El «911» que nunca se olvidará a 24 años de la tragedia

Por Ileana Bernal de la R.
Eran las primeras horas de la mañana del 11 de septiembre del 2001 cuando se escuchó en la radio «nos atacan, nos atacan»,a lo que siguieron palabras entrecortadas narrando lo ocurrido.
Después las televisoras de todo el mundo transmitían las imágenes devastadoras del ataque terrorista que ha marcado la historia de Estados Unidos, cambiando para siempre la política, la seguridad y la percepción global sobre el terrorismo internacional.
A las 8:46 a.m., el vuelo 11 de American Airlines se estrelló contra la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York. Apenas 17 minutos después, a las 9:03 a.m., el vuelo 175 impactó la Torre Sur, ambos rascacielos, símbolos del poder económico estadounidense, colapsaron ante los ojos de millones de espectadores en todo el mundo, dejando un saldo trágico de casi 3 mil personas fallecidas y miles de heridos.
Paralelamente, otro avión, el vuelo 77 de American Airlines, se estrelló contra el Pentágono, sede del Departamento de Defensa, mientras que el vuelo 93 de United Airlines cayó en un campo en Pensilvania.
Aquellas imágenes de las víctimas del ataque caminando desorientadas sin saber qué hacer, bomberos que mostraban dolor en sus rostros y padres buscando desesperados a sus hijos, quedan inborrables en la memoria de quienes fueron testigos de una u otra forma.
Estos ataques, coordinados por la organización terrorista Al Qaeda, demostraron la capacidad de grupos extremistas para ejecutar operaciones de alto impacto y gran alcance mediático.
El impacto histórico fue inmediato, Estados Unidos lanzó la llamada “Guerra contra el Terror”, que incluyó la invasión de Afganistán en octubre de 2001 con el objetivo de derrocar al régimen talibán que albergaba a Osama bin Laden y su red terrorista.
A nivel global, el 11 de septiembre redefinió políticas de seguridad, dando lugar a controles aeroportuarios más estrictos, vigilancia masiva y nuevas estrategias de inteligencia internacional.
Además, la tragedia dejó un legado social y cultural profundo, las imágenes de las torres cayendo, el heroísmo de bomberos, policías y ciudadanos, y las historias personales de pérdida y resiliencia se convirtieron en símbolos de la vulnerabilidad y la fortaleza humana ante la adversidad.
Cada año, monumentos como el 9/11 Memorial & Museum en Nueva York recuerdan a las víctimas y educan a las nuevas generaciones sobre los hechos de aquel día.
En el ámbito periodístico, el 11 de septiembre también marcó un hito, porque la cobertura en vivo transformó la manera de informar sobre crisis internacionales, y consolidó la necesidad de medios capaces de transmitir información confiable en tiempo real, en un contexto de incertidumbre global.
Hoy, a más de dos décadas de los ataques, el mundo sigue recordando aquel día no solo por la magnitud de la tragedia, sino también por la reflexión sobre la importancia de la seguridad, la cooperación internacional y la defensa de los valores fundamentales de la humanidad.
El 11 de septiembre permanece como un recordatorio de la fragilidad de la paz y la necesidad constante de unidad frente a la adversidad.