Compras navideñas en el Centro de Hermosillo

El espíritu navideño es tan fuerte, que ni el Covid-19 lo detiene
Por Danitza González
La Navidad es la celebración por excelencia más esperada del año por casi todas las familias. En esencia es un momento para compartir, demostrar amor, tener paz y tranquilidad. Las compras navideñas marcan en cierta medida las pautas del comienzo de la Navidad. Estas se suelen hacer a partir de la segunda quincena de diciembre.
Estamos en vísperas navideñas, a pocos días de finalizar el año 2021, pero todos sabemos que no es una época cualquiera, pues es el segundo año consecutivo que llegan las fiestas decembrinas viviendo aún la presente pandemia a causa de Covid-19, pero ¿qué sería de la Navidad sin la compra de los regalos o la cena navideña para convivir en familia?
Los hermosillenses pese a las dificultades que se han presentado después de que durante el 2020 muchos lamentablemente perdieron a un ser querido, un familiar o su empleo, este año se observa un poco más de movilidad en las tiendas en comparación con el año pasado, ya se puede percatar cómo poco a poco la economía comienza a reactivarse.
En esta ocasión, decidí que era momento de ir a ver qué podría obtener para regalar en estas fechas, por lo que me tocó hacer un recorrido por las calles del centro de Hermosillo, visitando algunos de los locales donde pude percibir el ánimo y espíritu navideño de los compradores y comerciantes de la Ciudad del Sol.
En punto de las 10:30 am, comienza una lucha por encontrar un espacio para estacionar el carro, pues aun cuando no se veían tan personas como imaginé, batallé para encontrar un lugar disponible, mientras buscaba, podía ver como las personas caminaban de un lugar a otro, algunos con paso apresurado y otros con mucha serenidad, pero eso sí, en su mayoría con dos o tres bolsas en mano donde se podía ver algunas prendas de ropa, otros cargando comida, predominando mujeres acompañadas de sus hijos.
Al fin encontré un espacio un poco alejado de las calles principales, entonces a emprender marcha hacía el Mercado Municipal, sitio como de costumbre rodeado de personas de la tercera edad que, bastante relajados y algunos sin cubrebocas, estaban sentados en las bancas del andador.
Al entrar al Mecado me recibieron comerciantes con invitaciones en voz alta a degustar una rica malteada, a desayunar, que pase por el cafecito y a tomar asiento, pero eran muchos los que habían aceptado la invitación porque los lugares se encontraban llenos y otros esperando lugar para degustar un platillo.
Tuve la oportunidad de platicar con la señora Guadalupe Romero, quien tiene años laborando en su negocio dentro del mercado, donde ella también es la encargada de atender a sus clientes y donde puedes encontrar pollo en cualquier presentación, asegura que los fines de semana es cuando ha aumentado el número de personas que han asistido a realizar sus compras, sobre todo aquellos prevenidos que les gusta tener los ingredientes antes que la afluencia sea mayor, a los que les gusta preparase para tener listo todo lo que se necesite para cocinar unas pechugas rellenas, los tamalitos de pollo, que no son lo más tradicional en nuestra ciudad, pero asegura Guadalupe que son una excelente opción para probar algo distinto en la cena navideña.
Siguiendo mi recorrido, percaté como dos mujeres entre su conversación platicaban acerca de los precios, que sin duda todo estaba mucho más caro que otros años, ¡Que ya no rendían los aguinaldos, que, hasta la comida estaba muy cara, que ahora se cenaba o se cambiaban con algo nuevo, porque para hacer ambas cosas estaba difícil!
Por otra parte, Jesús Figueroa encargado de vender productos regionales como pinole, ejote, nopales, ponteduro, coricos, miel de abeja, chiltepines en una banqueta sobre la calle Plutarco Elías Calles, afirmó con certeza que mejoraron las ventas de manera radical a comparación del pasado 2020, quién plática haber trabajado parte del año pandémico y coloquialmente menciona que parecía que “habían pasado los apaches”, y ahora, con la llegada de diciembre se notó todavía más el aumento de los compradores.
También pude darme cuenta de la enorme cantidad de niños y niñas que andaban por ahí, acompañando a sus padres corriendo, empujando, riendo, con y sin cubrebocas o esperando afuera de las tiendas. Y en el tema del cubrebocas, aunque en efecto el 90% de la gente llevaba, sólo el 60% lo tenía bien puesto.
Hay que seguir consumiendo en los pequeños locales, en las tiendas de la esquina, ayudar a la economía local; apoyando a los negocios para seguir apoyando la reactivación económica, ha sido un año difícil que está a punto de terminar, pero se ha tenido más oportunidad de seguir adelante, sin embargo, lo mejor que podemos hacer es disfrutar de esa cena especial en Noche Buena y pasar el rato con nuestra familia. ¡Les deseo excelentes fiestas y un próspero año nuevo!