Elección 2018: las cifras que vienen

Se estima una participación aproximada del 60% de los inscritos, un aproximado de 55 millones de votos efectivos. Para declararse triunfador de la elección presidencial, el ganador deberá asegurar cuando menos entre 19 y 20 millones de votos
Por Bulmaro Pacheco
En la elección presidencial de 1976 el candidato del PRI José López Portillo obtuvo 15.4 millones de votos, el 87.8% de la votación. Un millón más le dieron el PPS y el PARM que también lo postularon. Era la tradición. El PPS y el PARM fueron siempre con el PRI, hasta la crisis de 1988 cuando el PARM postuló a Cuauhtémoc Cárdenas y después se le sumaría el PPS. Para el 2000 el PPS ya no apareció en las boletas. El PARM no participó en el proceso de 2003.
En el PAN, por conflictos internos no pudieron postular candidato presidencial, a pesar de que ya lo habían hecho en 1952, 1958, 1964 y 1970 cuando obtuvo el 7.82, 9.42, 10.97 y 13.87% de la votación.
Para la elección presidencial de 1982, Miguel De la Madrid obtuvo 16.1 millones de votos, equivalentes al 68.4% de la votación.
A diferencia de seis años antes, el PAN postuló a Pablo Emilio Madero, que logró 3.7 millones de votos; el 15.6 % de la votación.
El PSUM, con Arnoldo Martínez Verdugo como candidato, solo obtuvo el 3.48%, o sea 821,995 votos.
Hubo también candidatos del PDM, PRT, PST y PSD que superaron el millón de votos. Fue esa la primera elección presidencial con siete candidatos. Eran ya los tiempos de la reforma política de 1977.
En 1988, cuatro partidos políticos se unificaron para postular a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial (PPS, PFCRN, PARM, PMS). Por primera vez un candidato de las izquierdas obtuvo 5.9 millones de votos, con el 31.12 % de las preferencias.
Carlos Salinas de Gortari logró 9.6 millones de votos y el 42.4% de la votación, en una elección donde votó el 52.01% de los empadronados. Hizo crisis la división en el PRI provocada por la salida de Cárdenas, Muñoz Ledo y otros con la formación de la Corriente Democrática. Una crisis similar a la del henriquismo, en 1952.
Manuel J. Clouthier del PAN logró una menor votación (3.2 millones el 11.7%) en relación a la obtenida seis años antes por Madero. Su candidatura no tuvo el impacto que se esperaba.
En esa elección participaron como candidatos también: Gumersindo Magaña y Rosario Ibarra de Piedra, del PDM y el PRT respectivamente.
El candidato del PRI Luis Donaldo Colosio fue asesinado en marzo de 1994, en plena campaña. Su sustituto Ernesto Zedillo ganó con el 48.69% de la votación, en una elección donde se registró un 77.11% de participación ciudadana.
Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por el PRD lograría el 16.59% de la votación, y Diego Fernández de Cevallos del PAN el 25.92%.
Zedillo logró 17.1 millones de votos, Fernández de Cevallos 9.1 y Cárdenas 5.8. Otros candidatos: Cecilia Soto (PT), Jorge González Torres (Verde), Rafael Aguilar Talamantes (PFCRN), Álvaro Pérez Treviño (PARM), Marcela Lombardo (PPS), y el exdirigente nacional del PAN y candidato en 1982, Pablo Emilio Madero, ahora por el Partido Demócrata Mexicano (Unión Nacional Opositora) sacó solo 98 mil votos.
En el 2000, con una votación total de 37.6 millones equivalente al 63.9% de los inscritos en la lista nacional, Vicente Fox Quesada, de la alianza PAN-Verde obtuvo 15.9 millones de votos, el 42.5% de la votación.
Con Fox llegó la alternancia en la Presidencia de la República, fue el primero que rompió el esquema de que el presidente debería salir del gabinete. Era antes gobernador de Guanajuato.
