Tan sólo de 2013 a 2014, creció en 80% la cantidad de muertos por atentados extremistas, de 18 mil a más de 32 mil, según el Índice Global de Terrorismo 2015 publicado ayer.

Además, los civiles asesinados se dispararon por 172%, en buena medida por grupos como el autonombrado Estado Islámico (EI).

“Son cifras dramáticas, y la expectativa es que las muertes seguirán aumentando”, señaló a Reforma Michelle Breslauer, experta del Instituto para la Economía y la Paz (IEP), grupo que redacta el índice.

El aumento de las víctimas no es la única tendencia preocupante.

“El terrorismo se ha esparcido a más países que nunca antes y provocado cada vez más pánico”, lamentó la analista del IEP.

En 2014, hubo ataques en 93 diferentes naciones y en 11 de ellas los atentados dejaron más de 500 fallecidos.

“Aunque hay que recalcar que la actividad terrorista ahí todavía no alcanza los niveles de las cinco áreas más afectadas”, indicó Breslauer.

Se trata de Irak, Siria, Afganistán, Pakistán y Nigeria, que concentran el 78% de las víctimas registradas el año pasado; contra el 2.6% en países occidentales, según el IEP.

El Estado Islámico, junto con el nigeriano Boko Haram, ha causado más de la mitad de las víctimas por terrorismo en el mundo.

La previsión es que la cifra sea todavía mayor en 2015, debido a atentados recientes como el que dejó 43 muertos en Beirut y 129 en París.

Es importante atender esta situación, pero de una manera que no fomente todavía más extremismo, destacó Breslauer.

“Hemos hallado que el aislamiento social o una actitud antimigrante llegan a empujar a la gente a radicalizarse. Entonces todo el mundo debería darse cuenta de que ser muy reaccionarios, dejar fuera a los asilados o cerrarse como sociedad, en vez de crear oportunidades, termina siendo peor”, indicó Breslauer.