Capturan a Héctor Beltrán Leyva en Guanajuato
Fuerzas especiales del Ejército mexicano capturaron el miércoles a Héctor Beltrán Leyva, considerado el líder del cártel de las drogas que lleva sus apellidos, en un nuevo golpe que el gobierno federal ha logrado contra figuras de alto perfil del crimen organizado en los últimos meses.
El jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República, Tomás Zerón, dijo en un mensaje a la prensa que Beltrán fue capturado en un restaurante de mariscos en el estado central de Guanajuato en una operación en la que no se hizo ni un solo disparo.
La detención se realizó después de una investigación de 11 meses, dijo Zerón, quien no aceptó preguntas de la prensa.

El presidente Peña Nieto elogió la captura y en mensajes publicados en su cuenta de Twitter agradeció a las fuerzas armadas y civiles.
«Esta acción acredita la eficacia de la Política Pública de Seguridad y Procuración de Justicia para lograr el México en Paz que deseamos», señaló el mandatario.
Aunque Zerón señaló que fue un trabajo de investigación de diversas dependencias de seguridad, la detención fue hecha por el Ejército, que en los últimos días ha sido blanco de críticas por la participación de algunos de sus elementos en la muerte de 22 presuntos criminales hace tres meses en la municipalidad de Tlatlaya, en el Estado de México.
El funcionario dijo que cuando Beltrán Leyva asumió el liderazgo del cártel adoptó «un perfil moderado» para intentar «pasar desapercibido» y se estableció en el estado central de Querétaro, donde se hacía pasar como empresario dedicado a la venta de inmuebles y obras de arte.
El funcionario señaló que Beltrán Leyva fue ubicado y finalmente capturado junto con uno de sus presuntos operadores financieros en la comunidad colonial de San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato, donde residen algunos artistas y jubilados extranjeros.
Funcionarios federales habían adelantado que había sido detenido quien se creía era el capo, pero que se realizaban pruebas de ADN para confirmar la identidad.
Zerón dijo que más tarde su agencia dará a conocer los resultados de las pruebas, aunque dio por hecho que se trata de Héctor Beltrán.
Líder de un cártel histórico en declive
El último capo del narcotráfico en caer en manos de las autoridades, Héctor Beltrán Leyva, lideraba desde 2009 un sanguinario cártel familiar que llegó a tener mucho poder en su alianza con Joaquín «El Chapo» Guzmán, pero que estaba en declive desde hacía algunos años.
Cinco millones de dólares es la recompensa que pedía el Departamento de Estado de Estados Unidos por el líder del cártel de los Beltrán Leyva, apodado «El ingeniero» o el «H» y que está a punto de cumplir medio siglo de vida.
Nacido el 15 de febrero de 1965 en el estado de Sinaloa, cuna de algunos de los las más grandes narcotraficantes mexicanos como Guzmán, Héctor Beltrán Leyva mide casi 178 centímetros y pesa 74 kilos, según la ficha de la página web del Departamento de Estado, en su apartado dedicado al Programa de Recompensas por Narcotráfico.

De ojos y cabello oscuros, al ser presentada la foto de su ficha policial este miércoles por la Fiscalía mexicana lucía algo más envejecido y sin el bigote de la foto que muestran en internet las autoridades norteamericanas.
En la década pasada este narcotraficante fue socio de «El Chapo», con el que compartió un poder hegemónico en el negocio de las drogas y otras actividades criminales.
Fueron los años posteriores a la fuga de este último del Penal de Puente Grande (en el estado occidental de Jalisco) en 2001, en la primera mitad del mandato del presidente Vicente Fox (2000-2006).
Beltrán Leyva, por el que las autoridades mexicanas pedían 2,3 millones de dólares de recompensa, actuaba entonces junto con sus hermanos Arturo, Alfredo y Carlos, que acabarían abandonando en bloque el Cártel de Sinaloa.
La razón, la detención en 2008 de Alfredo por las Fuerzas especiales del Ejército mexicano, de la que los hermanos culparon a Guzmán y sus socios.
Escindidos de la organización de «El Chapo», el clan forjó alianzas con sus antiguos rivales del Cártel del Golfo y Los Zetas, y pasó a ser dirigido por Arturo hasta su muerte el 16 de diciembre de 2009 en un enfrentamiento con infantes de marina mexicanos.
Como venganza por lo que consideraron una traición de sus antiguos aliados, los Beltrán Leyva ordenaron el asesinato de Édgar Guzmán López de 22 años de edad, hijo de Guzmán.
No fallaron y el joven murió en un estacionamiento de un centro comercial a manos de 15 hombres armados con rifles de asalto y lanzagranadas.
Desde entonces, Héctor dirigía el grupo, mientras que Carlos, el único de los hermanos que todavía sigue vivo y libre, «tenía actividades más discretas, de lavado de activos», afirmó este miércoles a Radio Fórmula el experto Ricardo Ravelo, al hacer una radiografía de ese clan.
Hoy en día, el cártel de los Beltrán Leyva es considerado responsable de la adquisición de armas de fuego y municiones de los Estados Unidos y del contrabando de toneladas de drogas ilícitas al vecino del norte, incluyendo cocaína, marihuana y heroína.
También es señalado como uno de los más despiadados por su manera de ejecutar a sus enemigos y ha sido relacionado con los asesinatos de numerosos agentes del orden mexicanos, como Edgar Eusebio Millán Gómez, de la Policía Federal.
«Este grupo fue uno de los más importantes desde su surgimiento allá por los años ochenta» y «es una de las organizaciones quizás más longeva», indicó Ravelo.
Además, «fueron importantes en el impulso de Joaquín Guzmán», detalló el especialista que, sin embargo, agregó que la organización «vino a menos en los últimos años» y «se quedó con pocos estados» bajo su control, entre ellos «una buena parte del estado de México, Guerrero, una parte de Michoacán, Jalisco, y Colima».
Para Ravelo la de Héctor Beltran Leyva es una «detención importante, no es una detención menor», pese a que el grupo estaba en declive por «las bajas que habían sufrido».
AP / EFE