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Calientan motores para la Fórmula 1 de autos miniatura

La Escudería Storm Racing C2 del Cobach Reforma, está lista para competir y llegar a hasta la carrera “F1 in Schools” en Singapur; avanzan en el proyecto y buscan patrocinios

Por Gabriel Rigo Gutiérrez

No es una tarea de clase cualquiera. Desde hace semanas comenzaron a preparar la estrategia y tienen la mirada puesta en Singapur, país donde será el “Desafío de Tecnología F1 in schools”.

Se trata de una iniciativa global, promovida por la organización británica “F1 in schools”. Un concurso de ciencia y tecnología donde participan estudiantes de más de 40 países, simulando los procesos de una escudería de Fórmula 1, pero con autos miniatura.

Esto va desde diseñar, analizar, fabricar, probar y correr en una pista recta de 20 metros, contra otro carrito; todas las unidades son propulsadas por un pequeño tanque de CO2.

Como antecedente, otro equipo del Cobach el año pasado ya logró colarse hasta la competencia internacional, en esta ocasión buscan repetir la hazaña, pero ¿Cómo lograrlo?

Justo es el reto sobre el que trabajan ahora Alejandro Rodríguez, Damián Ramos, José Amado, Aylin Tacho, Luis Valenzuela y José Gálvez, integrantes de la Escudería Storm Racing C2. Todos estudiantes del Cobach, plantel Reforma. Cada uno tiene una función específica.

Por ejemplo Luis, un apasionado de la física y matemáticas, desarrolla lo referente a la ingeniería mecánica. Toma en sus manos el prototipo usado el año pasado y explica que para poder tener un buen auto deben revisar desde el diseño, lo aerodinámico, los cortes, la resistencia, todo para lograr recorrer la pista con la mayor velocidad en el menor tiempo.

Hace apenas unas semanas “F1 in schools” les envió el kit para fabricar el auto. Una pequeña caja negra con un bloque de plástico y diversas instrucciones.

Pero no todo es el carrito, Aylin, la encargada de mercadotecnia de la Escudería, platica que han tenido que diseñar desde logotipos, colores, manejo de redes sociales (https://www.facebook.com/stormracing01).

Otra área importante tiene que ver con lo financiero, también con la difusión; y la presentación escrita y oral del proyecto.

Confían en subir al podio

Los chicos se muestran muy optimistas y confiados en las mejoras al proceso, abrevan de la experiencia lograda el año pasado por sus compañeros.

Pero antes deberán sortear cuatro etapas: una local, una estatal, la nacional el 25 de mayo en la ciudad de México, y la internacional en octubre en Singapur.

En este trayecto, platican, han ido relacionándose con nuevos conceptos que nunca habían visto en las aulas, desde los programas virtuales como Autodesk Fusion donde trabajan el modelo 3D del prototipo, siempre según las reglas, para tener un carro aerodinámico y estéticamente bonito.

También han tenido que buscar asesorías con otros maestros. Además de ir y tocar puertas a talleres de torno para la fabricación. Y finalmente buscar patrocinios (algo que siguen buscando porque deben costearse boletos de avión y hospedajes).

Y es que junto con la parte de ciencias, estos certámenes acercan a los estudiantes con el “mundo real”.

Pero a pesar de los escollos, los chicos sostienen en sus manos el pequeño auto como si en él estuvieran materializados sus sueños de trascender, solo esperan el día del concurso, colocar el carrito en el riel, activar el botón y dejarlo volar sobre la pista. Ya lo visualizan, sueñan con el momento.