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De Primera Mano con RQ | Malabarismo verbal

SI, YA LO sabemos. No se vendió el avión presidencial. Los más de 30 millones que costó la renta del espacio en aeropuerto estadounidense de esa nave en 2019 no salió de la bolsa del Presidente López Obrador ni mucho menos de algún integrante de su gabinete, pero sí fue tema ampliamente tratado ayer por la mañana para dejar en un segundo y hasta tercer plano, el gran problema de Salud que se vive actualmente en nuestro país ante la ineficiencia en el arranque del célebre INSABI, que sustituye al Seguro Popular.

Dejando de lado la seducción presidencial ante millones de personas que le siguen admirando porque oyen de él lo que quieren oir, el ejercicio de la crítica incluye la denuncia que evita que el mal se expanda.

Inocultables son los miles de testimonios de pacientes y sus familias en hospitales del gobierno (han trascendido mucho más los casos en la ciudad de México) que han obligado a enviar a José Antonio Ferrer, el flamante titular del INSABI, a decir que todo está bien cuando no es la verdad y a un representante de la Secretaría de Salud a declarar que por instrucción presidencial ningún paciente pagará por ser atendido y por medicinas, ¡pero en el 2021!

¿Y mientras tanto, cuántos mexicanos pobres morirán ante esta escandalosa ineficiencia?

Mientras tanto, el Presidente exhibe su ignorancia respecto al destino que tendrá el avión presidencial. Está en venta, en renta, en intercambio con Estados Unidos a cambio de ambulancias, equipo médico y medicinas. No sabe qué hacer con él AMLO.

Pero además, lo que resulta increíble, es que se haya confirmado en 2019 un subejercicio presupuestal superior a los 200 mil millones de pesos, que en vez de ser usados en darle seguridad y salud a los mexicanos más vulnerables, fueron almacenados para sacarlos en el 2021 y ganar las elecciones.

Pues sí. López Obrador sigue siendo calificado muy bien. Juan Pueblo lo ve como pastor religioso y como un buen hombre que no quiere más violencia.

Pero hasta ahora no lo ha visto como lo que juramentó: Ser un Jefe de Estado.

EL ACUERDO más trascendente en la reunión del Presidente López Obrador con las y los gobernadores de las entidades federativas, -ayer en una comida en palacio nacional-, fue el hecho de anteponer la unidad para combatir la inseguridad, por encima de cualquier interés ideológico o partidista… La reunión fue con carácter de “privada”, pero al final del día y luego de confirmarse que no se dieron mayores confrontaciones, se envió un boletín… Asistieron también los integrantes del gabinete de seguridad encabezados por Alfonso Durazo, pero el tema de los recortes presupuestales en los estados, se quedó en la garganta de algunos mandatarios con fama de “entrones”… Quizá ya llegaron a la conclusión de no insistirle a un Presidente obstinado o bien, prefirieron no hablar porque la cola la tienen muuuuuy larga.

CÉLIDA López, la presidenta municipal de Hermosillo, se mostraba particularmente optimista ayer, al anunciar que de “mutuo acuerdo”, podría firmarse la cancelación de la concesión del alumbrado público con los directivos de la empresa titular de tal documento… Inclusive, se advirtió que existe ya un anteproyecto de cancelación que se hará llegar a las y los regidores para que vayan estudiando el caso… Una exigencia constante de la alcaldesa ha sido la cancelación de esta concesión, por dos razones esenciales… La primera, que considera que es muy oneroso y que le deja las manos limpias a la Tesorería Municipal para solucionar problemas citadinos… La segunda, que está convencida de que es un negocio grande para unos cuantos… Bueno, estaremos pendientes del resultado… Al final del día, sería bueno saber exactamente quién está detrás de los empresarios que lograron esta concesión… Y Hermosillo saldría ganando, porque la mayoría de las luminarias han sido cambiadas por nuevas y con tecnología LED y de ahí el que algunas quejas por vivir en la oscuridad se hayan borrado de la agenda diaria.

¿EL EMBLEMÁTICO Cerro Tetakawi tiene un dueño, un particular?… No lo sabíamos… Lo que sí sabíamos es que el empresario Rafael T. Caballero desarrolló San Carlos cuando era virgen desde aquellos nostálgicos años de la década de los sesentas del siglo XX, pero no creímos que las escrituras de los terrenos en el lugar hayan incluído ese lugar con sus “tetas de cabra”… La alcaldesa de Guaymas, municipio al que pertenece San Carlos, por sus palabras al tratar el tema, se puede concluir que ignora esta parte… Habría qué precisarlo.