Francisco Labastida Ochoa (PRI) obtuvo 13.5 millones (36.11%) y Cuauhtémoc Cárdenas –por tercera ocasión candidato–, ahora de la alianza PRD-PT-Convergencia-PAS y PSN, tuvo 6.2 millones de votos, equivalentes al 16.64% del total. (Otros candidatos: Gilberto Rincón Gallardo (PDS-1.58%), Manuel Camacho Solís (PCD-0.55%) y Porfirio Muñoz Ledo (PARM-0.42%)).
El 2006 se presentó la elección más reñida de la historia reciente de México. Con una lista de electores de 71.3 millones de votantes y una participación del 58.55%, Felipe Calderón (PAN) ganó con 15 millones de votos contra 14.756 de Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT-Convergencia). Una diferencia apenas de menos de un punto: el 0.58%, equivalente a 256 mil votos. Roberto Madrazo (PRI-PVEM) solo obtuvo el 22.03% o 9.3 millones de votos. Otros candidatos: Patricia Mercado (Partido Socialdemócrata) con 1.1 millones (2.71%) y Roberto Campa (Nueva Alianza) con 401,804 votos (0.96%).
El PRI por primera vez en la historia en tercer lugar por la diferencia marcada entre Madrazo y los gobernadores del PRI. El PAN resolvió mediante un proceso abierto la candidatura de Felipe Calderón. Fox impulsó primero a su esposa Martha Sahagún y después a Santiago Creel.
Para el 2012 la lista de electores incluía 79.4 millones de votantes y participó el 63.14% de los inscritos. Enrique Peña Nieto (PRI-Verde) logró el triunfo con 19.2 millones de votos, equivalentes al 38.2% de la votación.
Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT-MC) subió (seis años después) a 15.8 millones de votos (31.57%). Con Josefina Vásquez Mota el PAN se fue al tercer lugar de la votación con el 25.68% de los votos, igual a 12.7 millones. Otros candidatos: solo Gabriel Quadri de la Torre (Partido Nueva Alianza) que obtuvo el 2.29% de la votación, equivalente a 1.1 millones de votos; un salto importante del partido de los maestros al triplicar los votos obtenidos seis años antes.
En 2000 y 2006 los punteros eran Francisco Labastida y Andrés Manuel López Obrador y al final perdieron, fundamentalmente por errores de estrategia electoral. ¿Se confiaron? Quizá sí.
En 2012 Enrique Peña Nieto se mantuvo como puntero durante toda la campaña. La disputa real fue por el segundo lugar entre Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vásquez Mota. El PAN se dividió por la obsesión del presidente Felipe Calderón de imponer como candidato a Ernesto Cordero hoy senador de la República.
Por ahora y a menos de 40 días de la elección, la lista nacional de electores aparece (al 30 de abril) con casi 90 millones de mexicanos inscritos. Se estima una participación aproximada del 60% de los inscritos, lo que significaría un aproximado de 55 millones de votos efectivos. Esto refleja que para declararse triunfador de la elección presidencial, el ganador deberá asegurar cuando menos entre 19 y 20 millones de votos, equivalentes al 40% de la votación total.
Una elección muy competida, con procesos para elegir ayuntamientos y diputados locales en 30 estados, y con nueve gubernaturas en disputa. Cifras récord de participación de las mujeres como candidatas por primera vez en la historia. Diputados locales y presidentes municipales buscando la reelección (o elección consecutiva).
Además, será la primera vez en la historia electoral de México en la que participen nueve partidos políticos agrupados en tres coaliciones, y la primera vez en la historia moderna que participe un candidato independiente a la Presidencia (Margarita Zavala se retiró recientemente de la contienda), lo que obligará a replantear la figura y el marco legal de los independientes, por las enormes dificultades que han enfrentado para participar: resulta increíble que con la actual ley electoral y para registrar un candidato independiente a la Presidencia, se le exijan 900 mil firmas de apoyo, y para fundar un partido político solo ¡226 mil!
El tema que sigue será seguramente, el destino que espera a los partidos políticos que pierdan la próxima elección, y también… de los que la ganen, polarización social y política incluida.
Hasta ahora, solo especulaciones y charlatanería sobre el tema. Habrá que insistir que nunca los videntes han acertado en política y que si en alguna disciplina no funcionan las profecías es precisamente… En la política… y menos en la mexicana. Ya lo veremos.