Destacada

El Día Mundial del Agua

¿Cuáles son los retos que podemos vislumbrar para Sonora, en lo inmediato?

Por Juan J. Sánchez Meza

Este 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua. Hasta donde alcancé a revisar, ningún partido político generó, a nivel local, algún tipo de pronunciamiento sobre el particular, lo que hubiera resultado interesante, tomando en cuenta que nos encontramos en el periodo de campañas políticas.

Me refiero a partidos políticos —no a candidatos— porque los únicos que tenemos hoy día son los que contienden por el cargo de gobernador del Estado que, para decirlo rápido, en estricto sentido carecen de facultades en materia de la gestión del agua, sin que ello implique, desde luego, que no deban o puedan hacer gestiones y destinar recursos del Estado.

Por lo pronto, queda claro que en esta materia las facultades constitucionales y legales las tienen, por una parte, el gobierno federal, en todo lo relativo al régimen de concesiones, permisos, inspección, vigilancia, etc., y por la otra los gobiernos municipales, que ejercen la facultad autónoma, exclusiva, de prestar los servicios de agua y saneamiento.

Dicho esto y a la vista de la información disponible, no parece que haya mucho que celebrar, si tomamos en cuenta que la inversión pública federal en agua potable y alcantarillado se ha venido desplomado sistemáticamente a lo largo de los últimos cinco años.

Apenas el año pasado, la Comisión Nacional del Agua tenía presupuestado 15 mil 844 millones de pesos para inversión física, de los cuales sólo ejerció 8 mil 432 millones, de acuerdo con dato de la Secretaría de Hacienda.

¿Cuáles son los retos que podemos vislumbrar para Sonora, en lo inmediato? Por una parte, sale sobrando decir que nos encontramos en una zona árida y compartimos con los estados de Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, apenas el 9 por ciento del agua renovable al año.

En el extremo opuesto están los estados del sur-sureste (Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz y Tabasco) que reciben el 67 por ciento del agua renovable al año. A pesar de ello, los habitantes de esas entidades federativas tienen menores niveles de acceso al agua entubada al interior de la vivienda, en comparación con los estados norteños.

Lo que salta a la vista es que una mayor disponibilidad de agua potable, gracias a una condición natural relativa más favorable, no necesariamente implica una mayor cobertura del servicio. Vivir frente al río Grijalva no garantiza una mejor oportunidad de disponer de agua potable en el interior de la vivienda, lo que explica que las coberturas de agua potable al interior de la vivienda sean mayores en Sonora que en Tabasco.

Lo anterior nos lleva a reconocer que, si bien nos va, las carencias presupuestales que hemos padecido en los últimos años habrán de mantener los niveles promedio y que, a nivel municipal, la capacidad de los gobiernos para mantener las coberturas de los servicios de agua y saneamiento existentes hasta hoy exigirán de las siguientes administraciones la adopción de decisiones que hasta hoy se han negado a enfrentar.

Señalo a bote pronto las que considero más urgentes y que deben orientarse necesariamente a la mejora de la gestión; particularmente, insisto, porque los recursos para las obras serán especialmente escasos o inexistentes.

Por una parte, colocar a la gestión de los servicios públicos de agua y saneamiento al margen de amiguismos y pago de compromisos políticos, configurando equipos de trabajo reconocidamente profesionales en este campo tan especializado de la administración pública, aislando las decisiones de los órganos de gobierno de dichos organismos de la contaminación partidista, a través del fortalecimiento de su autonomía.

Por otro lado, resulta de la mayor importancia que la propia autoridad confiera al agua el valor que se merece y, por tanto, impulse la existencia de tarifas que reflejen los costos operativos reales y permitan una gestión autosuficiente; es decir, no es posible aspirar a una gestión adecuada del agua en beneficio de la comunidad a través de regalar el agua, porque quienes resultan a la postre víctimas de esos arrebatos son las propias comunidades a las que se dice beneficiar.

jjsm1950@yahoo.com

JuanJaimeSM50