Destacada

Escasa y deteriorada infraestructura cultural en Hermosillo

La mayoría de los inmuebles destinados a la cultura cuentan ya con veinte años o más; la ciudad crece pero su patrimonio cultural tangible queda rezagado 

Por Imanol Caneyada

El patrimonio cultural tangible en Hermosillo no sólo no ha crecido desde la creación de MUSAS, hace ya ocho años, sino que el existente ha sufrido un paulatino deterioro que nos ubica como una de las ciudades capitales con menor infraestructura cultural de la República.

La capital de Sonora, con un aproximado de 900 mil habitantes, posee, sin embargo, un patrimonio intangible bastante considerable:

La Feria del Libro, el Festival Cultural Internacional del Pitic, el festival internacional de danza contemporánea Un Desierto para la Danza, el Festival Internacional de Cine del Desierto, la muestra estatal de teatro, la Orquesta Filarmónica de Sonora con sus dos temporadas regulares al año, la Banda Sinfónica del Estado, entre otros, además de la existencia de una etnia original, la seri, y la destacada presencia de otra, la yaqui; a lo que hay que sumar un Centro de las Artes en la Universidad de Sonora del que todos los años egresan licenciados en música, artes escénicas y artes visuales.

A pesar de ello, el crecimiento de los espacios culturales en esta ciudad ha sido lento y no corresponde con la vida artística de la misma ni con su crecimiento social.

Museo del INAH a las faldas del Cerro de la Campana.
Museo del INAH a las faldas del Cerro de la Campana.

Un poco antes de que finalizara la administración de Eduardo Bours, fue inaugurado el Museo de Arte de Sonora MUSAS con la intención de crear un espacio para las artes visuales que pudiera albergar las exposiciones de los artistas nacionales e internacionales más sobresalientes.

Sin embargo, durante la administración de Guillermo Padrés, el presupuesto designado para alcanzar las metas para el que supuestamente fue diseñado, fue pírrico, al grado de que sufrió un deterioro palpable en su estructura.

Lo anterior, aunado a la dirección de un hombre sin experiencia ni conocimientos, Rubén Matiella, terminó por convertir MUSAS en un espacio subutilizado.

La actual administración ratificó en el puesto a Matiella y la situación del museo sigue siendo la misma.

Anterior a MUSAS, en 2004 se echó a andar el teatro auditorio del Cobach Villa de Seris. Con un aforo para 756 espectadores, fue pensado para albergar espectáculos y conferencias con claro contenido cultural.

Durante los trece años de existencia el mantenimiento y cuidado del espacio ha venido a menos, al grado de sufrir inexplicables robos que nadie ha denunciado; la alfombra original tuvo que ser arrancada por el deterioro al que llegó, según han denunciado trabajadores del teatro.

Auditorio del Cobach, en Hermosillo.
Auditorio del Cobach, en Hermosillo.

El actual director del teatro auditorio del Cobach, Luis Álvaro Jaloma es un periodista de espectáculos que no cuenta con el perfil adecuado y que ha puesto el espacio a disposición de compañías teatrales con un perfil netamente comercial, desvirtuando para lo que fue creado.

Incluso, pesa la amenaza de ser cerrado debido a su escasa rentabilidad.

Antes de ello, hay que remontarse hasta 1980, año en que fue inaugurada la Casa de la Cultura de Sonora.

En la actualidad cuenta con los siguientes espacios: Teatro de la Ciudad, Teatro Xicoténcatl Gutiérrez, Galería Eusebio Kino, Sala de cine, Biblioteca Modelo, Biblioteca Infantil, Ludoteca, Sala Luis López Álvarez.

Auditorio Cívico del Estado de Sonora.
Auditorio Cívico del Estado de Sonora.

Durante 37 años, el equipamiento de estos espacios ha sido a cuentagotas, y hoy en día, de manera muy escasa e improvisada alcanza a cubrir las necesidades mínimas que demandan muchos de los espectáculos y exposiciones que ahí se dan.

Dos espacios más tiene Hermosillo en lo referente a las artes escénicas:

El teatro Emiliana de Zubeldia, inaugurado en 1948 y reinaugurado en 1978 bajo su actual nombre. El espacio pertenece a la Universidad de Sonora y tiene un aforo de 460 localidades.

En términos generales, la programación que acostumbra a albergar respeta los lineamientos para los que fue creado.

El Auditorio Cívico del Estado, inaugurado en 1967, cuenta con un aforo de 947 butacas pero carece del equipo básico de audio e iluminación para llevar a cabo cualquier tipo de espectáculo desde que éste fue robado en 2012. Aquellos que rentan el espacio deben, a su vez, conseguir el sonido y la iluminación que requiera el montaje.

Habitualmente este foro es utilizado para espectáculos de entretenimiento de poco o nulo contenido cultural, como hipnotistas de moda u obras de teatro con personajes de Walt Disney.

A finales de la administración pasada se inició con la recuperación de un foro que durante veinte años fungió como almacén, el Kiosco del arte; la presente administración terminó de rehabilitarlo y en la actualidad cuenta con un aforo de no más de 50 butacas y un equipamiento mínimo; sin embargo, se ha convertido en una de las alternativas más socorridas de las compañías y grupos locales.

En el apartado de museos, el déficit es aún mayor.

Museo-Auditorio de la Universidad de Sonora.
Museo-Auditorio de la Universidad de Sonora.

Además del mencionado MUSAS, la capital del estado contabiliza con el Museo Regional de Sonora, sito en la antigua cárcel, el cual se abrió al público en 1985. En 2011 fue clausurado para renovar, actualizar y mejorar el acervo; no obstante, a causa de un pleito legal que permanece hasta la fecha con la compañía encargada de la restauración del espacio, las puertas permanecen cerradas, aunque el INAH ya ha anunciado su próxima reapertura.

El Museo de Culturas Populares e Indígenas, ubicado en la antigua casa Hoeffer, fue fundado en 1997, hace 20 años, y desde entonces su acervo y su museografía han variado muy poco; el deterioro de las instalaciones es patente.

Y por último, el Museo Regional de la Universidad de Sonora, que abrió sus puertas al público en 1957; hoy en día, sus contenidos y museografía distan mucho de estar al nivel para el que fue creado.

En Bahía de Kino existe un pequeño museo dedicado a la cultura seri que fue inaugurado en 1985. Durante décadas fue un espacio prácticamente abandonado; en la pasada administración lo restauraron; su acervo, bastante limitado, es alimentado por los propios seris.

En el reglón de bibliotecas, la ciudad de Hermosillo cuenta con diez bibliotecas, ocho de ellas municipales.

Por el pobre acervo bibliográfico con que cuentan, los viejos muebles que albergan y los escasos servicios que prestan, estas bibliotecas permanecen prácticamente vacías y están condenadas al olvido.

Durante la administración de Guillermo Padrés, el Instituto Sonorense de Cultura obtuvo recursos por más de 50 millones de pesos para edificar el Centro Cinematográfico Sonora, el cual se anunció con bombo y platillo.

Sin embargo la obra no estuvo lista a tiempo. La actual administración ha prometido entregar la obra para el presente año.