Colegio Santo Tomás, un proyecto familiar basado en valores

Por Gerardo Moreno
Notar que el sistema educativo público no da la atención especializada que requiere cada niños y joven, que no se preocupan porque el estudiante entienda para que sirven los conocimientos y ver que se utiliza a la escuela para adoctrinar a los menores; fue lo que impulsó a la familia Martínez Salazar a crear su propia escuela basada en valores hace tres años. Se trata del Colegio Santo Tomás, un proyecto familiar que se ve amenazado por Covid19.
El Colegio Santo Tomás comenzó en agosto del 2017, cuando María Eduviges Salazar Arellano y su esposo César Martínez Serrano, se dieron cuenta que la educación que le estaban dando a sus hijos no era la adecuada y por eso decidieron educarlos en casa.
Ellos se dedicaban a ser maestros de educación reguladora, es decir, apoyaban de manera especial y personalizada a los niños que no iban al corriente con sus estudios y al ver que ese modelo funcionaba decidieron convertirlo en su proyecto.
“Decidimos hacer home-school con nuestros hijos, tenemos cuatro hijos; dos que ya salieron de la primaria y dos que apenas vienen, son chiquitos. Entonces decidimos sacarlos de la escuela y tratar que ellos acrediten sus estudios, de una forma escolarizada, con horarios, clases, educación artística y física e inglés, más religión que es muy necesaria”, comentó César Martínez.
Habilitaron salones de clases en su propia casa, ubicada en el número 1273 de la calle Ángel G. Aburto, en la colonia El Sahuaro. De comenzar con solo sus hijos ahora cuentan con 25 alumnos de todos los niveles de educación básica.
Vocación y pasión por educar
El modelo educativo es integral, se llevan las clases normales del programa de estudios necesarios para acreditar los conocimientos básicos, pero también formación musical, artística y un reforzamiento de valores.
“Nuestro esquema pretende trabajar con el individuo en su fase personal absoluta, donde cada quien aprende de manera diferente. Entonces hacemos un esquema personalizado, individualizado, donde cada niño va a subir y aprender tomando en cuenta sus habilidades, capacidades y cualidades”, detalló María Salazar.
Están inscritos niños que venían de cambios de residencia que no estaban regularizados, niños que tenían problemas familiares y de conducta, o incluso jóvenes que no tenían los conocimientos básicos necesarios como leer y escribir.
“La gente entra sin prejuicios, porque quieren una educación con amor y aquí la tenemos, porque hay vocación y porque hay pasión, nosotros estamos dejando nuestra vida en esto, porque es lo que creemos”, dijo María Salazar.
La clave del Colegio Santo Tomás es el gran enfoque que tienen en la formación de valores, donde han tocado menores problemáticos, que no los quieren en otras escuelas y son difíciles en casa, pero ahí han logrado entiendan que deben esforzarse, tratar de ser mejores, y además los encausan a su vocación.
“Nosotros tratamos de ver cuáles son las inclinaciones de nuestros estudiantes, cuál es su vocación y los impulsamos a seguirla, a prepararse, y así ellos mismos ponen más interés y atención”, aseguró César Martínez.
Modelo apoyado en el ISEA
El Colegio Santo Tomás está fundamentado en el modelo de educación abierta, donde se pueden obtener todos los conocimientos necesarios en casa y acreditar los conocimientos con los exámenes que tienen disponibles las autoridades educativas.
Para esto se respalda de los programas de certificación que tiene el Instituto Sonorense de Educación para los Adultos (ISEA), por lo cual todos sus estudiantes obtienen títulos con validez oficial.
“Ya certificamos a nuestros hijos, ya hemos certificado a dos adolescentes de secundaria, de hecho uno ya está en el Cobach, por si tienen dudas que no es válido”, indicó el profesor Martínez.
Ahorita cuentan con primaria baja, primaria alta y secundaria, donde también se prepara al joven para el examen Ceneval de ingreso a preparatoria. Además imparten programas de regularización para preparatoria.
El reto de seguir pese al Covid19
Por las medidas de contingencia del Covid19, el Colegio Santo Tomás se vio también obligado a cerrar sus salones y tener solo clases a distancia. Pero, saben que muchas familias que tienen a sus hijos inscritos con ellos no podrán pagar las colegiaturas y eso pone en riesgo la operación del plantel.
Para mantener a flote este proyecto están buscando opciones, primero se abrieron a donaciones voluntarias de las personas que los quieran apoyar y segundo realizarán una hamburguesada entre amigos este próximo sábado.
“No quedarnos a expensas de que no salimos con el recurso y a lo mejor cerrar, que sería la opción más fácil para algunos porque lo más fácil es buscar se empleados porque somos profesionistas, y podríamos tener un sueldo seguro y prestaciones, pero en este camino uno tiene que jugársela, tiene que tener ese valor y esa decisión para no dar marcha atrás”, dijo María Salazar.
Para ayudar a la familia Martínez Salazar para mantener el colegio Santo Tomas vivo, pueden pedir una hamburguesa haciendo un pedido al 6622-56-11-31 o al 6622-82-85-77.