El idioma español

Por Daniel Padilla Ramos

Dos de los principales atributos de la humanidad son la escritura y la lectura. El genio Carl Sagan bien lo dijo: “La escritura es quizás el mayor de los inventos humanos, ya que une a personas que nunca se conocieron y a ciudadanos de épocas lejanas, por lo que los libros rompen las cadenas del tiempo”.

Aristóteles puntualizó: “El hombre, cuanto más lee es más sencillo, porque a medida que lee descubre la grandeza de su ignorancia”.

Se dice que el idioma castellano cuenta con alrededor 300 mil palabras, entre entradas y acepciones. La entrada es cada palabra perfectamente definida en un diccionario, es decir, las palabras que tienen un solo significado; pero hay otras palabras que tienen más significados, y a cada uno de ellos se les conoce como acepción, por ejemplo: “banco”, que es un mueble para sentarse, pero también significa una institución bancaria, así, entre miles de palabras más.

La personas doctas o muy cultas utilizan más de tres mil palabras para comunicarse, pero la mayoría de los jóvenes de esta época (según datos oficiales) usan solamente 300 palabras en su lenguaje, y a menudo incompletas o cambiadas; y las canciones —si es que se les puede llamar así— del género conocido como “reggaetón”, llevan en sus letras alrededor de 30 palabras. Por ello, incansable pregono que gobierno y escuelas deben fomentar más la lectura.

Comparto la letra de la siguiente canción, muy popular en nuestro país, cambiada a un lenguaje más elevado, o en un modo culto, poético o simplón, como guste llamarle, galimatías para unos, entendible para otros mi bardo y melómano lector.

PUCHO DE GREDA

Majaseando por el vector existencial,

solo en el derrotero del orbe,

si amalayan que sea un heraldo,

mi ego es ánima mostrenca,

disgrego lo superfluo,

pues a la postre es ensoñación.

Libo con mi aquiescencia,

sin fementidos ni perfidias,

me asemejo al avechucho,

trasvolando dársenas,

la subsistencia es efímera,

Ídem en pignus estatus.

Al fenecer rularé vacuo,

reputemos fruir, pero no aposteriori,

lo avenido será in pectore,

pletórico de evocaciones,

ya exangüe portaré,

solo un pucho de greda.

@danielpadillaramos

@andanzasbook