ColumnasCulturaDestacadaEdicion ImpresaEstadoGeneralNoticias_RecientesPrincipales

El reposo de los exgobernadores

Ramón Corral Verdugo, sus restos reposan en el cementerio de Père Lachaise en París.
Ramón Corral Verdugo, sus restos reposan en el cementerio de Père Lachaise en París.

Por Bulmaro Pacheco

Quizá solo la familia de Rafael Izábal Salido —gobernador de Sonora entre 1903 y 1907, y nativo de El Fuerte, Sinaloa— sepa realmente dónde reposan sus restos. Izábal murió en un barco de regreso de Europa (entre Havre y New York) en octubre de 1910 y sus familiares —se dice— se movieron activamente para que el vicepresidente de México, Ramón Corral Verdugo ayudara a que sus restos fueran traídos a Sonora, donde fueron sepultados en algún lugar.

Por años se dijo que había sido sepultado en su hacienda Europa, a pocos kilómetros de Hermosillo, pero que algunos miembros de la etnia Yaqui habían profanado la tumba con el fin de apropiarse del cadáver, sin éxito. Nadie ha probado esa versión y tampoco se sabe realmente dónde fue sepultado Izábal; solo la familia.

El que sí se encuentra en el panteón Yáñez de Hermosillo es Rafael Izábal Monteverde, su hijo. La tumba de mármol blanco situada a la derecha de la entrada al panteón revela que murió en noviembre de 1929 y se registra así: «Rafael Izábal Jr.». Rafael Izábal padre formó parte del triunvirato que gobernó Sonora de 1879 a 1911, junto con Luis Emeterio Torres y Ramón Corral Verdugo. Fue responsable del manejo de la huelga de Cananea y de la importación de «rangers» americanos para que «vigilaran» la mina en el conflicto.

También, entre otras, del manejo de la política contra los yaquis que llevó a muchos miembros de la etnia a Yucatán.

Luis Emeterio Torres —el mejor amigo de Porfirio Díaz en Sonora durante el siglo XIX—  nativo del Mineral de Guadalupe y Calvo, Chihuahua (1843), líder del triunvirato sonorense fue varias veces gobernador. Murió en Los Ángeles, California, en 1935 a los 92 años. Trabajó al final de su vida para el ferrocarril Atchinson-Topeka- Santa Fe.

Ramón Corral Verdugo (Álamos, 1854) fue el político sonorense de mayor relevancia después de Félix Zuloaga (fue gobernador, senador, diputado federal, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, secretario de Gobernación y vicepresidente de las República) en el siglo XIX. Murió de cáncer en París en 1912. Sus restos reposan en el cementerio de Père Lachaise en París, y al parecer nunca ha existido interés de sus familiares por traer los restos a México.

Alberto Cubillas Loustanau (Guaymas, 1856) fue gobernador de Sonora de 1909 a 1911, en sustitución de Luis E. Torres. Se le adjudica la orden para asesinar a Enrique Esqueda en la llamada Puerta del Sol, cerca de Ures, cuando era trasladado a Hermosillo para pactar la entrega de Arizpe a los revolucionarios. Cubillas murió el 20 de diciembre de 1932 y sus restos se encuentran en el Panteón Yáñez junto con los de su esposa Concepción Bernal, que falleció en marzo 1924. A partir del crimen, se cambió el nombre de Estación Izábal, por Esqueda en el municipio de Fronteras. Los restos de Esqueda trasladados a Hermosillo fueron depositados también en el panteón Yáñez en 1924. Ahí está una tumba muy modesta en la calle principal del panteón con su nombre: Enrique Esqueda (1881-1911).

Exgobernadores de Sonora sepultados en otras partes: José María Maytorena en el panteón de Dolores y Adolfo de la Huerta, en el panteón Francés de San Joaquín en el Distrito Federal; Plutarco Elías Calles, en el monumento a la Revolución; Cesáreo Soriano, el que firmó y promulgó la Constitución estatal en 1917, en un panteón de San Diego, California.

Alejo Bay Valenzuela (1923 – 1927) fallecido en 1952 se encuentra en el lote de la familia Bay-Tapia en el Yáñez. Fausto Topete Almada (1927-1929) murió en 1952 y sus restos quedaron en Mexicali.

El exgobernador Rodolfo Elías Calles Chacón, nacido en Guaymas en 1900, fue electo gobernador para el período (1931 – 1935). Fue un personaje muy influyente en la política local, miembro del gabinete del presidente Lázaro Cárdenas, sufrió la tensión y las diferencias políticas entre su padre y el presidente Cárdenas, que derivaron en el exilio del expresidente en 1936 a San Diego, California.

