Destacada

Diálogo | Mujeres guerreras; son un ejemplo

Esta eclosión social que estamos viviendo, exhibe los males profundos de la impunidad y la indolencia de nuestras autoridades

Por David Figueroa O.

El valor mostrado por el colectivo de Mujeres Guerreras en Sonora, para ir en búsqueda de sus seres queridos desaparecidos, es un ejemplo de como el dolor y el sufrimiento se pueden transformar en una acción para encontrar la paz.

Las cifras de desaparecidos en México son devastadoras, existen al menos 40 mil 180 personas desaparecidas conforme a los datos de la Comisión Nacional de Búsqueda y más de 20 mil cuerpos, no identificados en centros forenses.

La CNDH en México señala que la desaparición de personas, incluida la desaparición forzada, constituye una violación pluriofensiva de derechos humanos, toda vez que además de causar daños irreparables a las víctimas, provoca sufrimiento en sus familiares al ignorar el destino final que aquéllas correrán, generándoles por tiempo indefinido el temor por la incertidumbre de conocer el paradero de su ser querido, y un deterioro económico de salud física y mental.

Es desgarrador escuchar testimonios de madres de familia como este del —documental sin tregua—. “Yo no parare de buscar a mi hijo, hasta que lo encuentre, tengo miedo, pero de perder la vida y no encontrarlo; del otro miedo yo no lo conozco”.

Historias completas de tragedias de desaparición y violencia han condenado la paz de mujeres y hombres que se determinaron a secarse las lágrimas para iniciar la búsqueda de sus seres queridos ante la indolencia de las autoridades.

Tan solo en Sonora, según datos proporcionados por el subsecretario de gobernación Alejandro Encinas nos refieren que, del primero de diciembre del 2018 al trece de mayo del año en curso, se han localizado 35 fosas clandestinas, ocupando Sonora el segundo lugar después de Veracruz quien lidera la lista con 76.

En cuanto a cuerpos exhumados de fosas clandestinas, Sonora ocupa el tercer lugar con 55 cuerpos rescatados, después de Sinaloa con 80 y Colima con 93.

La eclosión social que ha ocasionado este fenómeno de violencia y desapariciones forzadas ha generado una respuesta de la sociedad civil con los movimientos por la Paz con justicia y dignidad www.mpjd.mx, la plataforma de participación ciudadana del día después https://eldiadespues.mx,  las marchas por la dignidad nacional de “madres buscando a sus hijos, hijas, verdad y justicia” así como los 65 colectivos de búsqueda de desaparecidos en nuestro país.

Para las mujeres guerreras el encontrar cadáveres no es un motivo de orgullo, cada hallazgo, ellas lo traducen en descanso para la familia de esa víctima.

Así van trabajando en equipo, formando colectivos, con mujeres y hombres que se suman y últimamente hasta niños que buscan a sus padres.

En medio de sentimientos encontrados, en medio de angustia y desesperación, pero con el firme propósito de encontrar su “tesoro” como ellas le llaman a su familiar desaparecido.

El método, siempre sencillo, la unión de los mexicanos que se están viviendo esta trágica realidad nacional y una varilla, si una varilla que clavan en la arena para saber si hay algo abajo.

La dimensión misma de este fenómeno está llegando a todos los segmentos de edad de nuestra sociedad, últimamente está el caso del niño Jayden que con apenas siete años se unió a la búsqueda en Nogales para honrar la memoria de su madre, Alejandra Campillo, busca a la mujer que fue vista por última vez el 31 de diciembre del 2012 en Nogales, y que ahora engrosa la lista de más de mil 288 solicitudes de búsqueda en territorio estatal.

En síntesis, esta eclosión social que estamos viviendo, exhibe los males profundos de la impunidad y la indolencia de nuestras autoridades y nos muestra ante el mundo, como un país donde se puede matar con facilidad y nunca enfrentar la justicia.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico [email protected]; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.