Da EPN último Grito rodeado de sus hijos

La primera vez que los seis hijos de la pareja presidencial aparecieron en el balcón de Palacio Nacional para acompañar al Presidente Enrique Peña Nieto a dar el Grito de Independencia, ninguno era mayor de edad.
Cinco años después, en el mismo ventanal principal, está por última vez la familia del Primer Mandatario. Ahora la mayor tiene 22 años y la pequeña 12.
El mexiquense viste prácticamente igual: un traje oscuro, camisa blanca, cortaba gris y, sobre ella, la banda presidencial que tiene un costo de 38 mil pesos.
Su esposa Angélica Rivera luce un vestido rojo satinado liso. Excepto en 2014, la Primera Dama destacó en estas festividades modelos de diseñadores mexicanos. El año pasado, en solidaridad por los sismos, vistió un vestido negro con flores blancas en los hombros.
Ahí está sonriente Sofía Castro, la que dio más dolores de cabeza a la pareja presidencial por sus viajes a Europa, sus publicaciones en redes sociales presumiendo sus gustos caros o por llevar personajes polémicos a Los Pinos, como el tatuador Jon Boy.
Los tres hijos de Peña Nieto se mantuvieron estos seis años discretos. Alejandro estuvo algunas veces en publicaciones por sus fiestas y viajes, y la actividad pública en redes sociales de Paulina, la mayor, desapareció después de aquel reclamo a los críticos de su padre en 2011, a quienes llamó «prole».
«Gracias a nuestros hijos, Paulina, Sofía, Alejandro, Fernanda, Nicole y Regina, por su cariño, por su alegría, la que me contagian todos los días, por comprender el tiempo que les tocó vivir», les dijo el Presidente en su último informe de Gobierno.
Este año, el Grito de Independencia no está ensombrecido por algún desastre natural o desgracia, pero sí por la tragedia electoral del 1 de julio, que arrebató a su partido, el PRI, la Presidencia de la República.
La lluvia da tregua para que se realizará la celebración. A las 21:45 horas, elementos del Estado Mayor, ante lo despejado del cielo, salieron al balcón principal a quitar los plásticos que cubrían los pendones rojos y el lazo de la campana.
En 2012, el Grito Presidencial costó al erario más de 13 millones, el primer año de Peña se elevó a 17 millones y este 2018 cerrará en 21 millones de pesos.
Tan sólo la música salió en 10 millones de pesos; este año el ambiente lo animaron Alicia Villarreal, la Sonora Dinamita y el dueto Mijares-Emmanuel.
El protocolo no cambió. Como en años anteriores, los invitados a Palacio Nacional fueron 800, entre diplomáticos de otros países, legisladores, miembros del Gabinete presidencial y sus familiares, mandos de las Fuerzas Armadas, así como amigos y parientes de la familia presidencial, quienes se instalaron en los balcones.
El presidente del Congreso, Porfirio Muñoz Ledo, cumplió su promesa de que asistiría a las festividades patrias pese a las diferencias con el Gobierno de Peña Nieto, y observó la arenga desde el segundo balcón principal.
También asistió el presidente de Corte, el Ministro Luis María Aguilar, acompañado de su esposa, quien fue en silla de ruedas.
REFORMA