyeron algo que les faltaba; no han saturado la ciudad con ramales de distribución, pero con los cuatro existentes puede cumplirse con la demanda”.

En opinión del entrevistado, la planta tratadora de agua que está a punto de entrar en funcionamiento tiene suficiente capacidad para la ciudad de Hermosillo; su infraestructura está diseñada para que pueda llevar 3,000 metros por segundo, lo que la coloca en capacidad dentro de las ocho primeras plantas del país; en cuanto a tecnología de punta, se ubica entre las cuatro mejores.

La planta operará regularmente con 2,500 metros por segundo, el margen de 500 litros es una exigencia de la Comisión Nacional del Agua para prever el crecimiento de la ciudad.

La planta tratadora de agua de Hermosillo ha sido construida y operará bajo las normas más estrictas; “es regulada por la Conagua, por el Fideicomiso de Banobras y por una empresa supervisora externa que nada tiene que ver con estos organismos, la cual se dedica exclusivamente a supervisar obras de infraestructura, por lo que está garantizada la calidad y la transparencia”.

Por otra parte, la empresa operadora únicamente cobrará el agua tratada, de forma que si un mes llegan 2,000 litros, “ésa es la cantidad que facturará a Agua de Hermosillo. La medición la llevará a cabo tanto la empresa como el organismo operador de agua, de suerte que si hay una diferencia, entra un árbitro que decide cuál es la cantidad correcta, es decir, hay normas muy estrictas”.

También en el terreno de la calidad, ahonda Manuel Morales; la empresa puede tratar la cantidad de agua que le envíe el organismo, “pero si no cumple con la calidad establecida en el contrato, enfrenta sanciones muy fuertes”.

Además, como bondades extras de esta planta, es que es autosustentable en un 72%. Una planta de estas características consume mucha energía, en el caso de la de Hermosillo, el 72% de la energía que necesita la produce la propia planta, a través de la reutilización del lodo que se le quita al agua tratada; este lodo o basura, mediante un tratamiento especial, produce gas metano, el cual proporciona la combustión necesaria para generar la energía que alimenta la planta.

“Estamos hablando de alrededor 1,650 KW. Todo esto implica que el costo por metro cúbico de agua tratada disminuya, fue una de las razones por las que ganamos la licitación, además de la calidad”.

Según cálculos del ingeniero Morales, la planta entrará en funcionamiento el próximo mes de abril, mayo a más tardar.