DE PRIMERA MANO

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

Jueves 27 de Marzo del 2014

 

La Unison, sola en el desierto

 

YA SE HA escrito y reiterado que el origen de la huelga que actualmente mantiene paralizada a la Universidad de Sonora, es la falta de previsión de una situación tan recurrente año con año, como lo es la revisión de los contratos colectivos con los dos sindicatos que operan en el Campus.

Si a lo anterior le añadimos las diferencias entre los líderes sindicales y algunos funcionarios de la Alma Mater como condicionantes en las negociaciones, entonces debemos necesariamente de acudir a las capacidades de comunicación y negociación de las autoridades involucradas en el asunto.

Pero volteamos hacia todos lados y nomás no damos con estas capacidades.

Escuchamos hablar sobre el tema al secretario del Trabajo del gobierno estatal, Gildardo Monge y ofrece una serie de argumentos respecto a lo que debe ser y a lo que desde el punto de vista ideal, debiera darse.

El Gobierno del Estado, en su papel de mantener la estabilidad política, laboral, social y orgánica en Sonora, debería haber previsto el conflicto en la Unison y ofrecerse de antemano como un mediador para evitar la colocación de las banderas rojinegras.

Al inicio de este “Nuevo Sonora”, ya lo había hecho y tenido éxito el primer secretario de gobierno, Héctor Larios Córdova.

Recientemente, ante un cuestionamiento de si el gobierno estatal podría ayudar a la Unison, la respuesta fue deprimente: “No hay dinero para ayudar a la Universidad”.

Y es que la Unison no es una fábrica de zapatos. Ahí se están formando 40 mil futuros profesionistas y una huelga en el campus, garantiza un conflicto social. ¿Esto último no lo pudo haber previsto el Gobierno del Estado?

Ahora, a 27 días de estallado el conflicto, con dos millones diarios en pérdidas económicas y ante el temor de perder el semestre por parte de poco más de 40 mil estudiantes, surgen opiniones de “lo que debe hacerse”.

Por su lado, el dirigente sindical del STEUS está en lo suyo. Las leyes amparan su movimiento en la eterna lucha entre el capital y el trabajo para lograr mejores condiciones económicas para los agremiados. El rector, Heriberto Grijalva, cansado de solicitar apoyos a la Unison y de no obtenerlos, simple y sencillamente dobla los brazos, sabedor de que no está obligado a lo imposible.

¿Quién ve por nuestra máxima casa de estudios en Sonora ahora que requiere con urgencia un suero rehabilitador? Nadie.

Se buscan entonces las capacidades que puedan, acorde a sus atribuciones, destrabar el conflicto. El rector Grijalva, solicitó ayer a la dirigencia del STEUS que formalizaran sus peticiones. A como va ese proceso llegará la Semana Santa y no habrá solución alguna.

La primera conclusión es que la Universidad de Sonora está sola, arando en el desierto.

Es un escenario históricamente, inédito.

 

ANTE la presencia de tanta “encuestitis” publicada en los diarios de Sonora donde se advierte un afán por encabezar las preferencias preelectorales por la gubernatura de Sonora, nos preguntamos el por qué no se advierte preocupación alguna por un Javier Gándara Magaña o una Ana Gabriela Guevara, por publicitar sus encuestas que –lo sabemos todos- también las tienen en sus manos… La respuesta resultaría lógica… En el caso del panista y de la segura candidata de MORENA, deben estar satisfechos por el excelente posicionamiento que todas las encuestas del PRI les ofrecen ante la opinión pública.

 

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