Plutarco Elías Calles, mausoleo en el monumento a la Revolución.
Plutarco Elías Calles, mausoleo en el monumento a la Revolución.

Rodolfo Elías Calles es recordado por sus grandes aportaciones para que Norman Borlaug, el premio Nobel de la Paz, desarrollara sus investigaciones agrícolas en terrenos del Valle del Yaqui (donde ahora se encuentra el Instituto tecnológico federal) donados por el exgobernador. También se le recuerda por su actuación como presidente municipal de Cajeme (1952-1955) —a solicitud del presidente Ruiz Cortines, retirado antes por su propia voluntad— dejando en el cargo al regidor Faustino Félix Serna. Le fue ofrecida la candidatura a senador en 1964 por el candidato presidencial Gustavo Díaz Ordaz, pero declinó la invitación cuando supo que iría en fórmula con Juan de Dios Bojórquez, ex constituyente por Sonora en 1917. La senaduría recayó entonces en Alicia Arellano Tapia.

Rodolfo Elías Calles nació en Guaymas, vivió en Cajeme, gobernó Sonora, impulsó la agricultura del Valle del Yaqui, pero sus restos descansan en el Panteón Yáñez de Hermosillo; todo un misterio. Su tumba es muy modesta, sin motivos religiosos, ni leyendas, fabricada con cantera y granito de color café. Está visible en la esquina que forman el bloque 12 poniente la calle San Agustín y Avenida 12 solo contempla: Rodolfo Elías Calles Chacón (junio 29, 1900-junio 29, 1965) y su esposa Emilia Lacy de Elías Calles (abril 23 de 1900-mayo 9, 1993).

Igual está la del exgobernador Luis Encinas Johnson (1961-1967), que solo se identifica en un gran lote de mármol a la izquierda de la entrada al panteón, solo con la leyenda: «Familia Encinas».

Ramón Rodrigo Francisco Ramos Almada, gobernador electo para el período 1935-1939, murió accidentalmente al disparársele un rifle en el camino de la ciudad de Chihuahua a Delicias, el 2 de marzo de 1937. Sus restos descansan en Chihuahua. Su gobierno quedó en medio del pleito entre Cárdenas y Calles, y el Senado desapareció los poderes apenas a los tres meses de su encargo en 1935.

Lo sustituyó el General Jesús Gutiérrez Cázares (1935-1937), de Los Camotes, Álamos. Gutiérrez murió en mayo de 1984 y está sepultado en el Panteón del Carmen en Ciudad Obregón.

Román Yocupicio de Masiaca (1937 – 1939), murió en 1950 y está sepultado en el panteón de Navojoa.

Anselmo Macías Valenzuela (1939 – 1943) en su gobierno se fundó la Universidad de Sonora, murió en 1965 y sus restos están en el panteón de Huatabampo. Abelardo L. Rodríguez (1943-1947) murió en 1967 en Baja California y sus restos están en El Sauzal, municipio de Ensenada. Horacio Sobarzo Díaz (1947-1949) murió en Hermosillo en 1963, fue sepultado en el lote familiar del Yáñez.

Ignacio Soto Martínez (1949 – 1955). Murió de un infarto en un hotel de Los Ángeles, California, el 28 de julio de 1962. Sus cenizas se depositaron en un nicho de la Iglesia del Espíritu Santo en Hermosillo. Álvaro Obregón Tapia (1955 – 1961), murió el 27 de septiembre de 1993 en Tucson, Arizona, de cáncer de páncreas. Sus cenizas están depositadas en un nicho familiar en la Catedral de Hermosillo.

Álvaro Obregón Tapia, sus cenizas están en la Catedral de Hermosillo.
Álvaro Obregón Tapia, sus cenizas están en la Catedral de Hermosillo.

Faustino Félix Serna (1967- 1973), muere en abril de 1986 y fue sepultado en el Panteón del Carmen, en Ciudad Obregón.

Carlos Armando Biébrich (1973-975) muere el 14 enero del 2021 y sus cenizas fueron depositadas en la iglesia del Espíritu Santo.

Las cenizas del exgobernador Alejandro Carrillo Marcor (1975-1979) por disposición de él mismo, fueron esparcidas en un ejido del Valle del Yaqui en 1998. El ingeniero Rodolfo Félix Valdés (1985-1991) murió un 21 de mayo del 2012 —un día antes de cumplir 90— y sus cenizas fueron depositadas en la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, en la Ciudad de México. Mucho, de la grandeza de Sonora con altas, bajas y con avances notables se debe a ellos…Y a los que todavía viven… Sin duda.

Alejandro Carrillo Marcor, sus cenizas fueron esparcidas en el Valle del Yaqui.

[email protected]