El Hedonómetro mide el estado de ánimo

Una finalidad de la plataforma es ayudar a los que se dedican a desarrollar estrategias de mercadotecnia y publicidad, no es de extrañar estamos inmersos en la cultura consumista y hedonista

Por Rosa Chávez Cárdenas

El Hedonómetro es un invento de los científicos computacionales y matemáticos: Chris Danforth y Peter Dodds. El laboratorio lleva una década en funcionamiento, se encarga de llevar a cabo estadísticas de los Twitter que publican los usuarios en la red social. El objetivo del Hedonómetro es conocer el estado de ánimo de los usuarios ante las situaciones que acontecen todos los días. Sin duda los días más felices son las vacaciones, Navidad y para los norteamericanos el Día de Gracias. El más triste para los norteamericanos en los últimos cinco años fue el 15 de abril, el día de los atentados en el maratón de Boston. En México fue notorio los días previos al día de la Madre, por la pérdida de empleos causada por el confinamiento de los connacionales en Estados Unidos, bajaron las remesas.

El Hedonómetro se basa en 10 mil palabras clasificadas en una escala de uno a nueve. La palabra feliz se sitúa en el puntaje 8.30, y en la más baja aparece: accidente, guerra y prisión, la calificación al respecto va del uno al 2.60. La organización MITRE corporation, sin fines de lucro se encarga de analizar unos 50 millones de mensajes de todo el mundo. La investigación se lleva a cabo en unos diez idiomas. Los impulsores del proyecto quieren incluir a Google, a varios blogs y al Periódico New York Times.

Una finalidad de la plataforma es ayudar a los que se dedican a desarrollar estrategias de mercadotecnia y publicidad, no es de extrañar estamos inmersos en la cultura consumista y hedonista. Los científicos quieren averiguar cómo está la salud mental en las redes sociales. Lo que se conoce como “huella digital”.

En los primeros meses de la pandemia, Twitter reportó un incremento del 34 por ciento en el incremento diario del crecimiento de los usuarios. Los investigadores buscaron signos de tristeza, ansiedad, depresión, nivel de estrés y pensamientos suicidas, fue notorio, los niveles fueron significativamente más altos en los meses de la pandemia. La empresa Gallup, reportó los índices más bajos de satisfacción con la vida en los últimos diez años, incluyendo la recesión del 2008. Los reportes de los terapeutas, maestros y alumnos indican que nunca han estado más agotados del trabajo desde que laboran por zoom o por otras plataformas. Es un hecho, todos estamos en un estado de desorientación que cambia, pero no ha mejorado.

Me di a la tarea de investigar el índice de felicidad y lo que encontré fueron índices de insatisfacción. Los niños están saturados de trabajos escolares, se quejan que no aprenden, la mayoría de los maestros los saturan de información y de tareas, les recomiendan que hagan ejercicios, pero por las tardes no les alcanzan para terminar sus trabajos. Están atentos a la pantalla, pero su mente está en otro lado. El peor día para Paco, fue cuando le dieron el diagnostico de Covid sin una prueba que lo confirmara: “se me nubló la vista, no podía respirar”. Un mes después salió del hospital, sin poder caminar, recuerda como alucinaba, hasta asistió el mismo a su funeral. Otro afectado me compartió. “Sin síntomas previos de la noche a la mañana por la fiebre tan alta no podía abrir los ojos, sentía que volaba, tres días estuvo fuera de la realidad. El día más triste de Luis. Tuvo que cerrar su negocio, una fábrica de zapatos que daba trabajo a 40 empleados, obligado a pagar los salarios, sin recibir ingresos, sin ayuda del gobierno, no le quedó de otra. Ha bajado ocho kilos, la depresión lo mantiene sin saber que será de su vida. Para los socios de un hospital, los sentimientos son encontrados, han tenido varios pacientes que han fallecido, pero no pueden disimular su satisfacción, sus ganancias han crecido considerablemente, ya tienen en mente construir otra clínica que atienda enfermedades que serán consecuencia de la pandemia.

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